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miércoles, 7 de septiembre de 2016

Preguntas sin respuestas


A la noche
empiezan a encenderse
desde recónditos lugares,
las preguntas.
Las hay distantes,
quietas,
inmensas,
misteriosas,
distraídas,
como astros que preguntan
desde allá siempre lo mismo:
¿cómo eres?.

Otras, fugaces,
diáfanas,
menudas,
querían saber
cosas leves de ti y exactas:
nombres,
lugares,
esquinas,
viajes donde juntos estaríamos.

Tú no las puedes ver,
pero tienes el sueño cercado,
todo él por interrogaciones mías.
Preguntas sin respuestas,
tú, dormido o semidormido,
alguna vez soñando,
dirás que sí, que no,
respuestas sin tino,
al azar y de milagro
a preguntas que no entiendes,
ignoras la mayoría,
que no ves, que no sabes.

Porque ignoras todo en tu dormir,
absoluto y profundo
y cuando te despiertas,
ellas se esconden,
ya invisibles, misteriosas,
escabulléndose en mi mundo,
se apagan.

Preguntas sin respuestas,
seguirás viviendo alegre
sin saber que en media vida tuya,
la del sueño,
estás siempre cercado
de ansiedades,
de afanes,
de anhelos,
sin cesar,
preguntándose eso que tú ves
y no puedes contestar.

Preguntas sin respuestas,
y mientras te duermes a mi lado,
¡qué paseo de noche
con tu ausencia a mi lado!
Me acompaña el sentir
que no vienes conmigo,
estoy sola,
cavilando qué otras preguntas
pueden surgir de mi mente,
atiborrada de dudas,
temores,
ansiedades.
Los espejos,
el agua,
el viento,
se creen que voy sola,
se lo creen los ojos de la luna,
sirenas de los cielos,
aún titilando estrellas.

Tú, antes de dormirte me dijiste:
!No te vayas!
Fueron tus tres palabras últimas.
Yo sigo aquí a tu lado,
estrechada a ti,
dentro de ti,
hablando contigo.

Otras voces
me contestan sin cesar,
son espectros,
sombras,
fantasmas,
sueños,
amores de otras veces,
compadecidos de mí,
quieren estar conmigo,
van a darme sus manos
pero no se dan cuenta que yo llevo,
estrellada,
cálida,
tierna,
viva,
la forma de una mano amada
palpitando en la mía.

Y entonces me dejan sola
con el beso
que en mis comisuras
tú dejaste antes de dormir.

Atisbo de miradas


Atisbo de miradas,
te busco sin inquietudes ni tristezas
en el cielo límpido y en la noche acogedora
de arrullos y palabras de amor.
Somos tú y yo,
los dos únicos seres que nos proyectamos
sólo los dos desde la lejanía en el orbe todo,
rodeados de silencios de la vida.
Aún en la densa y oscura noche
nuestras miradas se cruzan,
en un atisbo intenso de amor.

Somos dos almas unidas
vibrando en espíritu y cuerpo.
Lazos estrechos nos rodean
y nos envuelven en recuerdos plenos
de promesas de amor.
Atisbo de miradas inefables de amor intenso,
nos sentimos desde la Inmensidad amados
y por ello la naturaleza de la vida
nos conduce más allá del todo.

Atisbo de miradas dulces,
cálidas,
se entrecruzan en un sueño total
cuando tu alma y la mía se unen.
Atisbo de miradas,
atentas, intensas,
que nos conducen a través de su luz fascinante
a lo profundo de nuestras almas
en un conjuro mágico
de donde surgen de improviso mis poemas de amor,
mis palabras sentidas para ti
al volar juntos a otras esferas
en paz y sosiego.

Atisbo de miradas,
de soslayo el amor nos inunda,
imperceptible nos invade en dulzuras inefables
y la felicidad colma nuestras almas
viviendo en abrazos sublimes
la mutua ternura del encuentro.

Atisbo de miradas,
vislumbro tus ojos de miel
que me contemplan con intenso amor formulando
eternos lazos que nos unirán por siempre.
Mi alma se acuna entre la inmensidad
de nuestra excelsitud inconmensurable.
Atisbo de miradas,
señal de que mi corazón se estremece
bajo el hechizo de tus ojos que detiene el tiempo
y descanso silente
y en paz entonando dulces melodías junto a ti,
enceguecida y complaciente
por la satinada protección
en la que me envuelves.

Vibra y eclipsa mi mirada
buscándote
mientras mi diáfana sonrisa
murmura tu nombre.
Atisbo de miradas,
las horas se desgranan
completas en vuelos raudos y veloces hacia ti,
desbordando el manto de estrellas
que me liberan como lluvia
que acaricia mi armonía.

Atisbo de miradas,
milagro de dos enamorados que entre  azahares,
jazmines,
sueños y verdades que suplen emociones en letras,
palabras,
que multiplicadas en versos recorren
el infinito en un atisbo de amor.

Conmigo Misma


Aquí estoy,
lejos de mi lar,
frente al mar,
conmigo misma,
sintiendo la esencia de mi ser
en mi espíritu que flota sobre las olas
entre nubes que se confunden
allá lejos en el horizonte
sin fin.

Conmigo misma,
percibiendo aromas,
murmullos,
pensamientos divagantes
que llegan del mas allá.

¡Sensación de ser dos voces
que vibran en mi interior azul
unidos por lazos estrechos
y entretejidos de recuerdo!

Vivir conmigo misma,
¡qué maravilla jubilosa
de sentirse entera!,
desnuda el alma,
inocente y limpia
como el mar intenso.

Soy la viajera que a solas
conmigo misma
busca esos instantes breves e intensos
de felicidad,
viaja con el corazón pleno de amor
y las sombras de amores
presentes y pasados.

Conmigo misma,
me llegan despacio a intervalos breves,
rumores de amor
de quien me está buscando en este presente,
en noches de espera.

Conmigo misma,
canto sin tristezas ni penas,
danzo y me sumerjo en el mar
que me llama sin palabras,
sólo con las olas que me llevan
a sus arenas profundas.

Conmigo misma expreso
en mi mundo interior
la verdad tan difícil de encontrar con palabras,
en frases y así puedo transmitir mis pensamientos
en bellezas por fin llevadas a mi interior
por mi mente y espíritu,
aflorados en un tiempo sin tiempos.

Conmigo misma,
la luz me inunda,
me fundo en mí,
en mi recinto sin misterios,
sin falsedades,
sin subterfugios,
y hallo el lugar donde mi alma
en paz canta y danza horas,
ligera y desnuda,
sin testigos,
ni pesares.

Conmigo misma,
en mi soledad,
no sola,
voy bordando una red
de recuerdos de vida
en forma de sonetos,
rimas, estrofas,
que envuelven el amor
que tengo para dar
y que en minutos preciosos
logro volcar en poemas de amor
en páginas que vuelan
vacilantes con el viento.

¿Porqué milagro aparecen esas poesías
nacidas de la nada,
cuando estoy conmigo misma?
¿Cuál es la razón de estos despertares
que me inundan de felicidad
y dan amor a mi alma?

Benditos momentos de inspiración
cuando la vida,
canta,
ríe,
llora y nos hace estremecer
en estos instantes de placer y paz.