Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 15 de febrero de 2016
Entre Flores Y Aromas
Entre flores y aromas
he abierto las
ventanas de mi alma
para que tú navegues
entre mis flores.
Hoy mi vida huele a
manzanas
y a frescura de
naranjas
recién cortadas,
creo que desde
siempre te amé
más que a cualquier
cosa que yo amaba.
¿Es tu amor?
¿Es tu piel?
¿Es tu nombre?
Eres tú amor,
el que todo el tiempo
me acompañas.
El aroma de flores
vive en mi corazón,
con suavidad,
fortaleza,
florece dejando un
sabor dulce
abriéndolo con delicados pétalos.
Los suspiros por ti,
llevan aire de aroma.
Aroma de flores
esparcidas de mil colores,
colores de diferentes
rosas, alelíes,
tulipanes, girasoles,
que hacen de tu
rostro un idioma,
idioma que de mis
letras
las escribo para ti
como los mejores tulipanes
tempraneros y en flor.
Entre flores y aromas
te amo,
entre esplendores que iluminan
las noches románticas de pasión.
Hoy escribo letras
en cada pétalo de
flores,
escribo poemas, prosas, versos
y a él se los dedico,
a mi inspiración
que hace de mis versos rosas perfumadas
salpicando mis poemas
con dulce miradas y
tiernos besos de amor.
Nos rodean aromas,
flores y velas,
estamos unidos a la tenue luz
que brilla sombreando
nuestros cuerpos en
éxtasis de amor.
Son las flores
manantiales de sueños
y de ilusiones y de
sus tallos
vemos florecer
nuestros corazones.
Las prosas poéticas
que mi numen me
inspira
van en busca de las
flores,
los frutos, los
aromas y sabores,
van para no volver
o para volver con
ellos.
Unos van a los
jardines,
otros al nido de amor
cálido y latiente,
el perfume y el color
misteriosamente los
elevan
por cielos azules y claros
hacia el amor que los espera
entre mil frutas y
aromas dulces.
Un pájaro y una flor,
un jilguero y una rosa,
habitan en lo
interior del ideal del poeta.
Entre flores y aromas
vivimos tú y yo
y las prosas poéticas
de nuestro amor
nos envuelven con
ímpetu alado
y nos ascienden
entre nubes de
algodón
desde el paraíso florecido,
entre risas y lloros en flor.
El perfume y el color
misteriosamente elevan
nuestras almas de
poetas
cruzando el éter
para beber luz en las
estrellas,
dormitando en el
silencio blanco
de la luna llena.
Volamos juntos
al espacio entre flores y aromas,
con las alas de todas nuestras canciones
irradiando ilusiones
por doquier,
ebrios de luz
como una estrella errante…
El fuego que soy hoy
Hoy soy
fuego,
estoy
viva
y mis
manos
abrazan
la verdad
y baño
el aire
con mis
sonrisas
al
pensar
cuanto
me abrazan
tus
labios
al
besar
como la
boca derretida
de un
volcán.
Tarda
noches
la
noche en ser auroras,
la luz se hace despacio
porque es tu centro
una
fuerza sensitiva.
El
fuego que soy hoy
mi
cuerpo y alma
se
abrieron
ante tu
magia sensorial.
¡Triunfos,
revelación!
Hay
fulgores brillantes
en mi
alrededor
y me
llega el goce
como
espuma sin prisa,
en impolutas
láminas
de
sentimientos intensos
y
deseos
de que
aquel pensamiento
nacido
oscuro,
con mi
sol,
a tu
cuerpo
he de
bañar.
El
fuego que soy hoy
es luz
que
traduce incógnitas lejanas,
a gozos
inmediatos,
a placeres sentidos
hasta
los más íntimos.
Inconcientemente,
en mis
sueños estás,
donde
no mando yo,
sino sólo mi corazón
y allí
tuya
por siempre
puedo
ser por una eternidad.
El
fuego que soy hoy
no se
apagará,
es un
misterio velado
que la
mañana que asciende
hacia
su colmo esplendor,
paso a paso,
en
contornos
se goza aún más
y en
perfiles
rechaza
lo desconocido,
lo no
sentido con intensidad.
