Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
viernes, 12 de febrero de 2016
El Fin
El Fin
Siento agua en mis ojos y
nueves de viento en mis manos.
Siento en mis pies
enloquecidas alas y jilgueros de música en mi garganta,
siento que todo en mí quiere volar.
Quiere ir a un arroyo
rumoroso, quiere enredarse en un balcón de arrullos grises.
Y perfumes amarillos tipas
y palomas.
Me atraen desde la
distancia que es verde y es planicie pura,
me llevan en sus brazos de
hojas frescas y de aguas de espejos cautivantes.
¡Al fin me ponen en los
tuyos!
Me ahogan tus ramas de
piel caliente.
Me sacude el elixir de tus
caricias, cual sublime pájaro de fuego.
Quiero que aturdas todos
mis sentido, quiero sentir un cerco,
que confunda mi cuerpo con
tu carne me aliento con tu boca, mi piel con tus ojos,
de humo y de miedo son
final.
Comúlgate conmigo, apaga
el viento que delira.
“Es
tu voz un bálsamo dulce
que
me busca,
en
oscura lejanía”
¿Por Qué?
¿Por
Qué?
¿Por qué sin darme cuenta
busco tu mirada y no está?
Busco tus besos y no me
besas, busco tu cuerpo y se hizo traslucido.
Y tanteo todo a mi
alrededor y me encuentro un alto muro
que,
que me impide avanzar.
Lo recorro y no tiene
salida, estoy encerrada sola conmigo misma.
¿Qué pasó así de
pronto? ¿Por qué sucedió?
Me alejaste tras un muro
para que no pudiera encontrarte nunca más,
todo mi calor, mi amor,
mis caricias vuelan tras estos muros.
Que ahora son por tu
ímpetu de locura, amparadas para mi,
como ramas de árbol en
cuya sombra cantaran los mirlos, para darle paz a mi alma.
Para dejar mi pecho libre
de quebrantos, para que no piense más en ti.
Todo
cabe entre entre estos,
muros que construyó con amor mi brazo,
para no verte mas ni sentirte.
Lejanías
Lejanías
Cabalgando en vientos de perfume y oro consumí tus besos de
mariposas y de miel,
tus lejanas caricias me ataron a la sombra de tu fuego y en la sal
de tus palabras,
hechas de crines doradas e impetuosas, enredé mi alma para siempre,
aunque mi cuerpo no puede ir hacia ti, hasta tengo celos de la lejanía.
No estoy a tu lado pero siento el amor de tus manos y tus brazos.
Acaricio el silencio de tu ausencia, porque desde otra, tu lejana
ausencia siente las caricias,
dislocadas que en galopes de metal y oro llegan a mi cuerpo
nostalgioso.
Aún desde tan lejos añoro en el silencio tu presencia amada y mi
piel añora tus suaves manos,
para cobijo y amparo.
Tengo celos, siento celos, si lo siento, porque no estás a mi lado.
Lejanía, triste palabra no impide que del otro lado del orbe dos
personas se comuniquen a través del éter y se amen.
“Sentí su silencio,
silencio vivo,
bullicioso del papel”