Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 19 de agosto de 2016
Ritmos y silencios
Ritmos y silencios,
la naturaleza toda,
siempre la misma y diferente,
nos conduce a momentos
únicos e inolvidables.
Dame a beber la poesía en el
raudal
de inspiración que es fragor de lucha
en el día y en la noche meditación.
Una melodía de lejana orquesta
viene con el día y anda en la floresta.
¿No ves alma mía
que el silencio se aquieta
entre algarabías y festejos?
Entre ritmos y silencios,
el silencio avanza y ante él,
la esperanza del vivir entre
ímpetus,
anhelos,
deshoja una flor y el alma recibe
dicha,
alegría,
surgiendo sin querer versos,
palabras de amor,
prosas poéticas.
Prefiero los ritmos,
las cadencias,
las canciones,
ya que el silencio
puede ser un humo congelado
sin olor a combates,
un perfume que estuvo,
un color que exprimió su gama de
color,
el acto,
revelado en un veraz espejo.
Los ritmos son palabras,
extendiéndose de una vez a sí
mismos,
es plenitud de amores,
plenitud de periplo.
Ritmos y silencios,
juntos se entremezclan,
se enhebran en hilos de plata,
son dos ingredientes:
siempre y nunca.
Del silencio al silencio.
Tal el viaje completo.
En el trayecto,
ritmos, bacanales,
algarazos, proezas musicales,
poemas de amor que vuelan.
Pero, en ambos confines del
paisaje,
silencios.
Es como un viaje,
es la vida,
en ambos confines
del paisaje del existir,
silencios.
Uno gesta el abordaje,
impío,
el otro acecha
entre corales engañosos,
las fauces abismales,
prontas para el viajero de la vida.
Ritmos y silencios,
en motín valeroso y vocinglero,
como ángeles rebeldes,
nos alzamos para burlar el férreo
derrotero
y encontrar el sendero luminoso de la vida,
el de la alegría,
amor,
placer y gozo.
Más por más
que hurguemos nuestro destino
está en el timón el rumbo
escrito de cada viajero.
Un bandazo final y naufragamos,
voraz silencio engulle nuestro
grito
pero con todas nuestras fuerzas
e inagotable energía
emergemos a la luz
que nos hace estallar en cabriolas y danzas.
Ritmos y silencios,
nuestra vida nos disuelve
con la espuma del mar,
nos remonta con la bruma,
nos desbrida con el viento
y con un hondo estremecimiento
se aquerencia en nuestro interior
el deseo único de amar hasta la
muerte.
Destellan en nuestro derredor
un símil de paraíso,
un horizonte claro y puro,
un límpido cielo azul
entre deslumbrantes colores
de crepúsculos cambiantes
y así entre ritmos y silencios
nuestra vida se desliza entre hechizos,
magia de amores y desamores,
entre combates sempiternos
en búsqueda de la verdad de amor
sea tan solo un momento.
Sigo siendo
Sigo siendo tuya,
cuanta falta me haces,
escúchame,
búscame para volver
a creer en el amor.
Tengo para ti
besos y caricias dulces.
Sigo siendo tuya
aunque tengo mis manos vacías
y vacío de tu amor
está mi corazón
aunque siempre en mi mente
estás presente
en cada lar que busco.
Sigo siendo
ese ser
que siempre buscaste,
libre, sensible,
pura y casta,
que escribe poemas de amor
que tú inspiras sin saberlo,
tú renaces al amante
y haces que sólo sepa hablar
con el corazón primero.
Sigo siendo
la luz que te ilumina,
los brazos que te arropan,
tu luz y tu paz,
la que vela por tus sueños
la que te guía
en tus momentos de duda.
Sigo siendo
la que sin condiciones
ni obsesiones
pinta en tu cara sonrisas
porque la mayor de mis pasiones
eres tú.
Sigo siendo
la que espera que me emociones
con tus vaivenes de sosiego
y arrumacos de gozo y felicidad
porque tu amor
me hace libre
y a tu amor me entrego.
Sigo siendo
un ser sin sombras
ya que desde que llegaste a mi
me has iluminado,
has colmado mis días
de risas y alegrías
y has alejado las tristes
melancolías de mi alma.
Tu amor impulsa mi pluma,
escribo para ti,
sigo estando cerca de ti
en cada milésimo
de mi segundo de vida
y por ti triunfa
lo cierto en mí.
Sigo siendo
como nube,
luna de misterio,
sin vaguedades indistintas,
sólo yo para ti,
sin inquietudes ni desapegos.
De virginidad me ceñí
para guardarme
para cuando me encuentres,
me cerqué de niebla
en mis sueños,
me quité mis formas
y voy y vengo,
ingrávida de blancura
en suspenso para esperarte
y seguir siendo tuya.
Esclava dulce
que acepta su entorno
porque el amor
es el que la apresó en su cautiverio
y quedó esperando para salir
entre los aires volando
cuando me encuentres.
El camino del silencio
El
camino del silencio,
nos
llega hasta el alma,
sin
saber de qué ausencias
de
ruidos está hecho.
¿Son
letras, son sonidos?
Es la
lengua antigua del paraíso,
sones
primeros, vírgenes,
tanteos de los labios
cuando
en el aire del mundo
se
estrenaban los nombres
de los
gozos primeros.
El
camino del silencio,
que los
dos unidas nuestras almas
recorremos
íntimamente
en una
realidad que no deja huella,
en
memoria ni en signo en la paz
de
intactos cristales
que nos
libera del ruido, de la sombra.
El
camino del silencio,
nos
remonta juntos, muy juntos
a las
nubes altas como manantial de dicha
que
suave emana entre libros,
flores,
pájaros y sueños.
Nuestros
pasos ni resuenan
en la
acera solitaria
y se
pierden en la cinta del eco
enredada
en la cabellera de los árboles.
El
silencio nos rodea entre luces y sombras
uniéndonos
en la salud luminosa de las sonrisas.
Nuestras
manos se tenderán
para
recibir las rosas de las caricias.
El
camino del silencio,
nos
lleva a senderos
entre
montañas y estrellas rutilantes.
Nuestro
amor, silencioso y profundo
es como
un árbol florecido, río de música,
llovizna
de jazmines
que nos abraza con total intensidad.
El
camino del silencio,
nos
conduce a lo hondo de nuestra alma,
nos
ampara, nos salva,
con su flor de cielo
envolviéndonos
con guirnaldas y collares
sin
sonidos ni sones.
Iremos
juntos como tordos de niebla,
recorriendo el verde campo
de
amapolas florecidas.
El
camino del silencio,
iluminado por los rayos áureos de la luna
nos une
cada instante más,
no son
necesarias las palabras,
el amor
nos rodea
y en un
abrazo profundo
bajo el
sauce lánguido de la noche nos envuelve.
Sólo el
silencio nos rodea
y
nuestras manos estremecidas
se unen
en el mar de mi regazo
tras
los sueños liberadores del tedio.
A
través de nuestro silencio compartido
llegaremos a las islas
que
jamás cruzan
las crueles aves del tiempo
y vamos
tras la azucena jubilosa
del amor límpido y puro.
Vamos
juntos abriendo
el
tupido follaje de misteriosas selvas
tras las calandrias y las rosas
de
primaveras lejanas.
El
camino del silencio,
con una
inmensidad amorosa
convertido
en puente al infinito
nos
conduce,
castos,
transparentes, serenos.