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Vivencias


Fluye el rio del tiempo, se empapa uno en sus aguas,
se le encoge la voz, la mirada se amansa.
Se achica el corazón, las piernas se acalambran.
Se entumecen los brazos y se arrumbara la espada
y la flauta se vuelve reticente y opaca.
Piernas y corazón apuraban su marcha hora explorando amores, hora andando comarcas,
a todos algún seño prometía mi  flauta no el sueño que se sueña, sí el sueño que se arranca,
de la tierra renuente y el corazón desbordado.
Que pronto un diluvio como un  torrente de lágrimas ahogo las penas del mundo y puedo ir,
cantando bajito sin ahondar las pisadas, no sé si por costumbre o por cautela con un dejo de gozo y otro dejo de lástima.
Gozo por lo que tengo y por lo que soy.
Me basta.
Pena por tantos sueños muertos a mis espaldas.

“Me niego a despertar
 no quiero ver la soledad de tras
 de tu perfume que se negó a partir”

La vida sin ti


La vida sin ti,
mi vida sin ti ya no es lo mismo,
te extraño tanto que mis entrañas crujen de dolor y de pena.
Eras el abrazo enternecido,
aventando arrepíos solapados,
en mi corazón estremecido por designios de mí,
sino infausto.
Eras mi amor cada día.
Aliciente a mi sinuosa vida,
mi socaire eras acrisolado en dulzura.

La vida sin ti,
no tiene más sentido,
tú eras la constante alegría,
acrecentando cada día mi incipiente ilusión.
Rutilabas en mi corazón con total ímpetu.
Ahora eres insondable suspiro
y sólo te vislumbró tu figura entre las nubes grises y lejanas.
No he podido hablar contigo,
en realidad no importa que tenga que callar mi boca,
pero mi alma quiere hablarte,
no te deja un momento en el olvido.

La vida sin ti,
no he podido ver tus ojos,
no caminar a la par de tus andares,
no he ido solitaria, a amargarme a nuestros lugares.
No he podido escuchar tu voz que siempre es preludio,
de un mar de amor incontenible.
No he podido hablar contigo,
estás envuelto en tu capullo volando por el cielo
y por ti mi alma rota y quebrada muere por el suelo.
no he podido hablar contigo,
dime que de ti solo recibiré tu olvido,
pero no guardes silencio.
Ese … ¡sí es castigo!
La vida sin ti no tiene sentido,
vivir sin ti es vivir sufriendo.
La vida sin ti,
y perdidas las nubes que yo quise sujetar en el cielo,
clavadoras con miradas más alto se fueron.
Y las alegrías del querer y las angustias del estar aun queriendo poco
y las ansias de querer,  quererte, más.
Todo por perdido,
todo en el haber sido antes,
el no ser nunca ya.

Mi vida sin ti,
es un mundo vacío,
sin tus miradas, tus besos, tus caricias
y vivo asustada con miedo desde que me dijiste te amo,
pero todo era falso ,apariencias, retrasos, cortezas inocentes
y estaba detrás , despacio, madurándose,
al compás de esta ansia que lo pedía en vano,
la gran delicia: el sí.
Amor vivir sin amor,
¡qué gran catástrofe!
Todo hacia atrás la vida se va quitando siglos,
frenética de encima,
desteje los minutos galopando su curso lento antes,
se desvive de ansia de borrarse la historia,
de no ser más del puro anhelo de empezarse otra vez.
La vida sin ti no es vida,
es vida que poco a poco se va apagando.

Culpa


Culpa, ¿toda mía es la culpa de tu ausencia?
No supe retenerte a mi lado.
¿Será mi culpa?
¿O tu miedo a amarme y ser amado?
Yo soy por siempre tu amante hasta que deje este mundo.
Mi culpa es amarte con toda intensidad, con mi cuerpo y mi mente,
con todo mi ser.
No estás.
Y estás en mí como una lluvia de suavidades indefensas,
que braman por sacarme de la rutina muerta,
para arrastrar mi sed en el silencio de tus miradas grises.
Quisiera estar contigo sin culpa alguna,
en un bosque de pinos para seguir la travesía del aire,
telegramas de resina y de esperanza.
¡Cuántas flautas prodigiosas envolverán la culpa acumulada,
entre redes de hojas perfumadas!

“¡Qué feliz me siento con mi culpa!
¿Podrás decir lo mismo de la tuya?”