Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 17 de septiembre de 2016
Soy mujer
Soy
mujer,
vulnerable,
sensible,
que
oculta y dormida
me
escondí del amor
por un
tiempo muy largo,
días,
tal vez
años,
con
temores ocultos
a ser
lastimada y herida.
Soy
mujer
y ahora
soy libre como el viento,
para
amar, para soñar,
para
elevarme hasta el cielo si quisiera
porque
nadie decide mis sentimientos,
nadie
le pone alto a mis devaneos.
Amo el
amor
y canto
mis palabras dulces
que
como desafiantes jinetes del aire
se
vuelcan en páginas de colores
como
prosas de amor
inventando
nuevos mundos
desde
las frases tiernas
y
llevando a las alturas
como
aves peregrinas
las
lágrimas que se van con ellas.
Soy
mujer,
me
invento en la cumbre
adivinada
entre árboles retorcidos
buscando
el retorno de la sonrisa.
Sigo
las huellas de mis pasos
en
soledades mías,
muy
mías,
quiero
estar allí contigo
pero
tengo miedo de amar
y debo
estar acá.
El amor
nunca perdona
a
quienes saben amar.
Se
cobra su tributo,
le pago
sin demora,
con el
dolor de la distancia,
antes…
y
ahora.
Soy
mujer
y desde
lejos te miro
con mis
ojos cenicientos de cristal
y me
duele muy dentro.
Soy
mujer
y no
quiero encontrarte ahora
que soy
libre,
me
ahogarías,
me
arrancarías el aliento
en cada
abrazo,
me
desarmarías el alma
en cada
beso.
Nos
uniríamos
en el
fino aliento de la aurora,
entre
claridades que perforarían nubes
y
volaríamos entre frondas salvajes,
sintiéndonos
juntos,
muy
juntos.
Soy
mujer
que en
este hoy clama por ser amada
y desea
que hagas allí,
en tu
corazón,
una
imagen viva y radiante,
feliz y
colmada en arrullos de amor
que
despacito iría hacia ti,
entre
besos de pasión y deseo.
Soy
mujer
y a
pesar de que el amor
me
llevará a sufrir
quiero
en este instante
que
nuestros ojos,
en el
fuego de la tarde
nos
lleven a vivir con alegrías plenas,
bajo
cinceles embebidos
de
nuestro sentir noble y puro.
Soy
mujer poeta,
soy la
flor que deshoja cada amanecer,
llevo
conmigo todos los aromas,
la
dulzura de la miel,
el
calor en una noche de amor,
mi
sueño eterno,
mi
leyenda de otoño en serenata.
Soy
mujer
que ama
más allá del tiempo
y la
distancia que te busca
en los
días de tormenta,
en la
placidez del agua
que en
mi piel revolotea al sentirte
mío
para siempre
sin
angustias ni pesares.
Mi mundo eres tú
Mi mundo eres tú,
soy tu amada amante
que sueña despierta.
Amor de otoño
que hace huir el ocaso.
Amor…
¿oísteis?…
Amor
¿Acaso no ven
como arde todo a su paso?
¡Himno de fuego
que el sol levanta
y amor que todas las cosas canta!
Mi mundo eres tú,
quiero estar junto a ti,
la impaciencia me desborda la mirada,
se me parte la distancia buscándote.
Necesito el roce de tus manos
y tiemblo impaciente
por reconocer tu rostro
sólo con tocarlo.
Mi mundo eres tú,
voy haciendo surcos en el aire,
embelesada y llena de mágicas
palabras de amor
que la brisa lleva hacia ti
y se vuelcan después
en el papel mágico
que las esperaba anheloso
y dichoso de plasmarlas en frases,
palabras,
poemas, prosa,
que llegan por el aire
al orbe todo.
Mi mundo eres tú,
te he elegido a ti
con mi mano sobre mi pecho.
