Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 15 de marzo de 2016
Despertar a un nuevo mundo
Despertar a un nuevo mundo
cuando la tarde apaga sus colores
y los astros encienden sus lumbreras
y se duermen las aves
y las flores surgiendo llenas de encanto
las pasiones encontradas.
Surgen en luminosa arrobamiento…
Parece que flotan…
Es tan suave su rítmico
andar que sus pies no son pies,
¡son alas de aves!
Despertar a un nuevo mundo,
entre pasiones y seducciones de amor,
llegan en grupo,
hermoso y una a una,
bajo el fanal errante de la luna,
se esconden y juegan
entre palabras de amor.
¡Cuánto esperanza e ilusión
irradian siguiendo un ideal
que no se alcanza!
Despertar a un nuevo mundo
sin silencios ni tedios que pesen y floten,
sí colmado de inspiración
entre voces de campanas
que con lentitud las notas
del ángelus desgranan
y elevan por los aires,
las frases, las poesías,
perfumando de amores,
de violeta tu boca,
tus manos,
tu frente.
Despertar a un nuevo mundo,
muchas veces,
misteriosos poemas de amor vagan
en visiones de armonía
y se ocultan en el cielo cuando aclara
y no están ni las estrofas.
Los sones que de mi lira
van brotando
son los pasos de las visiones
que conmigo las están buscando.
Despertar a un nuevo mundo,
ya mis versos aroman tus pasos,
los trae el viento,
la flor,
los astros del firmamento para ti,
mi amado amante.
A los poemas,
vida les da el sentimiento,
cielo les da la conciencia
y en búsqueda de lo soñado
hacia todas partes vuelan.
Despertar a un nuevo mundo,
donde las palabras cruzan el éter,
beben luz en las estrellas,
dormitan en el silencio,
blanco de la luna llena
o como en potros de llamas
cabalgan en los cometas.
Otros bajan al abismo
donde la luz no penetra
y donde millones de ojos
los sorprenden y contemplan…
Son los diamantes de letras
que el gnomo amontonó en su caverna.
Otras palabras buscan
el corazón del poeta
y un rojo sol prisionero
en un secreto encuentran.
Despertar a un nuevo mundo,
después de volar por todo el universo
a tus brazos regresan
con las flores inmortales
del pénsil de la belleza.
¡Acércate amor y búscame!
Te espero siempre…
Poemas que viajan
Poemas que viajan,
vuelan lejos,
muy lejos,
en instantes,
apenas,
recorren el cielo cruzando vastos océanos,
llevando su mensaje de amor
a los corazones que los reciben
palpitando de emoción
en invisibles instantes de felicidad plena.
Poemas que viajan
sembrando amor ya que el mundo,
desesperadamente establece
a través del vínculo de la vida
una alianza considerada.
Cumplen su misión de amor
para lo que fueron creados:
inundar las almas de sentimientos puros
y en forma sencilla,
no extensa,
clara,
entendible para que cada uno
las interprete en su búsqueda de la paz
y del amor deseado.
Están en el aire,
el sol les da triunfales signos de libertad,
se apoyan en el agua,
sin guijarros,
sin cuestas y ya libres
se vuelcan en páginas en blanco
que los espera con ansias y alegrías
al saber que no se marcharán.
Poemas que viajan,
como tibios presagios con rumbos conocidos,
corren pero sin prisas,
disfrazados de ardores,
sin motivo a dejar su amor
inolvidable y perdurable en papeles,
a veces lisos y brillantes,
otras en trozos desmenuzados
que no se pierden nunca.
Poemas que viajan,
en tiempos de paz y de ventura,
como dulces recuerdos
que se elevan al infinito
para desvanecerse donde los esperan
con ansias los llamados de las almas
que necesitan encontrar fuerza y alegría de vida.
Poemas que viajan,
vuelan en las serenas tardes
o en las oscuras noches
y sienten el llamado
¡vengan!
los necesitamos,
los estamos esperando
con deseos de inundarnos de amor,
buscando ese sueño que sí,
¡existe!