La
hoguera de mi interior
se
enciende
sólo en
pensarte
y se
alza arrebatadora,
velocísima,
como
alas
en el
confín del mar.
El fuego
que soy,
está
encendido
en mi
corazón para tí,
sólo
para tí,
eres mi
milagro de amor
y cada
vez que pienso en tí,
siento un cosquilleo
por todo mi cuerpo,
te
necesito a mi lado,
sin
tocarnos siquiera,
estremecidos
tan
sólo con mirarnos.
El
fuego que soy hoy
es un sortilegio de amor
y mis versos,
vibran,
al
volar
al
papel que los espera
con
ansia
para
que lleguen a tí
mis
palabras de amor.
Soy tu
amante escondida
que
alisa la arena,
bien
lisa,
para
que en rasgos levísimos
la mano escriba
lo que
siento por ti
entre
pudores de espuma
mensajes
de ondina son,
soy tu amada total,
te ofrezco mi vida.
El
fuego que soy hoy
alumbra
la marina,
en una noche estrellada
entre
abrazos truncos
y besos
que al
aire
fueron
entre deseos
que
se alzaron
y altas
quejas de espuma
que se
llevó el viento.
Sin
ansias
y sin
prisas
espero
el amor
que se
inicia como idilio
estrenado
en
fábulas no escritas.
Y
tejiendo y destejiendo,
el
fuego que soy hoy,
los
versos
permanecen
entre hilos de luz
de este
raudo amor
que se
inicia
para siempre.
Inevitable
Inevitable,
imprevisto,
mi alma
renació,
me
elevé entre nubes desdibujadas
en
vuelos cortos,
leves,
suaves
como
tules blancos al viento.
Inevitable,
la vida
se presenta
en todo
momento,
sorpresivamente,
ante sobresaltos,
sonrisas
quisquillosas,
sucesos
secretísimos,
íntimos,
que
embargan,
con
intensa emoción,
nuestros
sentidos.
Inevitable,
no
podemos esquivar
ni con
ímpetus turbulentos
lo que
está previsto para el Hoy vivido,
dejando
miedos,
temores,
lugares
oscuros
y
misteriosos de submundos
al que
no quiero llegar
hasta
el momento preciso.
Inevitable,
el ayer
del pasado
regresa
a mi vida
entre
jacarandaes
florecidos
y tibios
como
corazones titilantes.
Inevitable,
el
dolor y la angustia
nos
encuentra
y entre
heridas del alma
el
corazón se estremece
y su
latido
parece
que cesa
unos
segundos de vibrar
pero la
vida nos llama
para
amar y ser amados.
Inevitable,
es
vital para mi paz
vivir
con total confianza
y fe
proyectando
mi mundo interior
hacia
campos de esplendores
de burucuyaes
y
azules alelíes.
Inevitable,
incontrolable,
es
dejar de buscar el amor
en el
tiempo tibio
y
tembloroso
que
vivimos
hasta
el fin
de los
fines.
Desde
el principio al fin,
lo
inevitable nos circunda,
no nos
permite
en
determinados momentos
vivir
libres,
sin
morrales
y sin
heridas en el corazón
que
sangra
y sus
ríos rojizos
entre
nuestras venas hacen dribles,
vueltas,
para
encaminarnos
hacia
la luz de orbe.
El amor
dándolo por doquier,
es
recibido con el alma abierta,
sin
cerrojos,
sin
barreras,
sin
límites
ya que
nutre y beneficia
con júbilo
y alegría
el
mundo interior por doquier.
Inevitable,
mi
lamento se desgarra
en mil
cristales
que
reflejan con múltiples refacciones
lo
sufrido,
¿por
qué es tan largo el dolor
y la
felicidad tan sólo gotas
que se
suspenden en el aire
y nos
rozan apenas
en
segundos tan valiosos
de
nuestro existir?
¡Vida,
déjame
vivir libre,
en paz,
en
entrañables silencios
conmigo
misma,
que mi
alma vuele
en
cortos y rápidos segundos
al orbe
todo,
dejando
tras de mí,
estelas
fulgurantes
reflejando
en el azul cielo
el amor
que el mundo
espera
recibir!