Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 23 de agosto de 2016
Infinita Ingenuidad
Infinita
ingenuidad,
mi alma
está anegada
de
inocencia
en una
poética fe en el mañana
y
aunque el viento me envuelva
en
mantos invisibles,
intangibles,
mi
candorosa esperanza
de
vivir el amor verdadero,
ése,
el
sentido.
Necesito
mañanas
sin
torvas neblinas
del
silencio
estando tú conmigo
como
una sombra
de
mariposas frescas,
tibias,
que
orillaban el vuelo
y yo
confiada hacía
que el
sol enredara
sus
hilos con el viento.
Infinita
ingenuidad,
bendita
eres
porque abres mi alma
al amor sincero.
Sí,
soy
crédula y cándida
porque
feliz,
enamorada
de la vida,
mi alma
canta
y
mientras el río me arrulla
en mis
sueños enamorados
de las sombras frescas
siento
tus pasos
venir a
mí,
tú,
mi
amante fiel.
Infinita
ingenuidad,
bienaventurada seas,
no me
abandones nunca
porque creo
que
cabalgando
en
vientos de perfume y oro
llegas a mí
con tus
caricias suaves
como
pétalos de rosas,
ellas
me atan
a la
sombra de tu fuego
y en la
sal
de tus
palabras.
Allí
entre
tus brazos
enredé
mi alma
para
siempre.
Soy
soñadora,
apasionada
y
acaricio el silencio
de tu
ausencia
porque
desde otra lejanía,
siento el sayal de tus manos
y tus
brazos
como
caricias desbocadas
que en galopes de metal
y oro
llegan
a mi cuerpo nostalgioso,
así
brota mi alma parca,
allí bulle
mi amor
pleno.
Infinita
ingenuidad,
¿a
dónde me conduces?,
¿a qué lugar escondido me llevas?,
siento que candorosa y virgen
me
arrancas en cada brazo
un suspiro
y
desarmas mi alma
en cada
beso.
Todo
está intacto
en tu
inocencia pura,
eres mi
música blanca
que
enciende mi inspiración
y hace
nacer
como
hilos invisibles
mis
poemas de amor,
frases
que encienden
mis limpias noches de ilusión
y de
deseos guardados.
Infinita
ingenuidad,
manso
camino
perfumado
de azahares,
de
lilas
y de
azucenas
donde tu aroma
me
envuelve suavemente
llevándome a altas cimas
de
goces buscados.
Ser
sincera
me
conduce al reflejo
donde se dibuja mi alma.
Allí
donde una imagen más
de las que tienes
me
harán vivir en un rincón
de tu
presente.
Infinita
ingenuidad,
siento
tus alas
y nubes
de música en mis manos,
siento que todo en mí
quiere
volar,
me
llevas en brazos
a un
mundo
que
aturde mis sentidos
y me
ofreces amor,
tu amor.
Comúlgate
conmigo
en mi
pureza
y haz
de mi vida
un
lugar mágico
donde
el amor vibre
y
palpite
como
tierno pájaro
tembloroso,
inocente
y puro.
El cantar del alma
El
cantar del alma,
que
surge de las profundidades
de mi
mundo interior,
inundándome
de esperanzas,
amor,
ilusiones y felicidad.
Me
siento rodeada por hadas mágicas,
Ángeles
divinos que me protegen
y me
dan su bendición
y su
numen, su inspiración,
con las
cuales escribo
con
total intensidad
poesías
de amor
ya que
el verbo del vivir
es
amar.
Amar en
todas sus formas
formando
una cadena de poesías
que nos
unan contra el mal y el caos.
El
cantar del alma,
amoroso,
ilusionado,
impactante,
inesperado.
En un
fluir continuo
que
conlleva al mundo mágico
de la
poesía de amor
la que
te dedico a ti,
mi
amado ausente y lejano.
El
cantar del alma
cae en
cataratas silentes,
día a
día
por las
curvas sencillas del viento,
desplazando
su caudal de perfumes
en el
tiempo,
sin más
banderas
que el
acento claro de la paz.
Te
siento cada día cantar,
más no
sé donde,
eres
algo que vive más allá
de mi
misma,
ya que
eres nube y horizonte lejano.
¡Sentí
tu beso sobre mi alma!
El
cantar del alma
se
eleva como himno del amor eterno,
quiero
abrazar con mi cuerpo de luna,
el
templo de oro de tu alma tranquila.
Para
que tú oigas
mi
cantar se afinan
a
veces, las estrofas,
como
las huellas de las gaviotas
en las
playas.
El
cantar del alma
es para
ti
que vas
tiñendo con tu amor
mis
palabras,
todo lo
ocupas tú,
todo lo
ocupas.
Voy
creando con mi cantar
un
collar infinito
para
ti,
y miro
lejanas mis estrofas
ya que
más que mías,
son
tuyas.
Tropiezos
Tropiezos
oscilantes,
ondulados,
deslizantes
que me
llevan a un mundo nuevo
cada
día,
exhausta
de ir
tras
aventuras nuevas
en mi
diario vivir.
Caigo,
me
levanto,
vuelvo
a caer
y a
empezar otra vez
la ininterrumpida
danza
tras lo
inesperado,
lo imprevisto
que se
presenta tantas veces
sin ser
buscado
e
interrumpe con suavidad,
con
ternura,
instantes
plenos de amor.
Tropiezos
que siempre me conducen
a
lugares misteriosos
entre
hadas mágicas
y
gnomos y duendes furtivos
que me
guían
para
poder volverme a levantar,
bien
alta mi frente
y no
inclinarme ni resbalar
de a
poco hacia el suelo arenoso
y
oscuro
donde
yace la soledad sufriente.
Tropiezos,
sin tregua,
los
tiré en el aire diáfano
para
que vayan
en
volandas por el cielo
haciéndolos
agua
para
que llenen los cauces del mundo
con
espuma desatada y áurea.
Tropiezos,
deslices
que me llevan a abandonar
mis
esperanzas
pero no
mis prosas poéticas de amor,
las que
dejaré que llenen
miles
de páginas vírgenes
como
bandadas de pájaros al vuelo.
Tropiezos
tambaleantes,
callados
pero
sentidos,
guardados
en el fondo
de lo
que mis manos palpan
y mis
ojos tocan.
Tropiezos
vacilantes,
vulnerables,
aparecen
súbitamente
en
cualquier instante,
en el
menos esperado
y los
dejo pasar
sin
resistencias ni resquemores.
Suspendidos
quedan,
ingrávidos,
buscando
un pequeño resquicio
para
hacerme vacilar
y
sentir esa opresión en el pecho
que
sólo el amor puro puede hacer
que los
deje atrás,
en el
ayer pasado.
Tropiezos,
resbalares
sin culpa,
dificultades
que afloran
como
cactus en el desierto
o como
racimos de púrpura salvaje
que
cuelgan en el ceibal.
Poco a
poco
los
pimpollos van apareciendo
como el
amor en mi alma
y el
canto suave
y
sonoro
que abre
el sendero
a la
esperanza
sin
vacilaciones turbias,
sólo
con certeras creencias
de que
todo, ya pasó.
Querer
vivir anhelando amores
en
infatigable sed de calmas sin tropiezos,
con
ilusiones de vida,
sin
cansancios,
tan
solo con un poco de felicidad
en
instantes inolvidables
plenos
de ilusión,
ideas,
fe,
imaginación,
creando
siempre
sueños
de amor.