Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 21 de abril de 2016
Te quiero todavía
Te
quiero todavía
y deseo
olvidarte,
hundirme
en el fondo del océano oscuro
o irme
tras horizontes lejanos.
Sueño y
en mi temblor
siento
el dolor de la unidad
que no
existe,
imposible
unidad la que buscamos.
Desgarrada
en dos,
la
dicha llega con el miedo
de su
virginidad inconquistable
anhelando
el amor que ya fue.
Te
quiero todavía
y te
ruego con palabras sentidas
que me
dejes olvidarte,
no
quiero tener mi alma partida,
no
luchar con este amor que no existe,
no
lidiar con lo que sufro al no tenerlo.
Te
quiero todavía,
y sin
embargo espero
y el
tiempo pasa,
pasa y
de lo que fue una hoguera
sólo
queda una braza
pero
sigo soñando
que
estás conmigo aún.
Y
quizás
en la
sombra de mi esperanza ciega,
comprenderé,
de pronto,
que lo
que nunca llega,
nos
entristece menos
que lo
que llega tarde.
Te
quiero todavía y alguna vez,
aunque
tarde,
mis
versos deberán decirte
lo que
para mí has sido,
báculo
de flores,
lámpara
de luz indefectible,
númen
eterno
para
que las palabras surgieran
de este
intrépido corazón
con
ternuras hacia ti compartidas.
Te
quiero todavía
y mis
manos vacías tiemblan
al
escribir lo que siento,
ya que
siento más allá
de las
brumas de mis ojos
cerrados
por las lágrimas,
la
ansiedad de las horas
convirtiéndose
en días
esperando
a que llegue el olvido
y con
él sin calor la llama
y ya
sin fulgor la estrella.
Y
seguiré así mi camino
diciendo
con palabras mustias y tristes
“Era él…”,
el que
inspiraba mis versos.
Nuevas
lunas se asomarán
entre
los árboles
y las
acompañaré en la danza,
desnuda
y casta.
Las
aguas me llevan
con sus
vestiduras de música,
que no
tienen fin,
esperando
el poder amar
porque
la dicha quiere también su dicha,
libre y
sin recuerdos del pasado ya ido,
con un
perfume nuevo
que
viene con el viento
o como
agua transparente
en
cántaro sediento.
Te espero
Te espero en el umbral
de mi pasional abrazo
en la profunda noche,
desprendiéndose tizones
y luminosas chispas,
vertiendo los amantes
volcánicos
deseos de eclosión de amar.
Te espero en mi vida,
crepitaste ardiente
las brisas en el silencio
inmenso
de la oscura noche.
Ardió en mi delirio tu
abrazo creador,
intensa llamarada
de dos cuerpos pletóricos,
inmersos en el amor.
Te espero con ansias de
gozos,
con mi ternura ardiente,
abrevarás delicias
que de mi ser anhelante
van hacia ti.
Te espero,
soy tuya,
tómame, abrázame,
vierte en silencio
tus ánforas de fuego
que aceleran el latido de mi
corazón.
Te espero,
estoy cerca,
muy cerca de ti,
te quiero a mi lado,
se acelera el latido de mi
corazón amante
con tu abrazo leve y tu
aliento excitante,
donde enciende la llamarada
que me abraza el pecho.
Te espero
¿vienes amor?,
intensa llama mora en mi
pecho
que se inflama
despertando mi ardiente
fantasía
y transforma toda la faz de
mi destino.
No sé si espero,
amor,
ni si te espero,
pero de pronto estás,
inesperado y me envuelves
en un abrazo cálido de
estío.
Reconozco tus ojos de
viajero,
tu inseguro silencio,
tu llamado,
tus labios sin mañana
y sin pasado.
Te espero
porque eres un milagro de
ternura,
triste y feliz,
eterno y pasajero,
inquieto y firme.
Te espero,
amor ¡Cómo irme!
¡Cómo estar sin estar!
Te espero porque puedo
entristecerme tanto por tu
ausencia
que en fantasma de mí misma
me torno
y sentirme tan feliz por tu
presencia
que los cálices del regocijo
colmo.
Pletóricos de dicha,
con dulces sones de músicas
seremos astros del alba,
en la más alta estrella.
Ven…
te espero…
hasta la eternidad.
Misterios del alma
Misterios
del alma
¿dónde
están?,
¿dónde
se ocultan?
¿dónde
se refugian?,
buscan
las profundidades
olvidadas
del espíritu,
fluyen
como dotes dormidas
del
más allá,
son
algo abstracto,
misterioso,
que
emanan de las honduras
de
nuestro interior,
nos
envían energía
de
la espiritualidad.
Misterios
del alma,
escondidos
en hondos
y
calados sentimientos
que
nos conectan
con
nuestro ser más profundo.
Misterios
del alma,
nos
envuelven en hebras de ensueño,
nos
hacen vibrar,
nos
colman de emociones,
de
llantos y risas.
Misterios del alma,
¿a
dónde nos conducen?
nos
llevan lentamente al éxtasis,
embriagándonos
de sentimientos profundos
que
colman nuestra vida
hasta
el más allá,
conectándonos
con la eternidad.
Misterios
del alma,
anhelantes
y esperados
que
nos hacen vibrar y vivir
intensamente
entre momentos
de
ráfagas de pasión.
Mi
alma y sublime himeneo
ostenta
la alegría de amores
y
de ensueños,
siente
soplos de ternuras.
Misterios
del alma,
hálitos
que se alzan puros,
antiguos,
recientes,
nos
inundan despacio
y
su aliento como un soplo,
aire
que crece,
viento
que canta
nos
inunda de la felicidad
del
vivir entre júbilos,
milagros,
nuevos
amores,
letras
y poemas surgidos
como
alas del mundo.
Misterios
del alma,
estelas
del amor vivido
y
por vivir que como luz amanecida
nos
alumbra nuestro ser
y
como en un soliloquio claro,
sin
esperas,
nos
lleva a amar,
estar
amando en un impulso sin fin.
Dulces
días en los que el mundo
nos
lleva con nieves o con sol,
con
penas o dichas
a
aceptar con sonrisa
los
misterios del alma
y
a vivirlos como prodigios que renacen
desde
nuestras últimas fronteras.