Frente a ti desnuda
como ninfa encaprichada,
no me envuelvo en sus gracias
más que ella,
negándome a las
telas,
brocados,
sedas que sólo cubren
tristemente las ajustadas
estrofas del amor.
Mi mundo eres tú,
la dicha contigo está segura,
ahí a tu lado,
la vida que se
para en el HOY
es la inmortal,
la que acepta vivirla a pleno.
Eres el elegido,
como al agua más clara,
más perfecta,
en la mínima esfera de la gota
que no es en infinitudes de océano.
Mi mundo eres tú,
había perdido por siempre
la esperanza de encontrarte,
tú allí lejos,
yo aquí,
esperándote,
pero al sentirte cerca
eres como una flor
de cielo dormida a mi costado.
Tendiendo en el follaje verde del campo,
mi cuerpo descansa,
me quita ligaduras del ayer y del polvo,
me levanto para el limpio canto junto a ti.
Mi cuerpo ha madurado,
como fruto mágico
esperando tus lentas caricias
que como abanico de espuma
me cubren suavemente,
deseando el beso cien veces repetido
que me cubrirán tus labios.
Mi mundo eres tú,
voy abriendo para ti
el tupido follaje de mi misteriosa
selva tras las calandrias
y rosas de primaveras lejanas.
Y me siento casta,
transparente,
serena,
como la inmensidad verde y azul
que me abraza,
mientras te espero convertida
en puente que al infinito
por las olas salta.
Pienso en ti
Pienso en ti
y no se si es cierto que te amo
o lo sé tanto que temo
que ese amor me traiga llanto.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
Pienso en ti
y espero que te acerques,
quisiera sentirte cercano.
Todo hace el amor con el silencio
que puede ser como un fuego
o un templo de luces.
Pienso en ti,
quiero apretar tus manos
y me corre un secreto en la piel
que es feliz y ansiado.
Pienso en ti, te siento y miro,
lejanas,
mis palabras,
más que mías son tuyas
y de mis manos surgen
los poemas de amor que tú
inspiras
porque llenas mi alma
toda de sortilegios mágicos y
poéticos.
Quiero que los oigas,
que te lleguen proféticamente
puros
porque voy tejiendo
con todos los poemas
un collar infinito
para que te envuelvan
y no te alejen nunca más de mí.
Pienso en ti
y en el equilibrio cósmico de la
noche
mi voz interior me despierta,
me pregunto porqué busqué
en mi ser profundo
para saber lo que me
desconcierta.
Pienso en ti,
muchos afanes de días,
muchas noches sin estrellas,
pondré un manto de olvido
sobre este dolor que me aqueja.
Pienso en ti constantemente,
construiré este poco de vida
con lo poco que me queda,
pero aún tu voz no se calla,
me agita,
me apena.
La noche está terminando,
ya entra la luz primera,
es una noche que pasa
y ella se irá con el alba.
Si todas las noches pienso en ti
y sueño contigo
¿por qué no vivo en un sueño?
Pienso en ti,
imagino eres el viento,
rozas mi cara,
mis manos,
tocas todo mi cuerpo
y en su silbido apacible
puedo sentir tu aliento.
Cuanto estás tú callado,
pienso eres mi silencio.
Me tocas con tu mirada
y me recorres toda
y mi alma vuela apresurada
cruzando mares,
desiertos.
Pienso en ti,
en nosotros no existen fronteras,
tampoco tiempo,
quisiera tener alas para volar
y estar a tu lado acompañándote
y apoyándome en tus brazos.
Pienso en ti amor,
te pienso con ansias
de frenesíes y pasiones,
cuando me abrazas siento
que tuve contra el pecho
un palpitar sin tacto,
cerquísimo,
de estrella que viene
de otra vida.
Pienso en ti,
porque te alejaste
y siento sobre el alma
esa opresión enorme
de sombras que dejaste,
de palabras,
sin labios,
escritas en papeles
que vuelan con el viento,
dejándome tan solo
el hueco de tu cuerpo.