Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 18 de mayo de 2016
Diálogo de miradas
Nuestras
miradas se encuentran,
se
buscan,
hurgando
nuestras almas
hasta
lo profundo,
buscando
sin casi rozarnos
el amor
que nos envuelve.
Nuestras
miradas juegan
en una
expresión de júbilo,
de
alegría, de compartir,
de reír
en una felicidad plena
de
fantasía entre lágrimas
detenidas
en el instante justo.
Diálogo
de miradas
entre
ensueños de sonrisas
como
preámbulo de lo que va a llegar,
de lo
que está por venir,
en
abrazos emocionados
con
versos que nos cobijan en esta vida.
Diálogo
de miradas
que nos
dan alivio,
respuestas,
soluciones,
emociones
intensas,
sugerencias
de silencios,
embrujos,
sortilegios,
magias
que te rodean
y te
envuelven en un capullo de amor.
Diálogo
de miradas
que nos
hacen sentir
como
realmente estamos,
flotando
en un espacio tiempo misterioso…
pero
también mágico y amoroso
entre
nostalgias de gozos.
Miradas
que como luces de la noche,
chisporrotean
sus colores de pestañas,
entre
la llovizna de poemas,
la
luna, las estrellas
en un
lenguaje secreto e íntimo.
Diálogo
de miradas,
intenso,
excepcional
que nos
lleva a una inmensidad de vida
única e
invalorable
dándonos
el amor que tenemos
guardado
muy hondo.
Nuestro
diálogo de miradas
nos
lleva a una sintonía con lo Eterno,
en el
plano real,
lejos
del ideal e imaginario.
Diálogo
de miradas,
fluidas,
sin reservas,
se teje
con hilos infinitos,
que
como gotas de lluvia,
transparentes
y limpias
nos
llevan a una visión nueva
y clara
de la vida.
Diálogo
de miradas
que en
el darse el espíritu
se
engrandece
y en el
recibir se alegra.
Iremos
juntos como el viento,
nómades
que transitan
por la
expansión del universo todo.
Dame un corazón nuevo
Dame un corazón nuevo
que sea mi refugio incesante
entre los vaivenes de la vida
y mi cobijo y mi amparo
para continuar amando.
Dame un corazón nuevo,
para que mis ansias intensas y
apasionadas
queden dormidas
para expresarse en el momento
que esté contigo.
Tú y yo somos peregrinos de otras
dimensiones
que recalan como lluvia,
como rocío,
sobre lo destruido,
sobre lo repetido,
promoviendo lo regenerado
con nuestros corazones latiendo
al unísono,
unidos por un compás vibrante y
acorde.
Dame un corazón nuevo,
lleno de miel y sin heridas,
ni pensamientos grises y
doloridos,
de lo que quise y ya no quiero
pero que guarde mis antiguas
inocencias
y mis románticos secretos.
Dame un corazón nuevo
que sienta los trinos
que da a la aurora el ruiseñor
desde los altos pinos lejanos
y así ir hacia ti sin temores
y sin manantiales de lágrimas en
mi alma,
sólo con esperanzas de amor
en mis horas largas.
Dame un corazón nuevo
para pensar en ti a cada
instante,
provocándome en pensarte y
esperarte
ya que eres el amor que sucumbe
en el espacio más ínfimo de mi
ser.
¡Ay amor!
¿Qué le haces a mi corazón?
¿Qué le haces a mi mente
prisionera de tu dulzura?
Dame un corazón nuevo
para crear mis mejores metáforas,
mis más sentidos versos,
sólo sintiendo el sonido
tierno y suave de tu voz
y buscar entre los dos
la felicidad de fuego puro,
abrazándonos sin movernos.
Dame un corazón nuevo
para cuando mañana al despertar,
la vida sea virgen,
plena de luz,
de silencios temblorosos
y haremos que por vez primera
el mundo tiemble en nuestro día,
igual que en las arenas de las
playas
perviven vestigios
de un gran barco naufragado.
Dame un corazón nuevo
para que nuestros sueños de amor
sean eternamente duraderos.
Te espero
Te espero en el umbral
de mi pasional abrazo
en la profunda noche,
desprendiéndose tizones
y luminosas chispas,
vertiendo los amantes
volcánicos
deseos de eclosión de amar.
Te espero en mi vida,
crepitaste ardiente
las brisas en el silencio
inmenso
de la oscura noche.
Ardió en mi delirio tu
abrazo creador,
intensa llamarada
de dos cuerpos pletóricos,
inmersos en el amor.
Te espero con ansias de
gozos,
con mi ternura ardiente,
abrevarás delicias
que de mi ser anhelante
van hacia ti.
Te espero,
soy tuya,
tómame, abrázame,
vierte en silencio
tus ánforas de fuego
que aceleran el latido de mi
corazón.
Te espero,
estoy cerca,
muy cerca de ti,
te quiero a mi lado,
se acelera el latido de mi
corazón amante
con tu abrazo leve y tu
aliento excitante,
donde enciende la llamarada
que me abraza el pecho.
Te espero
¿vienes amor?,
intensa llama mora en mi
pecho
que se inflama
despertando mi ardiente
fantasía
y transforma toda la faz de
mi destino.
No sé si espero,
amor,
ni si te espero,
pero de pronto estás,
inesperado y me envuelves
en un abrazo cálido de
estío.
Reconozco tus ojos de
viajero,
tu inseguro silencio,
tu llamado,
tus labios sin mañana
y sin pasado.
Te espero
porque eres un milagro de
ternura,
triste y feliz,
eterno y pasajero,
inquieto y firme.
Te espero,
amor ¡Cómo irme!
¡Cómo estar sin estar!
Te espero porque puedo
entristecerme tanto por tu
ausencia
que en fantasma de mí misma
me torno
y sentirme tan feliz por tu
presencia
que los cálices del regocijo
colmo.
Pletóricos de dicha,
con dulces sones de músicas
seremos astros del alba,
en la más alta estrella.
Ven…
te espero…
hasta la eternidad.