Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 18 de marzo de 2016
Abrázame fuerte
Abrázame
fuerte,
para
que el follaje
semeje
el calado de un encaje al caer
del
crepúsculo sombrío
y entre
nubes el poniente rosado y verdeoscuro
se
refleje en los espejos trémulos del agua.
Abrázame
fuerte,
para
que vibre la música de las campanas
en
horas cercanas
y poder
escuchar los latidos de tu corazón.
Abrázame
fuerte,
así
inventaré momentos
y
escribiré poemas
para
guardarlos muy dentro de mí.
Guardaré
el tono de tu voz,
esa voz
única,
especial.
Abrázame
fuerte,
abrázame
siempre
porque
el camino es largo
y
debemos ser fuertes,
no te
detengas nunca
cuando
quieras buscarme.
Te
espero siempre
como un
ser que no espera a los otros;
en
dónde yo te espero,
sólo tú
cabes.
Abrázame
fuerte
y busca
en mí tu sueño
porque
con mi alma doblada hacia ti,
en el
cielo estrellado,
mis
miradas te buscan,
recorren
todo tu cuerpo
y
apartan dulcemente las señas
para
ver si hallan detrás
las
formas de tus sueños.
Abrázame
fuerte,
no me
dejes ir,
hacia
el ancho mundo,
al todo
inanimado,
porque
sola no podría vivir.
Abrázame
fuerte
y beso
a beso has entrar
la
dicha a mi alma,
sin
prisa,
con
calma y con sabores
a
delicias nuevas,
porque
nuestro amor creció despacio,
lento y
cada vez
se hizo
más y más inmenso.
Abrázame
fuerte,
llévame
lejos,
entre
luceros,
aguas
turbulentas,
arboledas
trémulas
para
que los dos a fuerza de amarnos
nos
unan las suaves voces
de
nubes por el cielo
y los
cánticos nos envuelvan
en
frases de amor al borde de los labios.
Abrázame
fuerte,
tenme
segura en tus brazos,
donde
se estremecen palabras,
frases,
que al
aire van y vuelan muy lejos
en
largos frenesíes de amor sin olvidos.
Levísimo suspiro
Levísimo suspiro
que nos hace sorprender
como si estuviéramos a punto de volar.
Suspirar,
es como una forma de recoger
el aroma del mundo
y sentirse dentro de él…
¡profundo!.
Soy un levísimo suspiro
que sube y baja de mi pecho,
me enredo en mi corazón,
salgo al aire para volver a entrar
y así jugando suspiraré de amor.
Siento un levísimo suspiro
al saber que estás lejos,
pero sé que dentro de mí te tengo.
Cada suspiro,
por más leve que sea
fue inspirado por ti
y cada lágrima que brota de mis ojos
es por la felicidad de saber
de que existes y piensas en mí.
Levísimo suspiro,
que nos da fuerzas ilimitadas
para ser nuestro apoyo,
nuestra base para esperar sin ansias,
en pausas leves, lo verdadero,
lo único, lo intangible,
lo gozoso,
entre los sueños prometidos.
Mi canto y mi suspiro van juntos,
por el camino que elegí en mi vida,
sin agobios ni tristezas,
sin falsas palabras.
Levísimo suspiro,
con aire nuevo y fresco
me hace vibrar
con una emoción desconocida,
en un enjambre del espacio
donde los sueños se hacen realidad.
Levísimo suspiro,
que nos hace encontrar
lo que perdimos en ese largo sendero
que recorrimos,
es esa voz que nos llama,
es ese ser que nos siente llegar
y nos hace elevar hacia el infinito.
Tú, el que das luz a mis ojos,
tú, el que haces regresar
el suspiro a mi alma,
tú, el que me recuerda y me ama,
déjame volar lejos con este último,
levísimo suspiro,
con ansia de libertad
en ese toque divino de amar.
Lluvia de sentimientos
Una de mis manos,
la que te acariciaba con amor
(la amiga del sol)
se moja.
Uno de mis brazos,
el que te mecía suavemente
(el de la otra tarde)
se moja.
Una de mis manos,
la que tú mimabas y besabas con
pasión
(la de los poemas)
se moja.
Uno de mis ojos,
el que te contemplaba con
ternura,
(el de la tristeza)
se moja.
Pero la otra pierna,
la que tú cosquilleabas y
arrumacabas
(la de los inviernos)
se moja.
Y el otro brazo,
en el que tú dormías y soñabas
(el del amor dulce)
se moja.
Y la otra mano,
la que enjugó tus lágrimas y te
consoló
(la de las caricias)
se moja.
Y el otro ojo,
el que te miraba con arrobo y
pasión
(que también es triste)
se moja.
Y está pensando en ti,
porque te ama,
te necesita,
te quiere a su lado.