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Divagues del amor


Divagues del amor,
derrotero de la mente
que nos lleva a desorientarnos
buscando no equivocarnos,
desarmemos el cielo,
apaguemos la luna,
bajemos las estrellas,
escondamos el sol,
inundemos los océanos
abrasemos los vientos.

Divagues del amor
que nos hacen desviarnos
en la medianoche de nuestra vida,
bajando por los tiempos
ya pasados hasta el hoy ya vivido.

Desorientados en los nortes,
sures y orientes
nos sentimos sombras calladas,
temblorosas de temores y sueños sin fin
que nublan el alma
entre dudas oscuras y plenas.

Divagues del amor
delirios que nublan el alma,
déjenme encontrar el camino,
el mío,
donde me espera alguien
con su canción de amor puro y casto.

¡Ay! Corazón
tengo un mundo de sensaciones nuevas
que me llevan a merodear
de soslayo en amor
tuyo pleno de ventura y paz.

Divagues del amor
¿Qué hay más allá de lo que encontramos?
allá detrás del horizonte de blancura indecisa
¿sueños inconclusos?
¿Amores pasados?
¿Voces que nos llaman
y suenan como las que fueron un día nuestras?

En el papel aparecen palabras de amor
dispersas en poemas
que me llevan a querer encontrarte otra vez.

En nuestro interior
tenemos muchos sonidos…
pero todos se dan merced al vacio
y al silencio que nos envuelven.

Divagues del amor
que nos dispersan
a caminos de la vida diferentes.
El sentir divino no admite temores,
sustenta amores.

Vagabundeo errante y peregrino
en busca de aires que me envuelvan,
me sustenten seguridades
y verdades genuinas.

Divagues del amor
rompan las cadenas
en las que me siento presa, libérenme,
guíenme a un lugar ajeno a las dudas
y temores que unos extraños del pasado
me inundaron.

Quiero soledad,
desnuda de maldad,
cubierta de dulzuras,
caricias de seda y besos
que despierten mi alma dormida
y herida por los divagues del amor.

No soy mi sombra,
soy un leve hilo de voz
que quebranta los silencios
y me voy lejos,
en busca de historias de fe
y esperanza.



Bien lejos



Bien lejos,
desde la distancia imprevisible,
te invoco, a ti,
señor de mis amores
y entre sílabas deslumbrantes
quizás te diga:
¡Ven a mí!
¡Acércate!.

Bien lejos,
por el aire,
sin volar,
sin tocar tierra,
mi vida está suspendida
sin tiempos puros,
equidistante de los dos crepúsculos,
solamente por buscarte a ti.

Tiempos de gozos ya idos,
horas limpias,
esperando nuevos alfabetos
que se hacen y deshacen
en rapidísimas palabras
como versos tendidos en el cielo.

Bien lejos,
los caminos pueden recorrerse,
sin dar más que un paso,
un paso que se convierte en el deseo,
en la necesidad de estar con el ser amado.

Amor lejano,
lejos como una estrella,
tú mi amado te encuentras de mí.

Y aunque no pueda verte
por la distancia mi amor
se expande por toda la tierra
y toda ansia se calma
tan sólo en escribir versos para ti.

Bien lejos,
distingo los destellos
de tus besos apasionados,
son relumbres,
claridades,
alejándose,
acercándose y en delirantes titubeos
los siento cerca,
cerca de mí,
a la sangre de mis venas
que van en busca de su centro,
mi corazón enamorado.

Bien lejos,
vienes y vas
y tu canto vive dentro de mí,
alma arriba,
alma abajo,
cantando y recantando.

En la lejanía,
cuando se va tu sol cantas estrellas,
se va estrellando el alma,
con los ojos cerrados,
de luceros,
en tu cantar nocturno,
me brisas y él me entrega
desde la distancia al mismo río
de tu eterno cántico.

Vienes y vas desde bien lejos,
desde el humo a la nada,
a través de los poemas.

¡Cuántas más luces hay,
más dudas tiemblan y vibran
de pena mi alma toda!

Delicadas,
ardientes,
nuestras almas se buscan
por nuestro diferir,
como por un camino
donde no hay despedidas.

Y al final,
el hallazgo,
el contacto del uno con el otro,
la nueva separación vencida,
la unión pura,
brotando de la lejanía.

Y mirándonos en el triunfo
como de un agua quieta,
tú y yo,
otra vez sólo veremos un rostro.

La noche no es más solitaria,
ni serenamente triste,
sin manto de tinieblas,
nos encontramos desde lejos,
bien lejos,
para encender la pasión
que no estaba dormida.

Pasar el tiempo y…



cuando yo alzo mis ojos al mirarte
(no siento nada, no te creas importante)
Cuando se hace tarde y tú no llegas
( no estoy llorando, estoy soñando)

Pasa el tiempo y el dolor del ayer se fue
(en qué final y para qué comienzo)
No olvides que fuiste escudo
que resguardó mi pecho
( ir yo hacia ti venir , venir tú a mi )
Fuiste el brazo en que apoyé mi cuerpo

Pasa el tiempo y yo salvada y tú perdido
(el desamor separó nuestras vidas para siempre)
Nunca fui la primera ni tú el último
(en qué final y para que comienzo

Pasa el tiempo y no quiero verte me digo
(pero al cerrar mis ojos te veo venir
y olvido que quiero olvidarte)
Y así todo el amor dejó de existir.
En qué final y para que comienzo
Pasa el tiempo y no puedo descansar
sobre el perfume de los azahares
( no siento nada no te creas importante)
Los dos exactamente a un tiempo mismo
dejamos de amarnos.

Pasa el tiempo y tantas idas y venidas,
tantas vueltas de la vida qué…
pasa amor ,
afuera esta lloviendo
( y hoy yo, necesito de tu amor)
Mis pasos resuenan
en la acera solitaria
y se pierden en la cinta del eco
dónde tú estabas.
Pasa el tiempo y atravieso la puerta sin cerrojos
para entrar y buscar la raíz de los quebrantos
( en qué final y para qué comienzo)
Me entrego a las sombras dormitando
en el umbral bien resguardada,
esperándote.

Pasa el tiempo y si pudiera gritar las palabras
serían testamentos para repetir libres de mentiras
el amor que por ti sentí.
(ir yo hacia ti , venir tú a mi)
En el sueño nos desnudamos
íntegramente sin sonrisas falsas
ni gestos que oculten nuestras  intenciones.
Pasa el tiempo y esa palabra que iba yo a decir,
se te asomó a los labios sin decirla.
( no siento nada no te creas importante)
Este dormir es anticipo del frío
dormir si limites al que tendemos
para limpiarnos en el goce perfecto.

Pasa el tiempo y así la identidad
que nos unía separo nuestras vidas para siempre
( tú y yo salvados o tú y yo perdidos)
Y poco a poco apuramos en la breve llama
la inmensidad del tiempo.