Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 1 de septiembre de 2016
Aromas de vergeles
Aromas
de vergeles,
en
prados florecidos
de
multicolores flores
y de
fragancias exquisitas,
allí
quiero estar.
Ir en
busca
del
edén divino de belleza,
para no
volver nada
o para
volver
inhibida
de fragancias
de
alelíes, rosas, azahares,
azaleas,
jazmines.
Tenderme
en los jardines
y unida
a las abejas
oír y
aprender el dúo
que en
la flor recién abierta,
el
perfume y el color
misteriosamente
elevan.
Pasar
por rosaledas,
contigo
abrazada
y que
su aroma nos inunde
en una
nube de esencia
como
emanaciones de amor recién florecido.
Aromas
de vergeles, de bosques umbríos
que
beben luz de las estrellas,
dormitamos
en el silencio blanco
de la
luna llena
o como
en potros de llamas
cabalgamos
en los cometas.
Pensativa
y calma
en el
vergel sumergida,
surgen
de mi corazón de poeta
los
versos de amor para ti
que un
rojo sol prisionero
encerrado,
encuentra.
Quiero
volar contigo
por
todo el universo
y
regresar con las flores inmortales
del
pénsil de la belleza.
Aromas
de vergeles
que
hacen nacer el ideal del poeta,
el que
está en el mundo interior
pleno
de encanto.
Suelta
la flor su perfume,
mas si
una frase lo aspira,
se
evapora o se consume
en las
cuerdas del violín.
Efluvios
de suspiros de amor
en un
intangible ensueño,
donde
lejana, la flor se esconde.
Aromas
de vergeles,
donde
la mujer poeta
escribe
lo que es en su fantasía,
ave y
flor, mirlo y lavanda,
pues
viven sólo en la bruma
que en
la ilusión se levanta
ese
canto que perfuma
y ese
perfume que canta.
Aromas
de vergeles,
bálsamo
de colores que nos inundan,
los
verdes más verdes,
los
tornasolados ocres,
los
lacres de hojas marchitas
nos
inundan de amor placentero,
pleno
de paz y belleza.
Tendida
en ese campo infinito
entre
amapolas y margaritas
el
aroma de la tierra húmeda
hiende
mi alma necesitada
de tu
intenso amor.
¿Bajo
qué fronda te escondes?
Ven y
tiéndete a mi lado,
el
cielo nos acaricia,
el
viento nos mece
y las
hierbas frescas
nos
acunan en su mullido lecho.
Aromas
de vergeles,
en esta
aurora placentera,
entre
mil estupendos follajes,
temblorosos
de primavera,
nuestro
amor crece, se agiganta,
entre
sones de música celestial
y canto
de pájaros.
Ecos de besos no dados
Ecos de besos no dados,
resuenan en mi alma
como alas rotas de aflicción
y deseos reprimidos,
esos instantes que no se olvidan,
tan vacíos,
devueltos por las sombras,
tan vacíos,
rechazados por el tiempo.
Ecos de besos no dados,
ese instante que pudo ser tierno
y pleno de gozo,
pasó despacio por mi lado
y mi cuerpo desnudo,
desnudo de sangre de alas,
sin ojos para recordarte,
sin labios para recoger
el zumo de tus mieles,
se perdió en el canto
de los helados campanarios.
Los suspiros del mar
me humedecieron las únicas palabras
y los besos no dados
por los que vale vivir.
Ecos de besos no dados,
fue tan solo un instante breve
de la nada
acurrucado en una eterna espera
en la cueva del destino,
sin manos para decir nunca,
sin labios para besar los tuyos.
Ecos de besos no dados,
como dueños del silencio,
son como una tribu
de palabras mutiladas
y de tibiezas no recibidas,
se elevan entre montañas
hacia las nubes,
lejos, muy lejos,
en una partición de sol
en pequeños soles negros.
Hay en la espera del beso
un rumor a lilas
rompiéndose en la lluvia gris del alba.
Ecos de besos no dados,
soy como una viajera,
mujer poeta,
que ha dejado su cuerpo
junto a la luz
y ha cantado la tristeza
de lo que nace.
