Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 27 de marzo de 2016
Mi recuerdo eres tú
Mi recuerdo eres tú
(parece que flota…
es tan suave su ir y volver
bajo el fanal errante de la luna
confidente del bardo peregrino)
Mi última esperanza
(irradias en la sombra
todavía siguiendo un ideal
que no se alcanza,
merodeando en la sombra
la ilusión perdida que fue mi guía)
Mi recuerdo eres tú
(y hoy,
en este otoño que estoy viviendo
y que la vida empieza a declinar,
se encuentra mi corazón
solo y cansado,
sólo me hace feliz tu recuerdo
turbando el nocturno desasosiego)
Mi última esperanza
(tú, mi todo,
eres el que despiertas
con cada triste sonido,
lento toque de notas vagas
que el viento lleva
a flotar como doliente gemido
y de la noche en calma,
tú mi melancólico
me haces estremecer el alma
en vibraciones impredecibles)
Mi recuerdo eres tú
(fuiste mi mundo de venturanza
que me llevó a la plácida nota larga,
tu voz me sigue acariciando
y como un suave reproche
se desgrana en la calma noche
las perlas de las delicias vividas a tu lado)
Mi última esperanza
(¿es que acaso ya no estaremos más juntos?
Quiero flotar en el éter la aúrea nota
que nos unía en un bálsamo efluvio
de noche primaveral.
¡Ven a mí!)
Mi recuerdo eres tú
(¡qué instantes más frenéticos y voraces
vivimos tú y yo!
bajo cielos escarlatas
que se extendían inflamando mantos
sobre nuestros cuerpos)
Mi última esperanza
(no quiero que seas mi silencio total
en un viaje completo de la vida,
te quiero en su trayecto en bacanales,
algazaras, proezas musicales,
en una gesta al abordaje de la felicidad
y de la paz eterna)
Mi recuerdo eres tú
(por ti anduve en el mar,
altiva como una ola,
una ola desnuda y sola estallando
en cada cabriola y desgranándome
al recordarte en cada instante)
Mi última esperanza
(por ti,
un hondo estremecimiento
se aquerenció en mi interior
y destelló en derredor,
un símil del paraíso
al pensar en ti)
Mi recuerdo eres tú
(serás siempre
un horizonte plomizo en mi vida
quedando siempre
un goce en mi corazón
y en mis manos desoladas,
entristecidas, marcadas,
donde mi piel te recordará siempre)
De nada me arrepiento,
pues la verdad de un momento
se grita como absoluta
aunque al final de la ruta
otra verdad la reemplace.
Viví desde la cima a la cumbre,
ardida en ardientes lumbres,
en un eterno recomenzar.
Amor sin dueño
Amor sin dueño,
quiero que mi alma se
eleve hacia lo alto
entre suspiros
entrecortados y anhelos de amar
con total intensidad
haciendo palpitar el corazón
con ritmos
placenteros
y sin ansias ni
afanes,
sin que un ser me
esconda entre sus brazos
y no pueda sin
límites amar hasta el infinito.
Necesito que mis
armoniosas
y pequeñas risas y
lloros en flor
se congreguen al son
de las alas
de mis sueños.
Mis frases,
mis estrofas de amor,
son nubes que flotan
y para ello hay que
tener luz de estrella
para iluminar mi vida
en silencio plácido y
sin fin.
Amor sin dueño,
quiero ir por veredas
de la tarde perdida y
sola,
sin sentir el cercado
de ramas
que quieran
encerrarme
con trabas ni
cerrojos.
No quiero que nadie
pase por mi mente
como un aire domado
con ramas verdes
que cercan mi
sosiego.
Amor sin dueño,
no se atreva ningún
ser a entrar
en el plato sonoro de
mi silencio
queriendo quemar
la llama hirsuta de
mi frente
como un ave de marfil
en primer vuelo.
