Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 31 de mayo de 2016
Vuelve a mí
Vuelve
a mí,
no
desaparezcas de mi vida,
no
rompas los sagrados votos
de amor
que nos
unían.
La vida
tiene altibajos,
penas,
ilusiones,
desgarrantes
dolores,
pero
también,
amor,
gozo,
placeres
infinitos.
Vuelve
a mí,
te has
convertido
en parte
de mi historia
y
vivirás por siempre
en mi
memoria.
Regresa
a mí,
a mi
vida,
porque
juntos venceremos
obstáculos,
derribaremos
muros,
abriremos
cauces nuevos,
escalaremos
montañas
para
ver el ocaso
en el
rojizo horizonte
y
destellará en nuestro derredor
un
símil de paraíso.
Vuelve
a mí,
mi alma
te está esperando
haz el
viaje completo,
del
silencio de tu ida
al
silencio de tu regreso.
Pasarás
sin
siquiera darte cuenta
por
alfombras
de
diseño de amor.
Cambia,
cambia
de vuelo
y
vuelve a mí,
como la
ráfaga del enjambre
bajo la
tormenta.
Vuelve
a mi umbral
para
colmar los huecos
que
fragua la nostalgia.
Regresa
paso a paso
por los
aires,
como un
equilibrista
en un
tablón de nostalgias,
desde
la encandilada transparencia
como un
fantasma al revés.
Mi soledad
está hecha de ti
lleva
tu nombre
en su
versión de piedra,
en un
silencio tenso
donde
pueden sonar
todas
las melodías
de
tristezas y lágrimas
que
crecen en los bordes del recuerdo.
Vuelve
a mí,
dejaste
mis puertas abiertas,
me
abandonaste de pronto,
como
alguien que vislumbra
que
jamás se vuelve.
Mi
soledad me inundó,
mis
poemas de amor
se
perdieron en la noche oscura
y en
las noches de tormenta
me
producen
espejismos
misteriosos.
Vuelve
a mí,
no
llenemos el cuenco de los años
con un
agua del olvido
quiero
sentir un canto
huracanado
de dicha
por
estar a tu lado, borrando,
con un
trozo de esperanza raída
ese
adiós que escribiste
con
sangre de mis sueños
en los
cristales de mi existir.
¡Vuelve
a mí
y ámame
otra vez!
Dime quién eres
Dime
quién eres,
tú, el
desconocido, el misterioso,
que
susurra a mi oído
palabras
muy intensas,
poesías
sentidas
¿Existes
realmente?
o eres
sólo mi imaginación
que me
hace pensar
en ese
momento instantáneo y mágico
Dime
quién eres
tú, el
seductor que juega
con las
palabras,
las
enlaza, las estrecha, las completa
con
emociones fuertes
que
hacen vibrar el alma
de esta
mujer poeta
en esos
instantes breves, únicos
tiernos,
necesitados.
Dime quién
eres,
tú, el
que inspira la creencia de que en verdad
tus
palabras susurrantes fueron ciertas
que
existieron en el aire tibio
de una
tarde única
cuando
el mundo se iluminó al escucharlas.
Dime quién
eres,
tú, el
que escribió breves palabras de amor
porque
al leerlas las creí verdaderas
pero que
para ti eran simples palabras
escritas
sin otro fin que demostrar
que tú
eras, en verdad, el hombre que yo esperaba.
Dime tú,
el que desapareció en la nada,
en lo
ignoto de lo desconocido,
en un
mundo irreal para mi,
dejando
una estela detrás de tí,
una
estela de añoranzas, de esperanzas vanas,
de
tristeza con calor sin sol.
Te has
ido y no sé si para siempre,
dejándome
entre emociones truncas
e
inquietudes profundas que hacen que mi vida
no
vuelva a ser la misma,
la de
ayer, la de los ayeres del pasado
hasta
el minuto en que nos miramos a los ojos.
