Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 31 de agosto de 2016
Caricias a mi corazón
Caricias a mi corazón
son tus dulces palabras de amor,
tiernas,
leves.
Dejas en mí
luces brillantes
de colores iridiscentes.
Soy feliz,
te siento dentro de mí,
mi sangre corre a prisa
latiendo en mi cuerpo
con pasión y gozo.
Te necesito dentro de mí,
los vientos se congregan
trayendo hacia mí
las caricias anheladas.
Mi corazón ya no me pertenece,
ha abandonado mi cuerpo
y lo he depositado en tus manos.
¡Cuídalo!
¡Ámalo!
Es tuyo, te pertenece.
Te amo Hoy y siempre,
cada latido de mi corazón es sólo por tí,
¡Cuántas alegrías tremolantes,
gozo inmediato,
caricia que se acerca,
despacio, leve,
a mi corazón tibio de amor!
Consumación feliz de tanta ruta,
último paso, amante,
pie en el aire,
que trae amor,
a donde amor espera.
Caricias a mi corazón,
¡Qué alegría, saber que en cada hora
algo que está viniendo
nos espera!
Como un campanario,
canta la alegría
cuando satisfecho el corazón
y el tumulto brota de la melodía,
de la carcajada,
claro borbollón.
Caricias a mi corazón
que hacen reír, cantar,
y la risa retoza
como un potro altanero y gentil.
¡Lástima que la vida se alboroza
pocas veces así!
Caricias a mi corazón,
con tus manos como plumas
dibujas tu amor con pasión
y suavidad de jazmines.
Mis formas inanimadas
viven, tiemblan,
se hacen carne bajo el cincel
embebido de tu pasión noble y pura.
¡Qué sensación tan profunda
arrancas de mis entrañas!
¡Qué grito de amor desgarra
de mis poros y mi sangre!
Caricias a mi corazón,
me haces temblar de amor
al sentirte a mi lado,
eres dulce, tierno,
suave como terciopelo,
y leve, como tul de encaje.
Caricias a mi corazón
que desgarran besos,
que dibujan nuestros rostros asombrosos,
iluminados de placer y alegrías sin par.
Invadiendo mi silencio
Invadiendo
mi silencio,
tú el
que intentas murmurar,
constantemente,
tus
palabras sentidas de amor
no
dejando que me encuentre
a solas
conmigo misma
para
borrar de mi mundo interior,
antiguas
desolaciones.
Quiero
mi silencio mudo
incluso hasta en el viento que toca mi oído,
o el
eco que se asoma a burlar mi voz.
Hoy
necesito soledad,
el
cielo está oscuro,
la luna
se ha ido,
las flores no tienen la esencia de ayer.
Las
aves volaron dejando su nido,
me
siento sola,
pero sé
que tú vendrás
al
grito desesperado de
¡vuelve
a mí, no me abandones,
necesito
tu amor!
Invadiendo
mi silencio,
estoy
en penumbras con todo mi hastío
y en cada suspiro lloro una oración
que
clamo en silencio
porque
sé que todo fue pasado
y que
tú vendrás a mí,
dejando
en tinieblas, dolores ya idos.
Invade
el silencio todos mis espacios,
mi vida
marchita navega sin ti,
en un
triste andar
se mueren mis pasos,
te buscan sin tregua
para
que me traigas al hoy
donde
tú me esperas.
Invadiendo
mi silencio,
sin
ningún encuentro, sé mi amor,
vigía de esta silenciosa
que
quiere regresar
de su
viaje interminable
en el
desierto de su alma
y que
su corazón,
de la
mano dulce de la brisa,
llegue
hasta ti.
En la
caricia de tu voz,
yo era
el umbral de tu presencia,
yo
estaba en la sombra de tu nombre,
yo
habitaba en ti,
pero en mi mundo de silencio,
no te
encuentro
y un
profundo dolor invade mi corazón.
No me
dejes estar en el completo olvido,
hazme
llegar sólo una caricia leve,
el
recuerdo de una sonrisa,
la mano dulce de la brisa
y
acércate con ternura
a mi
mundo de silencio.
