Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 27 de noviembre de 2015
Pérfido corazón
Pérfido corazón,
con hábiles maniobras
y lastimando mis sentimientos
tu ingratitud me invadió
hasta lo más profundo.
Me heriste con tus maliciosos juicios,
ignoraste u olvidaste
todos mis esfuerzos
para darte lo mejor en tu vida.
Fuiste un baluarte para mí
cuyos muros cayeron por tu incomprensión
y tus desalmados sentimientos.
Pero aunque todo sea un gran todo,
trataré de que parezca una nada.
No quiero recordar tus perversos esfuerzos
para herirme y lastimarme.
Rompiste mi corazón con tu hábil indiferencia
pero cruzaste la línea con ladina porfía
y supiste hacerme sufrir
hasta que un manto de lágrimas
cubrió mi pecho.
Ahora ya no quiero
saber más nada de ti.
No eres nadie en mi vida,
fuiste el todo,
mi ternura,
mi amor,
mi protección,
mis cuidados,
todo eso ya ha desaparecido
en el espacio infinito de la nada.
Todo tiene un principio y un final,
lo que sentí por ti se terminó ahora busco un sino,
un sendero,
una luz,
donde refugiarme a curar mis heridas
las que tú causaste y no me verás más,
para ti desde hoy no existo, soy invisible.
Comprendo que nunca comprenderás
el daño que me hiciste
y en algún momento de tu vida
cuando yo ya no esté pensarás en tu actuación cruel
y mezquina hacia mí pero ya no tendrá solución,
lo pasado ya fue.
Empezaré a vagar sola encontrándome conmigo misma,
buscando donde está la verdad,
cuál fue mi error,
en qué camino de errores me sumergí
para no volver a cometerlos
y en el hondo silencio de la noche
encontraré las respuestas aún dudosas
de por qué recibí estas heridas
sin haberlas creo provocado.
La memoria del corazón
elimina los malos recuerdos
y magnifica los buenos
y así podré sobrellevar lo que sucedió esa noche,
a quien quise tanto y por celos,
envidias,
rencores,
me destrató y surgió su furia
queriéndome hacer pedazos.
Ese hombre nació de mis entrañas,
un fruto hermoso que colmó mi vida,
fue lo más querido,
lo más preciado pero hasta hace poco
se transformó por los pasos de la vida
en otro ser deshumanizado
y sin sentimientos buenos.
Ya la vida lo llevará por otros caminos,
donde su corazón cerrado
se abra al espacio sin fin del amor.
Yo no lo veré ni lo sentiré,
pero son mis deseos los que lo lograrán
y podrá encontrar el camino de la verdad.
Cuando la razón indica decepción
hay que darle paso a la razón
para que no sufra el corazón.
Desde hoy mi tarea es llevar mi vida en alto,
jugar con ella,
lanzarla como una voz a las nubes
a que recoja las luces que se me habían ido lejos.
Ese es mí sino:
vivir plenamente entre risas,
alegrías,
olvidos y amores renovándome cada día
para encontrar la luz de la plenitud
llenándome de gozos con alas por el aire
como las mariposas o las nubes flotantes.
Contigo soy feliz
Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado
y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta
por caminos anchos y altos muros para guardarlo,
escondida sólo para mí).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás,
si tú no estás ausente te siento conmigo,
veo tu cuerpo alto
que se termina voz como en humo la llama,
en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos
que abren las alas y vuelan
levantando un tembloroso remolino
de cadencias que nacen de mi amor por ti,
son frases nobles,
cláusulas marmóreas,
blancas que lentas pasan al pensar en ti).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une,
el hondo que nos hace llegar
a lo profundo en nuestras almas
quebrando surtidores delicados,
en la tierra de lluvia recién mojada
llamándonos con su húmeda voz
desde un mundo muy remoto a otro mundo
muy lejano siempre unidos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas,
versos que empezaron tallos
hasta el jardín más quedo va floreciendo
por el amor insólito que acomete
por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío,
seguro que hoy,
que aquí,
que tu evidencia
es el filo con que me hiere tu abrazo,
se gastarán tus caricias en días y noches blandas
y poco a poco te voy queriendo más,
amor,
no quiero que te vuelvas recuerdo,
sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil
cuando los cristales duplican
el blanco disco de marfil de la luna,
nos unimos y nuestras voces tiemblan
plenas de ansiedad y muchas veces,
misteriosas frases de amor vuelan
como visiones que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer,
te quiero,
el estar juntos…
tiene saber a poco,
siempre que estoy a tu lado
cada día quiero más de ti,
eres mi silencio azul en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
a las aguas turbulentas y profundas
que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche
por el campo abierto.
