Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 30 de noviembre de 2015
Alma vagabunda
Alma
vagabunda,
levantaste
vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas
nubes que te hacían danzar
entre
silbidos de vientos suaves
como
gemidos de un amor lejano.
Alma
vagabunda,
perfumes,
luces, formas y sonidos
desentrañados
de su cautiverio,
azuzan
y apaciguan los sentidos
en
un riesgoso y repetido juego.
Detrás,
la espesa niebla del misterio
y
más allá un Dios mudo, sordo y ciego.
Alma
vagabunda,
vagabunda
que el aire hace
que
hienda en pos
de
las campanas,
averigua
el río de los cristales,
la
dulce redondez de la manzana,
la
cruenta hostilidad de los cardales.
Alma
vagabunda,
¿cuál
es el motivo que no te deja detener
en
ningún lugar?,
¿qué
buscas?,
¿qué
signos y enigmas
vas
señalando como cada minuto el reloj
desgrana
con sus pinzas prolijas y puntuales?
Mi
entendimiento se afana
por
descifrar esa búsqueda inútil
de
recalar tu alma vagabunda.
Alma
vagabunda,
en
tiempo diferido,
en
una odisea sin fin
no
puedo dejar de pensar
por
qué abandonaste la mansión de tu ser.
¿Fue
por desconsuelo de amor?
Te
dejaron sola e incomprendida
y
emprendiste el vuelo eterno.
Alma
vagabunda,
pura,
virgen, desamparada,
te
mueve sí el pensamiento
lo
más sublime e inefable energía universal
creando
palabras, poesías de amor,
volátiles
e inacabadas
para
que nadie las descubra,
son
para ti, sólo para ti
amado
amante.
Alma
vagabunda,
no
vueles tan alto
que
no puedas apreciar
la
hermosura de la senda
que
te conducirá hacia él,
tu
enamorado de siempre,
caminando
en puntas de tiempo.
Lluvia de amor
Lluvia
de amor
que va
cayendo en mi corazón,
lluvia que resbala por los cristales
en
gotas de agua dulce
que
recorren hasta el último de los rincones,
provocando
divinas sensaciones
que se
estancan
en mil
sentimientos interminables.
Se
convierten en un vuelo
de
palabras blancas que mojan,
lentamente, el alma.
Lluvia
de amor,
eres el
espíritu de mis amores,
eres
esperanza y razón,
eres
lluvia fresca en mis manos,
eres
quien busca los sueños
vestido
de estrella,
eres lluvia frondosa del cielo,
sol que irrumpe detrás de las montañas,
aire
que levanta,
que da
fuerza y vida al amor.
Tan
convencida estoy
de tu
gran transparencia,
en la
que vivo,
de que
la luz, la lluvia, el cielo,
son
formas en que te esquivas,
vaga
interposición entre tú y tú.
Nunca
estoy sola
mientras
la luz del día ilumina tu alma
o cuando al encenderse las estrellas
me van
diciendo palabras que tú piensas.
Esa
gota de lluvia
que cae
sobre el papel es
como
una difusa flor de azahar
que tú
me envías
desde donde vives.
Eres
esas pequeñas gotas
de
sentires y relámpagos
que
poco a poco va calmando
en finos diamantes
la
tormenta del alma,
empapando cada espacio
de los
corazones enamorados.
Eres
agua pura
cuya
presencia engalana,
caricia
divina salpicada de sonrisas.
¡Qué
siempre llueva, lluvia fresca del alma
y al
final deje un arco iris!
Lluvia
de amor para el corazón,
lluvia fresca de brisas y amores,
en
besos ardientes y caricias suaves.
Lluvia
frondosa convertida en amor.
A
través de la lluvia
me
llegas tú,
entre
gotas frías
que
acarician mi rostro,
llenas
de armonías las siento,
cierro
mis ojos
mientras
lentamente te pienso
y
lentamente te siento.
Románticos
pensamientos
llueven en mi mente,
atrapando
la lluvia un sinfín de sensaciones.
Yo sólo
te sueño, amor mío
y te
siento conmigo
mientras
la lluvia cae…
en su
húmedo y romántico velo
que me
suaviza…
como
brisa de terciopelo
recordándote
y haciéndome feliz
en este
ensueño bello
como
las gotas que caen
en el cristal de mi ventana.
Alegre desilusión
Alegría
de estar juntos.
(En
nuestras manos
depositamos
nuestro destino,
en
nuestras alas
cobijamos nuestro amor,
estábamos
juntos
y
palpitaban nuestros corazones,
naciendo
poemas
pero no
sabemos la causa,
la
lejanía nos cercó).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(El
amor con desamor candoroso
llegó a nosotros con un pasajero
con
augurios del mensajero
a la
estación del olvido,
separándonos
aún
sintiendo
ambos una pasión encendida).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Estando
juntos, mirándonos,
nos
sentíamos en un paraíso
guardado
más allá de virginales jardines
pero
sin darnos cuenta nos marchamos,
se
deshizo el abrazo,
se
apartaron los ojos,
dejaron
de mirarse
para
buscar el mundo
donde nos
encontráramos).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
hallamos tras nuestras huellas
de un
vivir todo transido
entre
alegrías y penas
pero
amándonos
y hoy nos encontramos solitarios,
viendo la lejanía del pasado
con un
adiós que llegó a escondidas
cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
vimos en espejismos,
puros y
diáfanos
y
nuestros labios se buscaban
para besarse en noche de encanto,
entre
suspiros de noches de plenilunios,
apartándonos
de a poco,
sin
adioses,
en una
trilogía de melancolías
que
fatigó nuestros corazones).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
esperamos en el momento exacto,
en
nuestro anhelante
querer
de estar juntos,
en ese
día tan claro
que las
presencias de siempre
no
bastaban
y
nuestros besos se quedaban
a medio vivir de sus destinos
y
nuestros llantos nos separaban).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nuestro
encuentro
fue un
choque de materia
y
materia que a fuerza de contacto
se
convirtió en victoria gozosa
de los dos en prodigioso pacto de amor
pero
nos dejamos de ver
sin entender el porqué
y
quedamos los dos
con
nuestras soledades sin compartir).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Alzamos
los ojos
y nos miramos
y el
amor nos unió,
iba yo
hacia ti
y tú
venías hacia mí
y la
identidad nos unió
entre
éxtasis y alegrías intensas
que nos condujeron a separar
nuestras
vidas para siempre
en
tristezas profundas y agónicas).
Desilusión
compartida.
Los dos
sentimos ese dolor
de adentro
al separarnos
y ya
nuestras manos
no se aprisionan,
nuestros
cuerpos no se sienten,
las
sombras nos envuelven
en una
tierra seca,
en una
noche oscura,
entre
incógnitas palabras sin sentido
en un
lenguaje que no es el nuestro,
vamos
rumbo a lo incognoscible,
en
busca de vocablos de amor desconocido.