Desconozco
tu mundo real,
sólo
pienso en nuestro encuentro breve,
leve,
irrepetible, sin tocarnos,
solo
mirándonos con todo nuestro ser sensible
en esa
única mirada.
Dime quién
eres,
¿qué
sucedió entre nosotros
en esos
minutos mágicos ?
¿Por
qué la vida entre sus redes,
tejió
con brillantes ovillos de nada,
nuestro
encuentro en un día que no
esperábamos
que sucediera?
Dime tú,
quién eres
que
buscas, tan solo seducir
para
transformarte en el numen,
la
inspiración de poemas de amor
que
nacen de tan sólo pensarte,
de
imaginar que todo fue verdad
y que
algún día todo lo sucedido
volverá
a surgir en nuestro existir
sin amor.
Crónicas de amores vividos
Crónicas
de amores vividos,
dormidos
en el dulce rincón
de los
recuerdos guardados.
¿Por
qué volvéis aquellos,
tristes
y olvidados
a la
memoria de placeres perdidos?
Amores
vividos en ayeres de ayeres,
en el
hoy,
en el
ahora,
los
quiero porque sus alas sobre mi sien,
flotaron,
yo sé lo que me hicieron sentir,
yo sé
lo que me hicieron soñar,
todas
las vibraciones
y
latires que sentí en cada segundo
en mi
laúd con sus cantares.
Crónicas
de amores vividos,
historias
inolvidables,
imborrables
de mi existir.
Mi
mente se abre
para
que los relatos me salven
de una
soledad infinita
que se
despliega en un abanico romántico.
Las
prosas poéticas de amor
que me
inspiraron en mi vida esos amores,
las que
dejaron huella,
las que
me marcaron
con
sólo nombrarme en mis labios,
se
hundieron entre las ruinas
de
algún idioma inmerso en la
Tierra.
Crónicas
de amores vividos
que me
hacen cantar ebria de dicha
y de
emoción cuando pronuncio nombres,
fechas,
lugares,
minutos,
segundos,
vividos
cada uno con total intensidad.
Mi
espíritu todo se envuelve de luz
como
una aurora y su resplandor rosado,
mis
amores vividos,
se
hacen realidad,
plenos
de místicos aromas
acallando
toda pena,
mitigando
todo afán.
Crónicas
de amores vividos
que por
haber vivido
encienden
el sol
como
lámparas de cegador rubí
y en mi
paraíso de cristal
y agua
mil besos me buscan,
acarician
mi piel,
descubriéndome
toda,
lentamente,
sin
temores ni dudas porque mi cuerpo impar,
tenso y
desnudo
ya no
se hará visible más
que
para el único amor verdadero.
Y creo
que me aman,
alguien
ya sabe que existo,
que
puede estrecharme entre sus brazos
y que
por eso lo amo.
Crónicas
de amores vividos,
así la
vida pasa feliz entre las flores,
los
cantos y fulgores de intensos amaneceres
sin que
se enturbien los sentimientos
en su
diáfana transparencia,
el no
tener mañana
como no
se tuvo ayer.
De las
fugaces dichas las palabras,
las
ideas,
las
prosas como emblemas
van a
las hojas de cada flor,
se van
a su perfume,
se
dispersan en cantos,
buscándote
a ti,
el que
hizo palpitar y vibrar
mi
corazón con todo su ardor.
Y entre
un gran humo de pájaros cantantes,
el
relato de mis amores,
entre
las brisas se alza y asalta
su
magnífica vastedad.
Siguen
el reflejo del agua en playas virginales,
sin
reposo,
porque
el mar se resiste,
ola
tras ola a que se escondan
las
huellas de los cuerpos.
Crónicas
de amores vividos,
quien
va a dudar de las historias que dejaron signos,
deslizándose
entre las leyes más antiguas
que los
dioses abrieron en la tierra,
los
gozos,
las
dichas,
los
placeres.
¿Quién
va a dudar de esa verdad tan clara
en las
antologías en todos los idiomas
que el
amor tejido
entre
coronas en noches invernales
es lo
más perfecto y deseado del mundo?