Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 29 de noviembre de 2015
Plenitud sublime
Plenitud
sublime,
integridad
insuperable es vivir amando
como la
única razón
y la
verdadera expresión
de ser
la misma Vida.
Amor
tan sublime que nada expresa,
tan
inmaculado que brilla por el infinito,
así es el amor que por ti siento,
teniendo en mi laúd cantares
y en el
rosal de mi cariño, flores.
Plenitud
sublime de vivir,
amor que llena mi ser
con
infinita alegría,
pon en
mis versos el tesoro
de las
alboradas de plata,
de los
mediodías de oro
y de las tardes de escarlata.
Dame a
beber la poesía
en el
raudal de inspiración
que es
fragor de lucha
en el
día y en la noche meditación.
Plenitud
sublime, plétora excelsa
que
como un himno todo lo ennoblece,
todo se agranda a sus clamores,
el
firmamento resplandece,
la tierra
se colma de flores.
El
amor, el verdadero,
nacido
de mi alma sonora
con la
armonía de flotantes alas,
desciende
por diáfanas escalas
a
bañarse en la fuente bullidora.
Plenitud
sublime,
que
hace que la inspiración
se
colme de recuerdos excelsos
de los
momentos en los que estuve
entre tus brazos,
riendo
entre vibrantes notas.
Siempre
hay estrellas
que
brillan en la noche de mi alma
cuando
pienso en ti.
El
deseo y el amor
en un
instante de semblanza
nos
conducen al espacio
con las
alas de todas nuestras canciones
para
llegar hasta altas nubes
plenas
de radiantes ilusiones.
Plenitud
sublime,
grandiosa
en su clamor,
dilata
el paisaje y un temblor
de
encaje pone en el follaje.
Amor,
luz que el cielo envía
como
poesía de la noche fría,
luz
toda dolor
por ser
toda sueño de blanca belleza.
Plenitud
sublime, inesperada,
sorprendente, apasionada,
con
instantes de gozo y de pasión,
nuestras
almas se buscan
por
nuestro diferir
como
por un camino
donde
no hay despedidas.
Y al
final, el hallazgo, el contacto,
la
unión pura brotando como río sin cauce
en un
agua quieta
y sólo
estaremos tú y yo,
uno y
uno,
en un
solo rostro, amor, que les sonríe.
Plenitud
sublime,
en
lenta y arrobada calma
buscamos la unidad, labio con labio,
acunándonos
unidos en una paz cierta y plena.
En mi
sueño de poeta
me
visto de estrellas para brillar para ti
y nos
abrazamos unidos
en carruaje de cristal
donde
nos amamos con pasión
en
nuestro Universo de amor
en el
que el silencio nos une.
Enredadera de amor
Enredadera
de amor,
me envuelves en tu capullo
entre
hojas verdes y flores perfumadas,
me siento atrapada entre tus brazos
como
una hiedra estremecida
asciende
mi vida sobre tu cuerpo
y en
mis manos tiemblan las estrellas.
Enredadera
de amor,
tiene
forma de besos, de brazos,
hacia
mí,
nos
vamos juntos temblando de futuro,
a sentirla de prisa,
segundos,
siglos, siempres.
Enredadera
de amor,
gozo,
delicia lenta de gozar,
de
amar, de promesas vibrantes y tensas.
Suya me
siento antes de su llegada,
siempre
lo espero con mis ojos cerrados
ya que
franqueará su paso
abriendo
la enredadera que nos cubre,
su esperada llegada a lo imposible.
Te
espero entre verdes follajes
y
campanillas azules
que
como nido de amor cálido y tierno
nos
cobijará y te siento venir
por tus
sonidos tan tuyos,
viniendo
de tu ausencia
con ese
largo rodeo que das para venir.
Enredadera
de amor,
abrázame
con tus lazos,
déjame
sentir tus hojas verdes
acariciadas
por la brisa tenue
en
todas las madrugadas de nuestras vidas.
Enredadera
de amor,
no te
enredes en el temor,
que tus
tallos no se sequen
y sin
flor no dejes
que
lazos del dolor
quiebren
tus raíces tiernas ahogándolas.
No
permitas que tu vida se retuerza
y caiga
al vacío,
no
dejes que enredaderas del fracaso
agarren
fuerte tu destino.
