Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
miércoles, 22 de junio de 2016
Enredadera de amor
Enredadera
de amor,
me envuelves en tu capullo
entre
hojas verdes y flores perfumadas,
me siento atrapada entre tus brazos
como
una hiedra estremecida
asciende
mi vida sobre tu cuerpo
y en
mis manos tiemblan las estrellas.
Enredadera
de amor,
tiene
forma de besos, de brazos,
hacia
mí,
nos
vamos juntos temblando de futuro,
a sentirla de prisa,
segundos,
siglos, siempres.
Enredadera
de amor,
gozo,
delicia lenta de gozar,
de
amar, de promesas vibrantes y tensas.
Suya me
siento antes de su llegada,
siempre
lo espero con mis ojos cerrados
ya que
franqueará su paso
abriendo
la enredadera que nos cubre,
su esperada llegada a lo imposible.
Te
espero entre verdes follajes
y
campanillas azules
que
como nido de amor cálido y tierno
nos
cobijará y te siento venir
por tus
sonidos tan tuyos,
viniendo
de tu ausencia
con ese
largo rodeo que das para venir.
Enredadera
de amor,
abrázame
con tus lazos,
déjame
sentir tus hojas verdes
acariciadas
por la brisa tenue
en
todas las madrugadas de nuestras vidas.
Enredadera
de amor,
no te
enredes en el temor,
que tus
tallos no se sequen
y sin
flor no dejes
que
lazos del dolor
quiebren
tus raíces tiernas ahogándolas.
No
permitas que tu vida se retuerza
y caiga
al vacío,
no
dejes que enredaderas del fracaso
agarren
fuerte tu destino.
Deja
que lazos de perdón
nazcan
y broten en tu interior,
sólo
así podrás treparte
como
enredadera de amor.
¡Vamos
enredadera de amor,
buscando
siempre más alto!
¡Préndete
con firmeza
para
florecer en el cielo
ante
sublime belleza!
No te
rindas nunca
llévame
contigo siempre
abrazada
a mi amor,
quiero
estar en tus ojos
como
llama de crepúsculo
y que
tus hojas caigan
en el
agua de tu alma.
Apegada
a tus brazos
como
una enredadera,
las hojas
secas de otoño
giran en tu alma,
recogen
tu voz lenta y en calma.
Hoguera
de estupor
que en
mi seno arde,
dulce
jacinto azul
durmiendo
sobre mi espíritu todo.
Enredadera
de amor,
eres mi existencia entera,
mi eterna pasión,
eres mi
libertad,
mi quimera, mi confusión,
mi
nota, mi guía, mi gran obsesión.
Descubrir
tu voz de enredadera,
anudarse a mis ojos
vueltos
hacia la noche
y sentir
el rastro de tu boca,
sombra
que se detiene
en el
misterio de mi cuerpo desnudo
entretejido
de hojas verdes.
Mi
corazón tiembla
como
canto de nadie,
soy
tuya hasta tus raíces,
soy
sangre sin hambre,
dolor
sin dolor.
Gajito
de enredadera,
déjame
estar entre tus ramas
y llegar a la cúspide de tu amor
enredada
entre tus brazos.
Todo de mí
Todo de
mí,
soy
tuya,
mi alma
y mi cuerpo.
Te
busco entre el follaje de tu prado
y en el
fresco temblor del rocío
e
indago por el mar
por mí
cantado.
Todo de
mí
te
pertenece,
tu
estás en el verde levantado del árbol,
donde
pierdo mi albedrío
y en el
viento caliente del estío
y en la
orilla del mar enamorado.
Todo de
mí
es para
ti,
y así
voy por veredas de la tarde,
perdida
para siempre en tu embeleso,
sin
sentir el cercado de tus ramas
ni ver
tus fuegos que en los fuegos arde,
te
llamo hasta quebrar mi voz
¡ven
conmigo!
¡No me
dejes!
¡Todo
de mí es tuyo!
Ya que
si no estás a mi lado,
mi
corazón se desangra.
Tan de
cristal y oro perfumado
que te
cerca la garganta,
que
temo despertar en tus pupilas
por no
apoyar mis ojos en el aire.
Todo de
mí,
me
siento dentro de ti.
