Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 20 de agosto de 2016
Resignación
Resignación,
mis
pensamientos corren de prisa inconformados,
de
que tú te alejas en silencio, en sigilo,
huyes
de mí y entonces debo aceptar lo inevitable,
una
pasión que fue intensa ya pasó
y
nunca volverá.
La
noche es la que me hace recordar,
a
quien tanto amé
y me
hace lamentar lo que no pude hacer,
para
que continuaras amándome,
y
entonces escribo cartas de amor que nunca leerás.
Resignación,
ya
no quedan hechizos de luna llena,
se
acabaron las pociones mágicas,
ya
no sirven los rezos ni las lágrimas,
ni
hay deseos que te hagan regresar.
Aceptando
mi destino con entereza,
me
resigno hoy a perderte.
¡sé
que nunca volverás!
me
resigno estrenando estrategias,
si
tanto anhelo me ha servido,
quizás
a través de este olvido,
regreses
algún día a mi vida.
Resignación,
Me
enfundo en el traje de la esperanza
y
desearía con toda mi alma susurrarte al oído,
con
palabras mudas que mis tibias lagrimas derramo,
Desconsolada
al alba son por ti mi amado ausente.
Me
refugio en mis versos, en poesías de amor,
esperando
que pase la tormenta del alma,
y
que mi lánguida tristeza desaparezca
y
deje ese vacío insistente que recorre mi esencia.
Resignación,
es
herida sángrate, son sueños rotos,
pero
debo aceptarla y convivir con la derrota.
buscaré
despacio, paso a paso,
otro
amor que colme mi bosque con luces celestes.
Y
que cada estrella sea para mí,
un
beso lanzado al aire,
que
se guarda en el manto de la noche.
Y
así este nuevo amor me colmará,
de
besos , de apretados abrazos, de cariños.
Resignación,
pareciera
que el tiempo corre lento,
pero
la risa, la alegría, los cantos, volverán a mí,
ya
que tú mi nuevo amor colmará de paz, de bonanza,
y de
felicidad, mi alma que tan herida estaba.
Ardientes ensueños
Ardientes
ensueños,
entre
deseos y ternuras,
juntos
en el alma y el cuerpo,
nosotros
nos amamos
bajo la tormenta oscura
de
palabras no dichas,
en el
misterio de la mirada,
hasta la ira o la melancolía,
nos unimos en un nocturno abandono.
Ardientes
ensueños,
como
dos relámpagos
entre
el sueño,
amanecemos atravesando auroras,
llegando
al horizonte azul
donde
todo se olvida.
Vivimos
tú y yo
una
secreta existencia
donde
el deseo nunca se extingue.
Ardientes
ensueños,
donde el
amor impera,
rumorea
una bandera de rosas,
suspendiendo
mi voz
entre
suspiros entrecortados,
dulces,
leves y profundos.
La
transparencia de tus sueños,
galopa
en mi camino de sombras
y me
haces prisionera
de tus
sonrisas y besos.
Tu
nombre llueve en mi piel
como
una cadena de flores
y en tu
suave tiempo imaginario
soy tuya hasta la muerte.
Ardientes
ensueños,
palpitares
únicos, sin límites,
iluminados por el Amor,
salvándonos
de la
mediocridad y del tedio.
Nos
amamos en nuestros ensueños,
sin
prejuicios ni condiciones,
sin
esperas ni reservas,
sin
egoísmos ni sombras,
sin
cadenas ni sumisiones.
Ardientes
ensueños
que nos
conducen
a la
profundidad del océano
con la
claridad del Sol en las montañas,
con la
fuerza suprema de vientos huracanados.
Ardientes
ensueños
que nos
llevan a amarnos
con la
blanca llama
de
nuestras almas despiertas,
con la
alegría de cielos infinitos,
peregrinando
juntos
hacia
la dicha divina e inmortal.
Te
siento cerca de mí,
tu
canto me atrae hacia ti,
más no
sé de donde,
eres
algo que vive
más allá de sí mismo,
mis ardientes ensueños
te envuelven, te acarician
y
aunque siempre eres nube
y horizonte lejano,
sientes
mis besos sobre tu alma.
Mi
camino
está
sembrado con tu nombre,
mi
espíritu solitario
te sueña en todas las cosas,
mi
espíritu te busca tras toda emoción.
Ardientes
ensueños
que
abren las puertas de mi vida,
que me
hacen escribir
imaginando libre
de
confusiones y miedos,
estrofas, versos
que
vienen hacia mí
sintiendo
renacer en mi mente y alma
amores
ya vividos o por vivir.
Con
lazos eternos nos hemos unidos,
me
arrojo en tus brazos,
en tu
alma me imprimo,
te
infundo en mi ser.
¡Las
almas que se aman
no
tienen olvido,
no
tienen ausencia,
no
tienen adiós!
Ardientes
ensueños,
palpitan
sus aromas,
tiemblan
las brisas,
los
besos cantan como chispas
que
lanzan astros y flores
en
vagas notas
que el
arpa lanza
como un
gran himno
de
esperanzas y ansias.
Plenitud sublime
Plenitud
sublime,
integridad
insuperable es vivir amando
como la
única razón
y la
verdadera expresión
de ser
la misma Vida.
Amor
tan sublime que nada expresa,
tan
inmaculado que brilla por el infinito,
así es el amor que por ti siento,
teniendo en mi laúd cantares
y en el
rosal de mi cariño, flores.
Plenitud
sublime de vivir,
amor que llena mi ser
con
infinita alegría,
pon en
mis versos el tesoro
de las
alboradas de plata,
de los
mediodías de oro
y de las tardes de escarlata.
Dame a
beber la poesía
en el
raudal de inspiración
que es
fragor de lucha
en el
día y en la noche meditación.
Plenitud
sublime, plétora excelsa
que
como un himno todo lo ennoblece,
todo se agranda a sus clamores,
el
firmamento resplandece,
la tierra
se colma de flores.
El
amor, el verdadero,
nacido
de mi alma sonora
con la
armonía de flotantes alas,
desciende
por diáfanas escalas
a
bañarse en la fuente bullidora.
Plenitud
sublime,
que
hace que la inspiración
se
colme de recuerdos excelsos
de los
momentos en los que estuve
entre tus brazos,
riendo
entre vibrantes notas.
Siempre
hay estrellas
que
brillan en la noche de mi alma
cuando
pienso en ti.
El
deseo y el amor
en un
instante de semblanza
nos
conducen al espacio
con las
alas de todas nuestras canciones
para
llegar hasta altas nubes
plenas
de radiantes ilusiones.
Plenitud
sublime,
grandiosa
en su clamor,
dilata
el paisaje y un temblor
de
encaje pone en el follaje.
Amor,
luz que el cielo envía
como
poesía de la noche fría,
luz
toda dolor
por ser
toda sueño de blanca belleza.
Plenitud
sublime, inesperada,
sorprendente, apasionada,
con
instantes de gozo y de pasión,
nuestras
almas se buscan
por
nuestro diferir
como
por un camino
donde
no hay despedidas.
Y al
final, el hallazgo, el contacto,
la
unión pura brotando como río sin cauce
en un
agua quieta
y sólo
estaremos tú y yo,
uno y
uno,
en un
solo rostro, amor, que les sonríe.
Plenitud
sublime,
en
lenta y arrobada calma
buscamos la unidad, labio con labio,
acunándonos
unidos en una paz cierta y plena.
En mi
sueño de poeta
me
visto de estrellas para brillar para ti
y nos
abrazamos unidos
en carruaje de cristal
donde
nos amamos con pasión
en
nuestro Universo de amor
en el
que el silencio nos une.