Deja
que lazos de perdón
nazcan
y broten en tu interior,
sólo
así podrás treparte
como
enredadera de amor.
¡Vamos
enredadera de amor,
buscando
siempre más alto!
¡Préndete
con firmeza
para
florecer en el cielo
ante
sublime belleza!
No te
rindas nunca
llévame
contigo siempre
abrazada
a mi amor,
quiero
estar en tus ojos
como
llama de crepúsculo
y que
tus hojas caigan
en el
agua de tu alma.
Apegada
a tus brazos
como
una enredadera,
las hojas
secas de otoño
giran en tu alma,
recogen
tu voz lenta y en calma.
Hoguera
de estupor
que en
mi seno arde,
dulce
jacinto azul
durmiendo
sobre mi espíritu todo.
Enredadera
de amor,
eres mi existencia entera,
mi eterna pasión,
eres mi
libertad,
mi quimera, mi confusión,
mi
nota, mi guía, mi gran obsesión.
Descubrir
tu voz de enredadera,
anudarse a mis ojos
vueltos
hacia la noche
y sentir
el rastro de tu boca,
sombra
que se detiene
en el
misterio de mi cuerpo desnudo
entretejido
de hojas verdes.
Mi
corazón tiembla
como
canto de nadie,
soy
tuya hasta tus raíces,
soy
sangre sin hambre,
dolor
sin dolor.
Gajito
de enredadera,
déjame
estar entre tus ramas
y llegar a la cúspide de tu amor
enredada
entre tus brazos.
Tropiezos Del Corazón
Tropiezos
del corazón,
¡cuántos pesares causan!,
vacilo en mis sentimientos,
detenida
en el grave concierto del otoño,
escuchando
como los violines y las arpas
agitan
un mar de hojas rojizas, amarillentas.
Tropiezos
del corazón,
por primera vez lloré
al
haber arrebatado tu rostro
al
deseo creciente de mi alma
por
querer mirarme en tus ojos
y no
encontrarte.
Después
del letargo imprevisto
que
arrastró en sus alas minutos y horas,
ahora lejanas y frías,
conservo
en mis labios tu nombre
esperando
que nazca de tu rostro
el
verde que refresque mis sentidos
y tú
confundido y ausente
ignorarás mi suplicio que clama por ti.
Tropiezos
del corazón,
caí en
un pozo sin fondo,
te añoro y te extraño,
no has venido a despertar
mi alma sumergida
en
sombras sin luces, ni rumbos.
Si
pudiera gritar mil palabras
serían testamento
para repetir libres de mentiras y falsedades
el amor
que por ti siento.
Ajusto
sobre un arco mis deseos
y del
puente que tiendo con mis flechas
bajan lamentos de amor a nuestro suelo.
Tropiezo
del corazón
que
hacen tambalear
mis
ilusiones y mi alma entera,
apagando
las estrellas de mi cielo
convirtiendo
mis sueños
en
tropeles de fantasmas tétricos
que me
envuelven
con
mantos oscuros de la noche
llevándome por ríos inagotables de tristeza
formados por las lágrimas
que
brotan de lo profundo de mis sentimientos.
Tropiezos
del corazón,
por los mares del silencio
siento
que crece la luna desde adentro
y que
como cisnes de humo
flotan los recuerdos y los pensamientos
en las
redes sutiles de mi sueños.
¡Tu
presencia se diluye a lo largo de mi barca!
¡Tú no
estás!
¡Entre las tranquilas sombras ya no te pienso!
En
duras alamedas de cristales
padece el corazón un miedo tibio
y pasa
lentamente entre mis dedos
la luz quemada de tus ojos negros.
Tropiezos
del corazón,
el
desliz de mi mente cuando duermo
me hace
llegar al valle de tus sueños
y me
mueve la distancia como alas
en las
grietas de mi piel que vence el tiempo.
Y tu
alma y mi alma se pierden
en la
niebla lejana del recuerdo.
Tus
caricias imaginadas
brotan
lentas por el mapa de mi cuerpo.
¿Qué
haces alma,
tropezando en caídas sin regreso,
que no ves las celadas que me aguardan?
Tú y yo
somos agua pasada
que
moja las veredas de mi vida.