Mi alma sin tus besos
se estremece toda,
volcándose en la madre de las tinieblas.
Entre hilo e hilo de su tejido
de espera encierra
el anhelo del beso no dado,
guardado como tesoro
en el mundo para mí
perdido entero sin ti.
Ecos de besos no dados
que pasarán entre el frío,
el viento, la lluvia, el trueno,
resonando por un minuto de vida
breve
en los confines del mundo,
danzando como palabras de amor
en paraísos no encontrados,
que saltan de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Voy por galerías
donde vagan los besos
que no encuentran mis labios,
esperándolos,
sabiendo que no llegarán a mí.
Todo sonido en eco tuyo
me lo convierte el alma que te espera
y ahora en esta hora inocente
me siento en el umbral de mi mirada
como sonámbula
en una cornisa de niebla
esperando despertar como flor
que se abre al viento
en un camino de espejos
donde los besos son dados
como encantamiento creciendo
solos en la noche pálida,
enlazando fuegos de silencio,
ingenios en espejos de triste transparencia.
Palabras al viento
Palabras
al viento,
se
fueron tras la cálida brisa,
dejando
en su eco,
susurros
en mi alma.
Palabras
al viento,
se
llevan mis monosílabos,
mis
frases, mis palabras quedas,
mis
versos de amor,
¿a dónde llegan?
¿qué
buscan?
Se maduran
los mundos a su llegada,
nada se
puede ver ni tocar,
sólo
están arremolinadas,
sueltas,
desmadejadas,
deshilachadas,
destejidas,
pero
aún frente a todo,
son
Amor, Amor único
que
recorre el orbe,
dejando
estelas
y
perdurando en corazones
puros y
embelesados.
¡Santas
palabras!
Bajan
por los tiempos milenarios,
necesitadas
por almas
como
tenues alas
viniendo
del ayer hasta el hoy
y yendo al mañana.
¿De qué
lejos, misterioso su vuelo arranca,
nortes
y sures, orientes, horizontes sin fin?.
Palabras
al viento,
como
innúmeras sombras calladas
llegan
a ti, mi amor,
cada
día más sentidas,
cada
día trasmitiéndote más
mi todo entero,
nunca
desaparecen
ni se
escapan.
Y entre
temblores de risas,
como
voz de vigía gritando
¡Tierra!
llegan
una a una
a
acariciar tus labios,
tu
rostro, tu cuerpo
que
siento ya mío.
Palabras
al viento,
todas en un sol tras otro
se
vuelven claras, soñando,
cantan
delante, detrás de ti,
ofreciéndose
sin guardarse nada,
onda
tras onda,
rompiéndose en mil,
cien
sílabas en tus brazos.
Palabras
al viento,
se
esfumaron de mi vida
como la
niebla al amanecer,
para
llegar a ti, mi amado amante,
así es
su destino y
¡qué
confusión,
sin
ellas me siento perdida,
mis
sentidos se bloquean
y mi
cuerpo empieza a temblar!
Pero…
sueño o realidad,
las
palabras no se han perdido,
fueron hacia ti, en secreto,
en
suaves movimientos,
llegando
a tu mundo interior,
bloqueando tus sentidos
y
haciendo que tu cuerpo temblara
tan
sólo de escuchar sus susurros.
Palabras
al viento,
libres, airosas, juguetonas, necesitadas,
atraviesan
cielos y cantos,
mares y
horizontes,
ecos y
silencios,
fronteras
y murallas,
van a
encontrarse,
a
inquietar o a asombrar
al
revelar lo sentido y expresado
en todas las emociones
que
ellas conllevan
pudiendo
fundir tu corazón
en un
profundo acto de amor.
Palabras
al viento,
en
volandas te envían belleza,
alegría,
paz
que
trasmiten en su canto
la verdad de nuestro existir.
Palabras
al viento,
vírgenes, radiantes,
van
como fulgores en monosílabas,
trisílabas, frases
en busca de la aventura
de
estar en ti
entregadas
una a una
en tu
corazón apasionado.