Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 16 de abril de 2016
Sabes que te necesito
Sabes que te necesito,
a ti,
amor de mi vida,
que junto con mi poesía
creas mis atributos,
atmósferas radiantes,
emociones dulces
como mieles.
El verso surge de mi alma
donde tú te anclaste
con golpeteos silábicos,
trasmitiéndome la capacidad
de crear imágenes naturales,
nuevas,
creíbles para que te lleguen
y me ames más.
Sabes que te necesito,
para crear el poema
con sentido estético,
movimiento y forma,
tú,
mi tumen,
mi fuente de inspiración,
el que le da sonoridad a mis versos,
plenitud y luminosidad
armoniosa plena de luz.
Sabes que te necesito,
a mi lado,
junto a mí,
eres mi fuente arqueada por el viento
que traen tus palabras,
eres el fulgor de la altura
que resurge
cuando se apartan las nubes
como alas mágicas.
Me das ternura
llevándome a que admire
los cielos estrellados.
Sabes que te necesito,
me cubres como hiedra,
me envuelves con tus brazos.
¡Acércate más!
¡cúbreme de caricias!.
Sabes que te necesito,
te lo dicen mis estrofas,
línea tras línea,
que mi amor se desborda
y al evocarte
te necesito más cada día
y la pasión se desborda
al fuego original que nos lleva
a las llamas de la vida.
Sabes que te necesito,
porque poesía y amor
son una unidad indisoluble,
un medio de revelación,
las dos caras de una misma realidad.
Quiero estar contigo
en edenes ciertos,
en horizontes cercanos,
en crepúsculos constantes e inmóviles,
en arreboles de mil colores.
Sabes que te necesito
para que mis ojos
alcancen el firmamento
y que de mis manos
florezcan poemas
y de mis palmas
nazcan áureas frases.
Te necesito para deleitarme
con esa melodía,
la nuestra,
la que revela nuestro amor eterno
en sus acordes melodiosos,
preludios cercanos
de besos buscados.
Te estoy queriendo
Te estoy queriendo
más allá de todo
y observo embelesada
las débiles hilachas
que aún me unen al mundo natural.
Cuanto más te quiero,
más amo esa inefable vida
que un día muy cercano
tejí de la nada para estar contigo
y ya no se disolverá ni desaparecerá
porque las canciones y poemas
nos unen entre palabras y pausas.
No se de donde vino este amor,
ni me inquieta el futuro,
¿puede ser la plenitud del todo?
Es posible que así sea.
Te estoy queriendo
cada instante más
y sí en otro plano
es posible cultivar emociones,
sólo quiero seguir enamorada,
ser minúscula parte de la armonía absoluta,
de esa naturaleza
que nos lleva al amor.
Te estoy queriendo
y como un fuego eterno
me invade con pureza
el sentimiento nuevo de amar
sin temores ni miedos,
sí con esperanzas renovadas.
El cielo ahora de color azul pastel,
día tras día sin nubes,
con la única variación
de una serie de matices,
me lleva hacia ti
y entrecierro los ojos para verte
aún desde esta lejanía
como un río de visión.
Te estoy queriendo
más allá de los sueños,
más allá de la realidad
y con sólo escuchar tu voz grave,
sonora y única en la distancia,
te acercas.
Te estoy queriendo,
golpeaste con tesón la puerta de mi alma
y ahora sólo está cerrada a tanto amar
y aún sin sentir tu existencia,
aún sin respirar el aroma de tu piel,
cierro los ojos
y logro ver tu mundo interior.
Te estoy queriendo
y mis versos deben decirte
lo que para mí eres,
báculo de flores,
lámpara de luz indefectible,
mi compañero de palabra exacta
y silencios largos,
con intrépido corazón
y alta frente desvelada.
Por eso te estoy queriendo
con ternura y paz,
insólito momento éste
que estamos viviendo
tú y yo.
Te estoy queriendo
tanto porque me impregnas de rocío
que cae del sereno
cuando en la madrugada
se está bañando el alba.
Te estoy queriendo.
¡Mira de qué manera!
Será porque mis miedos
todos los ahuyentas,
llenas los espacios vacíos de mis años,
compartes añoranzas de tiempos
que se han ido.
Te sumerges en mi oasis
de aguas cristalinas para bañar
nuestros sueños.
¡Te estoy queriendo…
mira cuánto te quiero!
Sed de lo inefable
Sed de
lo inefable,
de lo
sublime,
del
amor único y verdadero,
el que
nos conmueve el alma,
del
afán y anhelo de estar contigo,
junto a
ti.
Sed de
sentir tus besos en mis labios,
con el
dulzor de una caricia,
de un
frescor de agua límpida y pura.
Sed de
lo inefable,
de lo
indecible,
de lo
impronunciable,
sed de
secretos compartidos,
de
abrazos íntimos,
apretados,
de diálogos tiernos,
como de
estrellas que vienen de otra vida.
Sed de
lo inefable,
de lo
inenarrable,
sin
poemas de amor,
ya que
cuando te marchas solamente
quedan
sombras que dejaste,
de
palabras invisibles,
sin
labios,
escritas
en papeles.
Sed de
amor,
del que
me vela con un tul de luna
y me
transforma en un cisne que soñando vuela,
contigo
muy lejos
para
vagar por los caminos de luces y de sombras,
de
estelas estrelladas.
Sed del
sueño mío,
de
estar en los brazos aquellos
a
quienes entrego mi alma.
Sed de
lo inefable,
de
buscar donde saciar mi ansia
de
sentirme amada,
sin
dudas del mundo
y de tu
amor como milagro insólito e inesperado
que
colma ansias y deseos ocultos
como
prodigios perdidos
de
siempre y encontrados al fin.
Sed de
ti,
de tu
piel,
de tu
mirada,
de las
auroras compartidas
en un
gran mundo de luces,
sin
oscuridades y miedos.
Sed de
lo inefable,
de lo
perfecto,
del
lugar al que tú me llevas
desde
el vasto azul sobre la tierra
donde a
mi alma virgen perfumas
y
viertes en ella luces,
flores
y un aroma vago
que la
inunda de amor.
Sed de
lo inefable,
de la
placidez,
de la
pureza,
de la
tierna espera,
solamente
de ti,
porque
se que me voy contigo
al
mundo nuestro,
pleno
de signos y de señales
para
que no nos perdamos
nunca
más.