Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 20 de septiembre de 2016
Secuestro furtivo
Secuestro
furtivo,
¿te
acuerdas tú de aquella noche
que a
escondidas
y con
misteriosos impulsos
me
llevaste a aquel umbrío lugar desierto
donde a
solas nos amamos?
La
brisa nos acunó
y el
mar nos arrulló
con sus
ondas livianas
como
una melodía
de
lejanas orquestas.
Secuestro
furtivo,
me
retuviste entre tus brazos tibios
y yo me deshojé lentamente
como
flor de azahar
pura y
virgen
y con
dulzura me dejé raptar.
Me
quedaría en el encierro de tu cerco,
en todo
lo que estoy,
donde
estamos tú y yo juntos,
quietos
como el agua quieta,
retenidos
en el amor sin sol.
Secuestro
furtivo,
disimulado,
sigiloso,
¡qué ansia de repetirse
esto
que está siendo!
¡qué afán de que mañana
sea nada más
que
llenar otra vez
al
tenderte ese hueco que deja,
hoy
exacto
en la
arena, tu cuerpo!
Secuestro
furtivo, cauteloso,
para
que no se sepa
ni se
entere el mundo
que
estamos viviendo
entre
apretados y estrechos
cercos cuerpo,
alma y
mar.
Nada
promete el orbe,
ya nos lo da,
lo
tenemos todo ya,
nunca
más nos separaremos
ni por
el viento, ni por las nubes,
juntos
cantando siempre.
Secuestro
furtivo,
retención
deseada que despacio,
sin prisa, sin siquiera escuchar tus pasos,
sin ver
tu sombra en la fronda
me
envolviste con tu mirada dulce
y tu
voz pausada y lenta.
Tu risa
me secuestró
y le
dio colores a la noche
y yo
disuelta en alma y espíritu
me
entregué a ti
hasta
unos cielos lejanos
en una
gloria abstracta del alfabeto.
Y
danzamos juntos,
apretados entre frenesíes de pasión,
rodeados
de flores
del
jacarandá, azaleas, azucenas.
Secuestro
furtivo,
quemante
hasta lo indecible,
hasta
horizontes lejanos
donde
nos podemos tocar, palpar,
en
nuestros reflejos sin casi tocarnos,
en
nuestras formas reales
donde
se nos escapan suspiros
hasta la muerte.
Nadie
nos ve, nadie nos dice nada,
estamos
en nuestro mundo propio,
sin
altares de llamas
pero sí
de deseos y pasiones.
Secuestro
sigiloso,
nos dan
formas de una geometría sin angustia
entre
delicias hijas del agua,
cálidas
caricias en los fríos inviernos
entre
amores verticales, cristalinos y auténticos.
Mi
pecho se agranda, se agita,
siente
la presencia de tu amor
en este secuestro furtivo,
nuestros
corazones se unen
y en
silencio nuestras manos
se
entrecruzan en el aire,
en
voluptuosa danza
entre
sombras sin paisajes.
Y todo
cambia en nuestro existir,
los besos son únicos,
son
nuestros
y como
cómplices
del delicioso amar los dos,
atónitos,
vivimos el hoy,
el ayer
y el mañana en un encanto
y
esdrújulo sueño elegido en ondas del viento.
Arropados
y somnolientos
nos
elevamos al más allá,
solos
con nuestras voces y sonidos,
seguros
de amarnos por siempre.
Volver a ti
Volver
a ti,
quiero
entrar más adentro de la espesura
de
mi vida para aprender despacio y sin apuro
a
buscarte donde te dejé
cuando
mis naves desgarré sola
en la playa dejando en ella
tan
solo mi huella borrosa.
Gritando
tu nombre en mi silencio hondo,
vuela
a lo alto para que llegue a ti,
mi
amor es tuyo
y en
mi voz se sentirá
una
lágrima de nostalgia.
Volver
a ti, vienes hacia mi,
me
enseñas recuerdos
en
los que nos entregábamos uno al otro,
me
haces señas
con
las delicias vivas del pasado,
invitándome.