No quiero ser un
pentagrama vacío,
me quiero llena de
notas
que palpiten en mi
alma
encontrando los
versos,
las prosas,
que abren las alas y
vuelan
levantando un
remolino de cadencias
que como ecos lejanos
llegan
a horizontes
cercanos.
No deseo que mi
corazón de poeta
sea un rojo sol
prisionero,
quiero sentirme libre
para amar
con todo mi espíritu
por doquier,
aquí, más allá,
lejos,
en infinitos
espacios.
Necesito cruzar el
éter
dormitando en el
silencio blanco
de la luna llena
o como en potros de
llamas
cabalgar en los
cometas.
Hundirme libre en el
mar
o bajar libre al
abismo
donde la luz no
penetra
y donde millones de
ojos me sorprenden
y contemplan,
son los diamantes
que el gnomo amontonó
en sus cavernas.
Amor sin dueño,
vuela, corre,
descansa,
se lo coge a puñados
como al mar
y cae sobre las almas
que me rodean
en un sueño eterno
sin despertar ya más.
Suelto, escapado va,
sin que se sepa
dónde,
sí pisando los cielos
que miramos
o bajo el techo que
es la tierra nuestra,
inasequible,
incierto,
eterno jugando a
existir siempre
y a su paso en las
altas madrugadas
unas alas invisibles
lo golpean,
lo llaman, lo
necesitan,
es el amo seguro que
se cierne
volando a ras de
tierra
para todos en un
enamoramiento total de la vida.
Contigo soy feliz
Contigo soy feliz
(sueño día y noche
con estar a tu lado
y en mi duermevela
busco tu alma clara
y abierta
por caminos anchos
y altos muros
para guardarlo,
escondida sólo para
mí).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto
dónde estás,
si tú no estás
ausente
te siento conmigo,
veo tu cuerpo alto
que se termina,
voz como en humo la
llama,
en el aire
impalpable).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles
de versos
que abren las alas
y vuelan levantando
un tembloroso remolino
de cadencias
que nacen de mi amor
por ti,
son frases nobles,
cláusulas marmóreas,
blancas
que lentas pasan
al pensar en ti).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une,
el hondo que nos hace
llegar
a lo profundo en
nuestras almas
quebrando surtidores
delicados,
en la tierra de
lluvia recién mojada
llamándonos con su
húmeda voz
desde un mundo muy
remoto
a otro mundo muy
lejano
siempre unidos).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer las flores
acaban en rimas,
versos que empezaron
tallos
hasta el jardín más
quedo
van floreciendo por
el amor insólito
que acomete por los altos riscos azules del
aire).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto
y mío,
seguro que hoy,
que aquí,
que tu evidencia
es el filo con que me
hiere tu abrazo,
se gastarán tus
caricias en días
y noches blandas
y poco a poco
te voy queriendo más,
amor,
no quiero que te
vuelvas recuerdo,
sombra esquiva entre
mis brazos).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje
sutil
cuando los cristales
duplican el blanco
disco de marfil de la luna,
nos unimos
y nuestras voces
tiemblan plenas de ansiedad
y muchas veces,
misteriosas frases de
amor
vuelan como visiones
que se ocultan al
llegar la aurora).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer,
te quiero,
el estar juntos…
tiene saber a poco,
siempre que estoy a
tu lado
cada día quiero más
de ti,
eres mi silencio azul
en las etéreas alas
que descienden por
diáfanas escalas
a las aguas
turbulentas y profundas
que inundan nuestras
almas).
Mi felicidad es estar
a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso
armonioso
nos lleva en plena
noche
por el campo abierto.
Los astros nos
observan
con tenue empeño
y las lomas echadas
de bruces
nos miran en
silencio).
Juntos somos uno,
aspiramos la calma
que nos une,
con perfume a trébol
mientras se alborozan
todos los recuerdos
de nuestra vida
juntos
y la luz nos ilumina
de puntillas,
en el alba,
lanzándonos a las
nubes
para amarnos siempre,
como voces.