Invadiendo
mi silencio,
tú, sin prisa, despacio, lentamente,
te vas
adentrando en mi mundo
para hacerme beber
la
fuente de la vida,
aquella
que dejé
sin casi
darme cuenta.
¡Ven!
¡Entra en mi alma y hazla renacer!
Que
poco a poco
tu
magia invada mi ser
despertando
sus deseos
de gozar y amar
y así
lograrás detener el tiempo
entrando
al silencio de mi alma
para
vivir contigo
suspiros
leves y caricias cercanas.
No
quiero que seas
en mi
mundo de silencio
un
simple reflejo
en mi
imaginación
y que
al despertar mis ojos no te lloren.
Invadiendo
mi silencio
con tu
presencia en mi cuerpo
para
darme la flor del amor de la vida
que hoy
desvela mis pensamientos
con
silencio de olvido.
Me extrañas
Me
extrañas sin conocerme,
sólo nuestras palabras
nos
unen,
palabras
viejas
como el
mundo
que se
llenan de alas
y campanas
y
suenan nuevas,
nuevas
por completo
porque han sido pulidas
y
lustradas por la ternura,
la
dicha de habernos encontrado
en un
instante especial
y único
que nos
cubre,
que nos
rebasa,
que nos
estremece.
Me
extrañas,
dulces
palabras
que se
vuelven únicas
como
por milagro
y nos dejan suspendidos
en un
momento de felicidad.
Tú y
yo,
desde
la distancia
somos
pobladores
de la
maravilla de extrañarnos
sin
habernos visto nunca,
¿te das
cuenta?.
Somos
una canción,
dos
aves en vuelo,
dos
estrellas
de una
constelación de amor.
Ya
nunca seremos dos extraños,
porque
tanto tú como yo
tenemos en nuestras almas
nuestros
nombres
unidos
por una
invisible cadena
¡qué
milagro!.
Tú no
sabes,
solitario sacramento del nombrar
que
cuando te nombro,
te
pienso
y el
todo que nos separa
nos
acerca.
Me
extrañas
porque
somos un amanecer,
la llegada del sol
y del
verano
en una lluviosa tarde.
Me
extrañas
y más
me extrañarás
cuando
tus manos
se
posen en las mías
y tu
beso encienda
esta
cabeza mía
que
caerá
como un
fruto dorado
sobre
tu pecho.
Porque
eso es vivir…
¡vivir es renovarse cada día!,
es extrañar
sin saber por qué
a
alguien que se cruzó raudamente
por tu
vida
sin
remotamente esperarlo,
dejándose
caer
en tu
camino,
iluminando
creo
otras luces,
generando
expectativas nuevas
y
curiosas
como
una gracia
un poco
endeble
pero
arrobadora
como
una flor nueva.
Me
extrañas,
ser que
entiende,
comprende,
siente,
en mis
prosas de amor
lo que
éstas guardan:
temblores,
ansiedades,
emociones,
ese
perfecto deseo de amar
y ser
amada,
de esa
realidad de amor
que nos
hace inmensamente felices
y
volátiles,
levitando
ambos
en ese otro espacio
donde
sólo tú y yo
lo
recorremos.
Me
extrañas,
hablamos
y nuestras voces se unen,
se suspenden
en el
aire como para volar.
Que
extraño lo nuestro…
cada vez que hablamos
parece
que algo profundo
nos
acerca,
algo
con magia,
duendes,
hadas
que nos
entrelazan
con
hilos intangibles
que no
se desatarán
nunca
más.
Me
extrañas,
te
extraño
y la
espera de encontrarnos
se hace
larga,
quiero
compartir contigo
sueños,
penas,
alegrías,
canciones,
música.
Ser los
dos
la savia de un árbol,
las
alas del alma,
el
color del agua,
las estrellas
en el
fondo de los ojos,
la
locura
en el
pensamiento,
el
calor de la piel.
Dejar
que el amor
nos inunde
sin
miedos
y sin
temores.