Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 28 de febrero de 2016
Te quiero todavía
Te
quiero todavía
y deseo
olvidarte,
hundirme
en el fondo del océano oscuro
o irme
tras horizontes lejanos.
Sueño y
en mi temblor
siento
el dolor de la unidad
que no
existe,
imposible
unidad la que buscamos.
Desgarrada
en dos,
la
dicha llega con el miedo
de su
virginidad inconquistable
anhelando
el amor que ya fue.
Te
quiero todavía
y te
ruego con palabras sentidas
que me
dejes olvidarte,
no
quiero tener mi alma partida,
no
luchar con este amor que no existe,
no
lidiar con lo que sufro al no tenerlo.
Te
quiero todavía,
y sin
embargo espero
y el
tiempo pasa,
pasa y
de lo que fue una hoguera
sólo
queda una braza
pero
sigo soñando
que
estás conmigo aún.
Y
quizás
en la
sombra de mi esperanza ciega,
comprenderé,
de pronto,
que lo
que nunca llega,
nos
entristece menos
que lo
que llega tarde.
Te
quiero todavía y alguna vez,
aunque
tarde,
mis
versos deberán decirte
lo que
para mí has sido,
báculo
de flores,
lámpara
de luz indefectible,
númen
eterno
para
que las palabras surgieran
de este
intrépido corazón
con
ternuras hacia ti compartidas.
Te
quiero todavía
y mis
manos vacías tiemblan
al
escribir lo que siento,
ya que
siento más allá
de las
brumas de mis ojos
cerrados
por las lágrimas,
la
ansiedad de las horas
convirtiéndose
en días
esperando
a que llegue el olvido
y con
él sin calor la llama
y ya
sin fulgor la estrella.
Y
seguiré así mi camino
diciendo
con palabras mustias y tristes
“Era él…”,
el que
inspiraba mis versos.
Nuevas
lunas se asomarán
entre
los árboles
y las
acompañaré en la danza,
desnuda
y casta.
Las
aguas me llevan
con sus
vestiduras de música,
que no
tienen fin,
esperando
el poder amar
porque
la dicha quiere también su dicha,
libre y
sin recuerdos del pasado ya ido,
con un
perfume nuevo
que
viene con el viento
o como
agua transparente
en
cántaro sediento.
Desnúdame
Desnúdame mi amor el alma
toda,
hurgando en mi interior.
Rasga las vestiduras
de redes y dolores que me
envuelven
y forman parte de mi ser.
Navega en el mar de mi
sentir.
Desnúdame y descubrirás
nuevos horizontes dentro de
mí,
compartiendo contigo
mis fracasos y mis triunfos.
Desnúdame,
desnuda mi alma
más allá de besos,
caricias y palabras.
Estoy fiel y sumisa a tu
amor
en la alborada,
a que desnudes mi alma
y encuentres todos mis
sentimientos,
mis anhelos,
mis suspiros en la nueva
aurora boreal
del nuevo día.
Desnúdame
con los ojos del alma del
amor
navegando en el río y en el
mar de la vida,
en el agua del manantial,
en las fuentes y arroyos
cantarines
donde se refleja toda la luz
de nuestra esencia pura de
amor.
Llévame contigo a gozar de la
vida
para crear poemas nuevos,
audaces, con ritmos,
en un conjunto mágico
de letras y palabras.
Desnúdame,
acércate a mi alma,
juntándome en las sombras
con danzares sonoros y
graves
cual canto y trinos de aves.
Desnúdame y bajo riendas
frágiles,
cruza mi alma como un corcel
indómito,
abriéndose paso
entre los sentimientos
profundos y plenos
fascinando mi espíritu
con tu algarabía de
estrofas,
tiernas y sutiles.
Desnúdame
y hazme llegar tus estrofas
mágicas,
bordadas en frases de amor
con extrañas músicas
de acordes lejanos
al compás de la orquesta
que la vida nos ofrece.
Desnúdame entre tus versos,
tú el poeta,
ocultándome en un velo de
palabras
con sentimientos verdaderos
y místicos.
Desnúdame en dulces sueños
y en noches jamás olvidadas
y seremos por siempre
soñadores de infinito
entre sombras vagarosas
en espejos inciertos.
Te espero
Te espero en el umbral
de mi pasional abrazo
en la profunda noche,
desprendiéndose tizones
y luminosas chispas,
vertiendo los amantes
volcánicos
deseos de eclosión de amar.
Te espero en mi vida,
crepitaste ardiente
las brisas en el silencio
inmenso
de la oscura noche.
Ardió en mi delirio tu
abrazo creador,
intensa llamarada
de dos cuerpos pletóricos,
inmersos en el amor.
Te espero con ansias de
gozos,
con mi ternura ardiente,
abrevarás delicias
que de mi ser anhelante
van hacia ti.
Te espero,
soy tuya,
tómame, abrázame,
vierte en silencio
tus ánforas de fuego
que aceleran el latido de mi
corazón.
Te espero,
estoy cerca,
muy cerca de ti,
te quiero a mi lado,
se acelera el latido de mi
corazón amante
con tu abrazo leve y tu
aliento excitante,
donde enciende la llamarada
que me abraza el pecho.
Te espero
¿vienes amor?,
intensa llama mora en mi
pecho
que se inflama
despertando mi ardiente
fantasía
y transforma toda la faz de
mi destino.
No sé si espero,
amor,
ni si te espero,
pero de pronto estás,
inesperado y me envuelves
en un abrazo cálido de
estío.
Reconozco tus ojos de
viajero,
tu inseguro silencio,
tu llamado,
tus labios sin mañana
y sin pasado.
Te espero
porque eres un milagro de
ternura,
triste y feliz,
eterno y pasajero,
inquieto y firme.
Te espero,
amor ¡Cómo irme!
¡Cómo estar sin estar!
Te espero porque puedo
entristecerme tanto por tu
ausencia
que en fantasma de mí misma
me torno
y sentirme tan feliz por tu
presencia
que los cálices del regocijo
colmo.
Pletóricos de dicha,
con dulces sones de músicas
seremos astros del alba,
en la más alta estrella.
Ven…
te espero…
hasta la eternidad.