Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 17 de agosto de 2016
Despojo de los sueños
Despojo
de los sueños,
lentos
rostros del artificio diario,
que
nos reconducen a caminos ya no existentes.
De
anhelos hechos trizas,
son
los días lentos, son ardorosas noches,
con
el ardor pecaminoso del desvelo,
que
en alta madrugada da, por fin,
con
el lecho vacío.
Y
así nuestra vida no parece vida,
desliz,
resbaladora, ni estelar,
ni
pisadas dejo atrás.
Despojo
de los sueños,
el
amor que ahora es tan sólo un momento,
de
gotitas de felicidad que nos inunda,
sin
darnos cuenta en instantes menos previstos.
Y
así nos vuelve a dejar sin avisarnos,
sin
descifrar el dolor intenso,
que
causa en mi alma.
Esta
carta es para ti mi amado amante.
No
quiero ser feliz en besos,
en
los labios, sin cesar,
inventores
de expendidos engaños.
Despojo
de los sueños,
ni
con el alma casi quisiera,
mi
alma torpe se va retirando,
poco
a poco ya de mí,
hacia
inevitables soplos del aire ,
por
el aire.
Feliz
seré mirando a la felicidades que susurran,
que
vuelan de la rama y del pájaro,
lentamente
olvidados de mí,
ya
sin memoria.
Feliz
por los caminos que cerrado tenía,
por
la envidia, por la burla, por la ceguera
y
se abren ante mí los vilanos.
Lo
que yo no acerté otros me lo acertaran,
me
hirieron, me lastimaron.
Despojo
de los sueños,
te
fuiste sigilosamente de mi lado,
sin
decir una sola palabra,
sin
un adiós.
¿te
acuerdas de los sueños de cuando estaban,
allí
delante?
¡Qué
lejos al parecer de los ojos!
Parecían
nubes altas, fantasmas sin asideros,
horizontes
sin llegada.
Ahora
míralos conmigo,
están
detrás de nosotros.
Si
eran nubes vamos por nubes más altas.
Despojo
de los sueños,
si
eran horizontes lejanos, ahora para velos,
hay
que mover la cabeza porque nos hemos pasado.
Si
eran fantasmas, siente en las palmas de tus manos,
en
los labios, la cálida huella aún del abrazo,
que
dejaran de serlo.
Estamos
al otro lado de los sueños,
que
soñamos a ese lado,
que
se llama la vida que se cumplió.
Nuestro
amor terminó, llegamos al límite,
en
que la noche nos separa.
La renovada muerte del amor
La
renovada muerte del amor,
en
una noche eterna en la que ya no nos queda sino,
la
breve luz de la conciencia
y
tendernos al lado de mis libros,
de
donde las palabras escaparon sin fuga,
versos
poemas de amor, frases toda para ti,
Crucificadas
en mis manos,
en
la que existe en cada espejo
y
en cuyos roperos dejamos la crisálida,
de
los adioses irremediables que hemos de embalsamar,
el
futuro.
La
renovada muerte del amor,
mi
corazón ya no sabe sino marcar el paso,
y
dar vueltas y mil vueltas buscando una libertad,
inaccesible.
Yo
no puedo seguir trazando un escenario perfecto,
en estos momentos por encima de mi alma,
se
lanzan unos dolorosos suspiros,
y
que parten más allá
y
en los cuales la luna no tiene nada que ver,
con
las breves luciérnagas que nos vigilan,
desde
un azul cercano y desconocido,
lleno
de estrellas poliglotas e innumerables.
La
renovada muerte del amor,
hoy
no lució la estrella de tus ojos.
naufraga
de mi misma,
húmeda
del brazo de las ondas,
llegó
a desenterrar la arena de tu cuerpo,
en
la que mi voz nombra mi nombre,
en
que todo es dorado y azul,
como
un día nuevo
y
como las espigas herméticas, perfectas y calladas.
En
ti tu amor se muere
y
en mi soledad se reconcilia para pensar en ti.
el
amor poco a poco se muere,
pero
en algún momento se renueva,
viene
del pasado al hoy,
más
maduro, más intenso.
Mi
ofrenda es toda tuya en la simiente,
que
secaron los rayos de tus soles,
en
esta carta confió la pena de perderte,
poco
a poco, he de lavar mis ojos de los azules tuyo,
faros
que me protegieron de mi muerte prematura.
La
renovada muerte del amor,
en
esta carta confió mis penas,
mis
tristezas, porque el amor se fue al vacío,
¿Cómo?
, ¿por qué?
he
de coger mi vida deshecha entre tus manos,
leve
girón de niebla,
que
el viento entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelve
la noche a mí,
muda
y eterna del dialogo privado de soñarte,
indiferente
a un día que ha de hallarnos ajenos y distantes.
Cuando ya no hay más palabras
Cuando ya no hay más palabras,
entre los dos, me siento nadie, me siento
nada,
solo un gran vacio.
sin palabras me he quedado,
en un tumulto de voluptuosas confrontaciones,
los sentimientos más profundos
y los deseos más enamorados,
pujan con afán para hallar la dulce salida,
de este laberinto iletrado.
Sin palabras me he quedado
y desesperadamente necesito explicar lo que
siento…
¡confesarte que te amo!
Cuando ya no hay más palabras,
aunque mi amor nunca obtenga,
el premio de tus besos,
yo lo mismo he de quererte,
los que lloran en silencio, porque te llevo,
en el alma como si fuera un sueño.
Y cuando estoy sola en mi cuarto,
sin mirarte yo te veo
y ese viaje inalcanzable que se llama
pensamiento me lleva a todas partes
y me dice que te quiero,
con los ojos del alma sin palabra
y en secreto.
No te tengo a mi lado y este tuyo es,
un dios extraño forjado en mis recuerdos,
reflejo de mi misma suave tersura,
grande por mis deseos,
máscara misteriosa,
estatuas sin palabras,
que he elegido a tu memoria.
Cuando ya no hay más palabras,
Sin palabras te digo adiós cuando te alejas,
cuando cierro la puerta de la noche
y contemplo sin un soplo de aire,
la estrella en que t
tú te alejas.
Pero todo súbitamente se rompe,
nuestras manos se desentrelazan,
en tiempo, polvo,
dejando solo vagos rastros fugaces,
recuerdos en las almas.
¿Sí, las almas finales?
¿Las ultimas, las siempre elegidas,
tan débiles para sostén, eterno
de los pesos grandes?
las almas, sin palabras,
como las alas,
sosteniéndose solas a fuerza de aleteos
desesperados,
a fuerza de no parase nunca,
de volar, portadoras por el aire,
de aquella que se salva.
Cuando ya no hay más palabras,
Nuestro mundo leve y frágil
se
desmorono,
sin palabras,
ya que el tiempo, un minuto era el siglo,
una vida,
un amor.
nos cobijaban nubes cielos, aire, nada,
atravesando mares hechos de lágrimas tuyas
y mías, todo por el silencio solemne y
vulnerable
en que las palabras no existían.
¡a este carta confió la pena de perderte!
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio silencioso.
He de coger mi vida deshecha ente tus manos,
leve girón de niebla que el viento
entre sus alas efímeras y dispersas,
hizo volver la noche con las palabras,
no mudas, ni en silencio quiero nuestro
dialogo,
privado de soñaros.