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Sin ti


Sin ti
(de lágrimas se inunda mi alma)
lloro.

Sin ti
(un mar salado me atormenta por dentro)
lloro.

Sin ti
(mi corazón tiembla y se estremece)
lloro.

Sin ti
(desde lejos te añoro y te busco)
lloro.

Sin ti
(mi vida ya sin tu presencia no existe)
lloro.

Sin ti
(me estremezco entre las tinieblas)
lloro.

Sin ti
(ya la risa se escapó de mi alma)
lloro.

Sin ti
(las esperanzas de tenerte a mi lado
se esfumaron)
lloro.

Sin ti
(sin poder recuperar el tenerte entre mis brazos)
lloro.

Sin ti
(mis ojos llenos de tristezas se mojan)
lloro.

Sin ti
(la vida transcurre con insistentes sobresaltos)
lloro.

Sin ti
(ante la revelación de no tenerte
más la nada me invade)
lloro.

Sin ti
(ya no aguardo,
ya no espero,
ya no hay prisa de verte)
lloro.

Sin ti
(la oscuridad me envuelve,
me atormenta,
me lleva con señuelos
a la trampa de la espera)
lloro.

Sin ti
(ya no más sueños prometidos de felicidad plena
y amor verdadero)
lloro.

Sin ti
(ya nuestro amor de misterio
que suspendidos en el paraíso nos dejaba,
ya nos ha dejado)
lloro.

Sin ti
(las caricias, las mías,
se han ido de mis manos,
liberando el amor dulce y grácil)
lloro.

Sin ti
(estoy pensando en la melodía de la vida,
que vivimos juntos con su ritmo y compás
que sin ti ya no se oirá su tono,
ni su sintonía nunca más).

Nació nuestro romance


Nació nuestro romance
como una ráfaga,
violenta, como un huracán vertiginoso,
desde lugares distantes.

Fue como una nube,
tal vez una corriente renovada,
fue como estrella,
como lucero que brilla,
que titila y parpadea.

¡Ah, nuestro amor!
Fue un viento pasajero,
fue como el mar,
más bien como marea.

Nació nuestro romance
y se clavó como una espina o dardo
sin dolor en la hondura de nuestros corazones,
es como el bello canto de la alondra,
es como un sol que en el ocaso se desliza.

Hoy nuestro amor
se torna transparente y es nuestro presente.
Nació como un manantial puro
y virgen de la montaña,
recorriendo caminos diferentes y pendientes
hasta llegar al remanso de paz.

Nació nuestro romance desde lontananza,
más allá del cosmos
y se fue acercando para unirnos cada vez
en forma más entera y profunda.

Nos buscamos hasta en la penumbra,
donde nuestras almas
en dicha total se encuentran
y nos vamos lejos, juntos,
a estar en completa comunidad de espíritus.

Entre ríos de música
y lluvia de pétalos de flores,
serenamente, nos abrazamos,
somos uno en dos.
Somos árbol que va floreciendo
de a poco y hoguera sin humo,
sólo con luces multicolores.
Y nos envuelve el olor de las glicinas
y de las madreselvas,
derramándose por doquier.

No dejemos que este romance termine
en espejos de recuerdos
del áureo paraíso logrado.

Busquemos esa perfecta unión
que acerca más que abrazo
o beso de nuestra vida
y de su gran proyecto de dichas de futuro,
acercándonos al presente
para darnos largas dulzuras del minuto,
del tiempo que estamos viviendo.

Al cielo me deslizo


Al cielo me deslizo
contigo entre tus brazos,
quiero ser en tu vida
algo más que un instante,
algo más que una sombra
y algo más que un afán;
que una vehemencia,
un ansia.

Al cielo me deslizo
y dejo en ti una huella imborrable,
un recuerdo constante
y una sola verdad
palpitando con temor  a abandono.
Ser en todo
y por todo complemento de ti.

Al cielo me deslizo
y me hundo muy despacio
en el paraíso cierto
para ser tuya llegando a ti
hollando nubes,
rasgando velocidades de luz de estrellas,
decidida escogiendo cuerpo,
sitio y hora.

Al cielo me deslizo
con los ojos bien abiertos
esperando la dicha
franqueando todo lo imposible puertas,
rejas y cornisas a mi paso,
con un gran temblor de víspera
y de alba.

Lo fácil en el alma
es lo que tiembla al sentir llegar el amor
porque para que llegue
hay que ir esperándolo bien desnudos,
tensas las fuerzas vírgenes
dormidas en el ser.

Al cielo me deslizo
con una sed infinita de caricias y besos,
quiero ser en tu vida
una pena de ausencia,
un dolor de distancia,
un ansia de amar,
algo más que una imagen
y algo más que el ensueño
que venciendo caminos
llega y se detiene ya.

Al cielo me deslizo
quiero ser el fin y el principio,
la tiniebla y la luz,
la tierra y el cielo
y en tu vida anidar diciéndote
en mi verso:
tú que tienes la palabra exacta
y los silencios largos.

Al cielo me deslizo junto a ti,
con las señas de la playa,
entre auroras con espumas
con nubes en los ocasos,
para  entregarme a tu resplandor dorado
sintiendo las dichas
de lo que es este milagro.

Al cielo me deslizo
y nuestro amor
va por el aire de los ojos,
entre el vivir y el recuerdo,
suelto,
flotando para que esté mejor guardado
el recuerdo del ayer
y del mañana.