Me
dices desde allá lejos
que
hagamos lo que quiero,
unirnos
al pensarte
y
entramos por el beso
que
me abres.
Volver
a ti, ya, en este instante del hoy,
no
quiero separarme más de ti,
de
esa gran transparencia de ti en mi.
Siempre
estarán abiertos en mi ser
albergues
vastos, mínimos,
donde
guardarte
y
así podrás volver a mi,
a
mis celdas de la memoria y sus llanuras.
Volver a ti como canta el
río
en la
sed del silencio
y el
anhelo y como lenguas de fuego
se
consumirán al estar juntas
nuestras
formas fundidas
en
el tiempo inagotable.
Aprieta
mis deseos con tu pasión de viento.
El
sol será mañana un plato de lujurias
y tú serás mi boca y mis manos
quedarán desgajadas de rocío
al
sentirte otra vez junto a mí.
Volver
a ti, desgrana como antes
el gris de tu mirada
sobre
mis ojos
y
desprende mi angustia
de
mi alma toda
haciéndome
sentir tu abrazo
de sentimientos hondos y mansos.
Eres
y seguirás siendo
en
mis días de tormenta
la
claridad que brillante atraviesa nubes
y en la placidez del agua
alegras
mis días sintiéndote mío.
Volver
a ti,
cabalgando
en vientos de perfume
y
oro para consumir
tus
besos de mariposas y miel,
haciendo
brotar en mi alma parca
todo
mi amor pleno.
Quiero
que como lentas gaviotas de porcelana,
planeen
sobre mi cuerpo ansioso
tus
manos de blancas sombras.
¡Qué
sensación tan profunda
surge
de mi alma!
Vuelve
a mi,
escucha
mi grito desgarrante
que
nace desde mi piel y mi sangre.
Recordándome
Recordándome
(Desde
un olvido lejano,
viniste tras el viento,
buscándome)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Llegaste
a mí
cantando
sueños
que
volvían de los tiempos de antes
porque
en tus estrofas amantes
querías
que mi voz
te
acariciara)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Traías
en tus palabras
el pasado compartido,
entretejido con latidos de amor
entre inquietudes
de
momentos pasados juntos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Querías
que volviéramos a estar juntos
prendidos
a los restos del silencio
de este
tiempo ya pasado
y del
que escapamos
por
milagro)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Esperabas
mi pura promesa
de
volver a estar juntos,
pero al
despedirnos de lo gozado,
lo
sufrido quedo atrás)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Pensaste
que
nuestro sueño de amor vivido
aún persistía
y que
nuestra ansia de vivir,
amándonos,
latía,
aún,
en
nuestros corazones)
no
quise escucharte.
Recordándome
(No te
diste cuenta
que
estamos al otro lado de los sueños
que soñamos,
a ese
lado que se llama la vida nuestra
que ya
se cumplió)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Me
dices que me quieres
y es
como un despertar
de un
no decirlo,
sin
designio de lo que lo sepa nadie,
ni tú
siquiera)
no
quise escucharte.
Recordándome
( me
dejas el mensaje
de tu
gran querer callado
que sólo
tú crees sentir,
lo que fuimos,
ya no
somos,
son sólo
imágenes pasadas
de ti y
de mí)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Rompes
mi mañana
que es
de cristal
por
esperar
y
apareces cuando tu quieres
para volver
a ser lo que fuimos
y ya no
somos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Sin
vacilaciones
creíste
volverme a tener,
abrazarme sin término,
pero me heriste
en lo
hondo
al
buscar tú,
otros
ojos,
otros
cuerpos)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Después
de vivir
tus breves amores,
quisiste estar conmigo
otra
vez
pero
nunca supiste
que ya
no estabas más
en mi
vida,
sólo
eras una huella
que se
desdibuja en el aire)
no
quise escucharte.
Recordándome
(Tu
sensación de retorno
que te
estrecha el alma,
déjala ir
tras el
más allá
porque
ya nuestra realidad,
la ya vivida,
no existe más)
no
quise escucharte.