Tú
arriba, ingrávido, leve,
salvado
ya de ser vida tú mismo
para
vivir en el cielo monosílabico
del
puro arranque de sentirme tuya,
de la
chispa que de la nada se prende,
vivirás.
Todo de
mí,
siento
que hasta tu sombra me pertenece,
ayer la
acaricié
¡qué
extraño fue!
Pienso
en tus caricias,
mimos,
suavidades en mi piel,
que
corren hambrientas
para
recorrer todo mi cuerpo.
Todo de
mí,
hasta
tu perfume, tu sonrisa
que
está conmigo
y sigue
siempre clavada en mis ojos.
Necesito
que cada mañana
tu
aliento de cigarra,
anude mis ojos abiertos
en la
penumbra quieta.
No
estás,
pero sí
en mi mundo interior,
todo
unido a mí,
como un
ovillo de amores vírgenes,
plenos
de alegría y paz.
Todo de
mí,
es una
brizna viva
en tu
letargo de cariño.
Quiero
morir en tu calor
para
nacer en tus atardeceres
bajo el
canto de tus besos,
en la
danza de tus brazos,
¡tómame,
todo de mí es tuyo!
Me extrañas
Me
extrañas sin conocerme,
sólo nuestras palabras
nos
unen,
palabras
viejas
como el
mundo
que se
llenan de alas
y campanas
y
suenan nuevas,
nuevas
por completo
porque han sido pulidas
y
lustradas por la ternura,
la
dicha de habernos encontrado
en un
instante especial
y único
que nos
cubre,
que nos
rebasa,
que nos
estremece.
Me
extrañas,
dulces
palabras
que se
vuelven únicas
como
por milagro
y nos dejan suspendidos
en un
momento de felicidad.
Tú y
yo,
desde
la distancia
somos
pobladores
de la
maravilla de extrañarnos
sin
habernos visto nunca,
¿te das
cuenta?.
Somos
una canción,
dos
aves en vuelo,
dos
estrellas
de una
constelación de amor.
Ya
nunca seremos dos extraños,
porque
tanto tú como yo
tenemos en nuestras almas
nuestros
nombres
unidos
por una
invisible cadena
¡qué
milagro!.
Tú no
sabes,
solitario sacramento del nombrar
que
cuando te nombro,
te
pienso
y el
todo que nos separa
nos
acerca.
Me
extrañas
porque
somos un amanecer,
la llegada del sol
y del
verano
en una lluviosa tarde.
Me
extrañas
y más
me extrañarás
cuando
tus manos
se
posen en las mías
y tu
beso encienda
esta
cabeza mía
que
caerá
como un
fruto dorado
sobre
tu pecho.
Porque
eso es vivir…
¡vivir es renovarse cada día!,
es extrañar
sin saber por qué
a
alguien que se cruzó raudamente
por tu
vida
sin
remotamente esperarlo,
dejándose
caer
en tu
camino,
iluminando
creo
otras luces,
generando
expectativas nuevas
y
curiosas
como
una gracia
un poco
endeble
pero
arrobadora
como
una flor nueva.
Me
extrañas,
ser que
entiende,
comprende,
siente,
en mis
prosas de amor
lo que
éstas guardan:
temblores,
ansiedades,
emociones,
ese
perfecto deseo de amar
y ser
amada,
de esa
realidad de amor
que nos
hace inmensamente felices
y
volátiles,
levitando
ambos
en ese otro espacio
donde
sólo tú y yo
lo
recorremos.
Me
extrañas,
hablamos
y nuestras voces se unen,
se suspenden
en el
aire como para volar.
Que
extraño lo nuestro…
cada vez que hablamos
parece
que algo profundo
nos
acerca,
algo
con magia,
duendes,
hadas
que nos
entrelazan
con
hilos intangibles
que no
se desatarán
nunca
más.
Me
extrañas,
te
extraño
y la
espera de encontrarnos
se hace
larga,
quiero
compartir contigo
sueños,
penas,
alegrías,
canciones,
música.
Ser los
dos
la savia de un árbol,
las
alas del alma,
el
color del agua,
las estrellas
en el
fondo de los ojos,
la
locura
en el
pensamiento,
el
calor de la piel.
Dejar
que el amor
nos inunde
sin
miedos
y sin
temores.