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Hiedra de amor


Hiedra de amor,
me enrosco entre enredaderas
a tu cuerpo viril y fuerte.

Toco tu muslo y descubro
el suelo por tu pie desnudo.

Al desnudar tu luz en mis pupilas
se congrega la sangre por las venas
y una tibia memoria sin contornos
se apacienta en nuestros valles,
entre madreselvas.

Hiedra de amor,
mueve el viento
su lengua sosegada
el monte su verdor sangra en el río
y manan de mis senos,
caricias para recostarse en tus pupilas.

Por las venas del aire
andan tus pasos
tentando mi recuerdo
y tu albedrío,
naciendo nuestros cuerpos
hasta nuestras frentes
una hiedra de amor enternecida.

Tus ojos que se abren en follaje,
anegan de esperanzas mis deseos,
mientras recorro con mi mente
todo tu cuerpo enternecido
en las largas avenidas
de tu cielo.

Quiero mi nombre
recogido en tu boca
con color en la música del estío,
tan leve en extensión
pero tan profundo en amor
al amparar su son tan breve tiempo.

Mantendré mi sed de amor por ti,
siempre,
entre suspiros descendidos desde el cielo
y el medido resplandor de tu alabastro
una hiedra de amor cae sobre mis pezones.

En un amor callado y silencioso,
sangre del bienamor,
firme enredadera de amor,
está en mí plantada.

El rocío de pétalos de jazmines,
glicinas,
buganvillas,
azahares,
caen en mis labios como tus besos
y la sed de mi amor
los encuentra en mi boca
que te espera con toda ansiedad.

Alba de amor


Alba de amor,
la noche cuajada de estrellas
envió desde todos sus astros
la más pura armonía de reflejos
como ofrenda nupcial a mi tálamo.

¡Cómo suena en mi alma
la clara vibración pasional de mi amado,
que se abrió todo en círculos inmensos
donde anduvo mi amor de su brazo!

Alba de amor,
la luz áurea va inundando
nuestras almas y cuerpos,
la ternura de todos los surcos
se ha quedado enredada en mis pasos
y los dulces instantes vividos
siguen tenues en mi alma soñando.

La emoción que brotó de nuestras vidas
ha tornado la ruta del alba
y ahora vuela por todos los prados.

Ya la noche se fue,
queda el velo que al recuerdo
se enlaza apretado y nos mira
en estrellas dormidas
desde el cielo en nosotros rondando.

Alba de amor,
ya la noche se fue
y las nuevas emociones del alba
se han atado.
Todo sabe
a canciones y frutos.

Se ha quedado tu vida en mi vida
como el alba se queda en los campos
y hay mil pájaros vivos
en mi alma de esta noche
de amor entre cantos.

Quisiera guardar en secreto
esta noche larga pero mi alma
no puede alcanzar el silencio del poema
sin palabras y saltan y juguetean
entre mis labios los versos de amor
como vibraciones íntimas.

Alba de amor,
vivimos una noche colmada de sueños,
lo saben nuestras almas
más allá de las islas
y más allá del sol.

El trópico,
en sandalias de luz,
prestó las alas y tu sueño
y mi sueño se encendieron juntos.

Esta noche se ha ido,
casi aurora,
casi ronda de luna entre montañas,
como una sensación de golondrinas
al picar su ilusión en una rama.

Alba de amor,
noche rasgada con claridades
de esencias altas circundadas
de emociones intensas
y me surgen canciones con palabras
y en mi pulso laten mis poemas andando trémula
por los astros como si yo no fuese por la tierra.

Alba de amor,
que noche de hojas suaves y de sombras,
palpitante de aromas y gozos
con cántico de vientos
entre embelesos de luces mágicas.

Noche larga con cantares dulces y poemas,
frases,
prosas de amor que cruzan y se van
a lo lejos a horizontes lejanos,
vibrando con su eco las palabras
temblorosas y ávidas que tú,
mi amado,
no me dejes ir de tu lado
y me tengas abrazada
como una cadena de flores perfumadas.

Despedida en silencio


Despedida en silencio,
te digo adiós para siempre
quizás, queriéndote todavía.
Enséñale a mi boca a que
no te nombre más,
no dejes que mis manos acaricien tu pecho
ni que camines sobre el muro
que cerca mi silencio.

Despedida en silencio
tu piel se me enciende
en mi cuerpo deseoso de ti
pero no debo permitir
ni   tan solo  pensarlo.

Balanceo en tu frente,
una corona
es el aire que se escapa de mis dedos,
 no saben mis labios
la palabra que une tus oídos
a mis versos.

Despedida en silencio
te digo adiós
en este silencio mío,
con el dolor en el alma impregnado.

Me marcho de tu lado,
mi amor para ti es prohibido.
Fue un regalo en el desierto
que la vida, a su capricho,
me había ofrecido.

Te amo y te seguiré amando,
desde muy lejos.
Te amo aún con derroche de ternura
y te grabé en mi piel
con sólo una caricia tuya.

Estoy sentada en silencio
pensándote a gritos.
¡Cuánto dolor, dudas, tristezas y amarguras,
produce el adiós a la persona
que más amamos!.

¡Qué difícil entender y aceptar una separación!
¡Qué difícil entender que se fue
sin un merecido adiós!
Cuando entregamos la vida entera
pensando que ahí, estará siempre,
llenando nuestro corazón de amor.

Despedida en silencio,
silencio entre los dos,
sin adioses, sin palabras,
nos separamos en una dura realidad.
¡Qué difícil recuperar
el honor que una vez perdí
anhelando tenerte en mis brazos!
Ya el muro se alzó entre los dos,
infranqueable,
nunca más nos miraremos,
nunca más seré tuya.