Los astros nos observan con tenue empeño
y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).
Juntos somos uno,
aspiramos la calma que nos une,
con perfume a trébol mientras se alborozan
todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos
y la luz nos ilumina de puntillas,
en el alba lanzándonos a las nubes
para amarnos siempre como voces.
Crónicas de amores vividos
Crónicas
de amores vividos,
dormidos
en el dulce rincón
de los
recuerdos guardados.
¿Por
qué volvéis aquellos,
tristes
y olvidados
a la
memoria de placeres perdidos?
Amores
vividos en ayeres de ayeres,
en el
hoy,
en el
ahora,
los
quiero porque sus alas sobre mi sien,
flotaron,
yo sé lo que me hicieron sentir,
yo sé
lo que me hicieron soñar,
todas
las vibraciones
y
latires que sentí en cada segundo
en mi
laúd con sus cantares.
Crónicas
de amores vividos,
historias
inolvidables,
imborrables
de mi existir.
Mi
mente se abre
para
que los relatos me salven
de una
soledad infinita
que se
despliega en un abanico romántico.
Las
prosas poéticas de amor
que me
inspiraron en mi vida esos amores,
las que
dejaron huella,
las que
me marcaron
con
sólo nombrarme en mis labios,
se
hundieron entre las ruinas
de
algún idioma inmerso en la
Tierra.
Crónicas
de amores vividos
que me
hacen cantar ebria de dicha
y de
emoción cuando pronuncio nombres,
fechas,
lugares,
minutos,
segundos,
vividos
cada uno con total intensidad.
Mi
espíritu todo se envuelve de luz
como
una aurora y su resplandor rosado,
mis
amores vividos,
se
hacen realidad,
plenos
de místicos aromas
acallando
toda pena,
mitigando
todo afán.
Crónicas
de amores vividos
que por
haber vivido
encienden
el sol
como
lámparas de cegador rubí
y en mi
paraíso de cristal
y agua
mil besos me buscan,
acarician
mi piel,
descubriéndome
toda,
lentamente,
sin
temores ni dudas porque mi cuerpo impar,
tenso y
desnudo
ya no
se hará visible más
que
para el único amor verdadero.
Y creo
que me aman,
alguien
ya sabe que existo,
que
puede estrecharme entre sus brazos
y que
por eso lo amo.
Crónicas
de amores vividos,
así la
vida pasa feliz entre las flores,
los
cantos y fulgores de intensos amaneceres
sin que
se enturbien los sentimientos
en su
diáfana transparencia,
el no
tener mañana
como no
se tuvo ayer.
De las
fugaces dichas las palabras,
las
ideas,
las
prosas como emblemas
van a
las hojas de cada flor,
se van
a su perfume,
se
dispersan en cantos,
buscándote
a ti,
el que
hizo palpitar y vibrar
mi
corazón con todo su ardor.
Y entre
un gran humo de pájaros cantantes,
el
relato de mis amores,
entre
las brisas se alza y asalta
su
magnífica vastedad.
Siguen
el reflejo del agua en playas virginales,
sin
reposo,
porque
el mar se resiste,
ola
tras ola a que se escondan
las
huellas de los cuerpos.
Crónicas
de amores vividos,
quien
va a dudar de las historias que dejaron signos,
deslizándose
entre las leyes más antiguas
que los
dioses abrieron en la tierra,
los
gozos,
las
dichas,
los
placeres.
¿Quién
va a dudar de esa verdad tan clara
en las
antologías en todos los idiomas
que el
amor tejido
entre
coronas en noches invernales
es lo
más perfecto y deseado del mundo?