Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 6 de julio de 2016
La renovada muerte del amor
La
renovada muerte del amor,
en
una noche eterna en la que ya no nos queda sino,
la
breve luz de la conciencia
y
tendernos al lado de mis libros,
de
donde las palabras escaparon sin fuga,
versos
poemas de amor, frases toda para ti,
Crucificadas
en mis manos,
en
la que existe en cada espejo
y
en cuyos roperos dejamos la crisálida,
de
los adioses irremediables que hemos de embalsamar,
el
futuro.
La
renovada muerte del amor,
mi
corazón ya no sabe sino marcar el paso,
y
dar vueltas y mil vueltas buscando una libertad,
inaccesible.
Yo
no puedo seguir trazando un escenario perfecto,
en estos momentos por encima de mi alma,
se
lanzan unos dolorosos suspiros,
y
que parten más allá
y
en los cuales la luna no tiene nada que ver,
con
las breves luciérnagas que nos vigilan,
desde
un azul cercano y desconocido,
lleno
de estrellas poliglotas e innumerables.
La
renovada muerte del amor,
hoy
no lució la estrella de tus ojos.
naufraga
de mi misma,
húmeda
del brazo de las ondas,
llegó
a desenterrar la arena de tu cuerpo,
en
la que mi voz nombra mi nombre,
en
que todo es dorado y azul,
como
un día nuevo
y
como las espigas herméticas, perfectas y calladas.
En
ti tu amor se muere
y
en mi soledad se reconcilia para pensar en ti.
el
amor poco a poco se muere,
pero
en algún momento se renueva,
viene
del pasado al hoy,
más
maduro, más intenso.
Mi
ofrenda es toda tuya en la simiente,
que
secaron los rayos de tus soles,
en
esta carta confió la pena de perderte,
poco
a poco, he de lavar mis ojos de los azules tuyo,
faros
que me protegieron de mi muerte prematura.
La
renovada muerte del amor,
en
esta carta confió mis penas,
mis
tristezas, porque el amor se fue al vacío,
¿Cómo?
, ¿por qué?
he
de coger mi vida deshecha entre tus manos,
leve
girón de niebla,
que
el viento entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelve
la noche a mí,
muda
y eterna del dialogo privado de soñarte,
indiferente
a un día que ha de hallarnos ajenos y distantes.
Ahora que no estás
Ahora que no estás,
te añoro y miro por mi ventana
y siento una nostalgia tan grande
que se me cierra el alma
y el día parece llorarme,
lágrimas desconsoladas
cierro los ojos, las preguntas me abandonan,
me hundo en tu querer de ayer,
ese otro hundirse que detrás aguarda,
a la
muerte por no tenerte.
Ahora que no estás,
mejor no amar, mirándome en espejos
complacidos,
deshaciendo esa gran unidad en juegos vanos,
mejor no amar, con alas, por el aire, como las mariposas,
o las nubes flotantes.
Buscaré pesos los más hondos, en ti,
que ellos te arrastren a ese gran centro
donde,
donde yo te esperaré.
Amor total, quererse hasta el más allá.
La forma de querer tú es dejarme que te
quiera.
El sí que te me rindes es el silencio lejano y
distante.
Tus besos son ofrecerme tus labios,
para
que los bese yo,
desde un horizonte infinito.
Ahora que no estás,
y que este cielo me mira con los ojos de tu
vida
y sabes que si no estás conmigo mi pecho por
ti suspira
y la tristeza me oprime el pecho donde tú
anidabas.
Estás dentro de mí que aunque triste,
por tu ausencia siento paz en la presencia,
de los besos de tu boca,
que siento en mis labios tibios como si aún,
me abrazaras y me tocaras.
y poco a poco el agua se va secando,
de la fuente de mis ojos.
Ahora que no estás,
jamás palabras, abrazos, me dirán que tú
existes,
que me quisiste jamás.
me lo dicen hojas blancas,
sin tus poemas de amor.
y yo seguiré abrazada a ti, sin preguntarte
nada,
de miedo a que no sea verdad,
que tú estás conmigo y me quieres.
y me abrazo a ti, sin mirarte y sin tocarte,
no vaya a ser que descubra con preguntas,
sin caricias, esta soledad inmensa de quererte
solo yo.
Ahora que no estas,
¿Dónde estás?
¿En qué me equivoquè?
¿Por qué no sé nada de ti?
Son tantas las preguntas que me hago,
es tanta la confusión,
vivir en un sin saber en medio de la
incertidumbre,
que cada vez se me hace más difícil,
haciendo mi camino más inseguro
y ahora no sé qué hacer…
Me digo a mi misma,
¡debo decir basta!
más no puedo dejar de pensar en ti, no puedo
seguir…
Necesito de ti, de tus palabras,
porque sin darme cuenta te aleje de mí.
lágrimas recorren mis mejillas,
mientras te escribo esta carta,
no sé si volveré a verte sólo sé que te
esperaré siempre…
Miedo a perderte
Miedo
a perderte
Ahora
que te nombro y te reclamo,
Se
aleja un rudo embarazo de silencios
Entre
tu cuerpo y mi presencia.
No
te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres
mis sentidos sin orillas.
Miedo
a perderte
Eres
en mi otoño un viento adolescente en primavera
En
la estupre de mis cantos se levanta
Y la
sangre convoca en apetencia.
Te
nombro a cada instante
Y te
invoco con pasión y deseo, no me dejes.
Miedo
a perderte
En
las duros biseles del silencio
El
calor de tus hombros enlazaba
La
cima de los cielos con la tierra.
Crecías
hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al
roce, y al llamado de tus ojos…
Se
alzaba de mí siempre este poema.
Miedo
a perderte
No
me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te
buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en
fresco temblor de tu rocío,
Reposaré
la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare
el río e indagaré por el mar, por mi cantado.
Miedo
a perderte
No
te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del
árbol donde pierdo mi albedrío
Ni
en el viento caliente del estío
Ni
en la orilla del mar enamorado.
Miedo
a perderte
Y
así voy por verdes de la tarde perdida
Por
siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De
tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te
llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra
mi corazón y te derramas alejándote
Sin
sequia con una palabra de amor.
Miedo
a perderte
Si
regresas a mí, amado ausente,
El
sol iluminara nuestro amor,
Y
nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose
en el fuego.
Están
fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos
verdes que cierran mi sueño
Y
torpe seré por siempre.