Y van, paso a paso,
llegando por la soledad
avanzando llenos de encanto y dulzuras
y entre notas musicales caen
en los corazones abiertos que los esperan,
necesitados de palabras,
colmados de risas,
júbilo,
alegría,
amores.
Poemas que viajan,
van solos,
no son llamados sin razones,
caen como aves alegres
y juguetonas y revoloteando,
luciendo su gracia,
su ilusión florecida en aquellos lugares
escondidos donde su ambrosía
es esperada con fiestas de almas.
Paisajes que viajan,
poesía inspirada en amores presentes,
entre temas de nostalgias,
como diminutas corolas puras
que se columpian en sus leves tallos,
se inclinan cual rocíos de color.
Sueños de astros
que las luces del alba volcaron en el papel,
se funden con el todo
entre anhelos de ternura en bóvedas azules
donde las nubes,
eternas mensajeras,
tejen guirnaldas de blancos copos
para que viajen por el mundo
a tierras lejanas ofreciendo
sus versos por doquier.
Dos títeres
Dos títeres,
somos dos seres que sin rostro y sin piel
nos amamos con
total intensidad,
manejados no sé por quién.
¿Quién rige nuestras vidas?
Vaga historia,
formas turbias,
sucesión de
ademanes con cadencias.
Y en nuestros escenarios de vida,
surgen de pronto,
veloces
animaciones,
falsos besos
a través de nuestra aparente piel
y sufrimos condenados sin remedio
a pasiones y a
ilusiones vanas.
Nuestros cuerpos se acercan,
se tocan,
se llaman pero en un instante,
sin darnos cuenta
se paran tan
sólo frente a frente
entre enredos
de hilos multicolores
y volvemos a la
soledad,
toda desnuda sin ver en nuestro interior
la tela blanca de nuestras vestiduras,
inmaculada,
ajenas a las
maldades
que en ella pretenden,
unos extraños,
cometer.
Dos títeres,
que entre hilos
de voz,
que se oyen en la noche,
nos acercan y nos alejan,
¿Quién,
de dónde,
por qué?
y entre luces
inciertas
nos amamos.
Juntos,
muy juntos,
de improviso,
desapareces en un telón oscuro y misterioso,
¿Adónde estás?
¿Por qué te alejas?
Y yo sola quedo desmadejada
y quieta en el suelo polvoriento del teatrillo.
Por mis mejillas
resbalan lágrimas de color
y esos lagrimones tristes,
dejan manchas
en mi vestido
de estopa y
algodón
como pétalos encarnados
de mil colores diferentes.
Y mi voz que sólo tú escuchas,
te dice temblando y con frío
“soy el dolor
que por donde andas,
ando.
No clames más,
tu corazón es
mío.
Títeres,
fantoches,
polichinelas
nos llaman,
brindamos risas
por doquier
pero en nuestro interior con voces prestadas,
chillonas,
agudas, falsas,
sufrimos por amor,
habitamos un
cuerpo que no es nuestro
y no pueden sujetar
con trenzas o lazos nuestros corazones
que están unidos por un eterno tiempo.
¿Quién nos hizo?
¿Por qué?
Vivimos en un
hoy
que no es
nuestro
y con redoblada fuerza
sacudo el silencioso corazón
de quien nos une y desune a la vez
y sólo hay una
puerta
que ni a mis golpes responde,
es inútil cambiar,
es inútil gritar,
sólo nos queda amarnos
en esos
instantes en que por milagro,
estamos juntos,
muy juntos.
El tiempo es un río que huye
y en algún momento en un arcón de madera
nos dejarán
juntos y todo quedará atrás
en las sombras de un remoto ayer
y así podremos amarnos,
reír, vivir nuestro existir,
mirándonos a
través
de nuestros ojos de cristal policromados
y siempre
abiertos.
La eternidad será nuestra casa
que al fin hemos de habitar
y no habrá hilos ni lazos
que nos puedan separar.
Dos títeres que se aman
y que ya no
temen a la muerte ni a la vida,
sólo les queda
soñar y así todo pasa,
sin que la
transparencia del mañana
se enturbie jamás.