Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 7 de octubre de 2016
Tiempo perdido
Tiempo
perdido,
ya
ido, no volverá,
mi
alma no sufrirá por tu ausencia
y
mi vida cambiará.
Siento
cantos que cruzan mi alma,
en
medio del tupido bosque de las sombras heladas,
traen
el secreto del gozo
y
la felicidad que creí perdida.
El
miedo a sufrir ahuyentó de mis ojos ,
las
palomas del sueño,
ya
no siento la soledad helada,
ni
en la frente, ni en los huesos,
ahora
me llegan los clarines de la risa,
y
la paz apurando,
en
la breve llama la inmensidad del tiempo.
Tiempo
perdido,
apago
de los espejos,
los
mezquinos recuerdos de mi blanda frente,
sostenida
gozosamente sobre los lotos del olvido.
Ahora
todo cabe entre fuertes muros,
que
levanté sin darme cuenta para que la maldad no entrara más,
en
mi vida
y
contra vientos y lluvias,
levantadas
las espadas del miedo y la duda,
en
la paz del umbral se han quebrado.
¡Todo
el cielo azul me acaricia!
Y
espera entre dispersas nubes el amor,
que
me busca desesperadamente,
para
cubrirme con sus brazos, buscar mi cuerpo,
acariciarme
toda.
Tiempo
perdido,
con
pámpanos de luz vivo ahora feliz
y
mi boca los cantos y las risas se oyen por doquier.
Doy
amor, recibo amor,
me
envuelve una nube azul de amor para ser feliz
y
la voluntad de hacer el bien me acompaña.
tiempo
perdido no existe más,
mi
rostro feliz, mis libres brazos
y
todo cuanto tengo,
flores,
cielo ancho y mis poesías de amor,
que
corren presurosas al papel,
no
son para tí,
nunca
lo serán,
éstas
a mi amado que me abandonó,
quedarán
selladas en un cofre que no abriré más.
Todo
cuanto en la vida gozo me pertenece,
nadie
me lo quitará,
lo
guardo entre espigas en mis manos.
Tiempo
perdido,
miro
los largos cercos cubiertos con el cielo,
de
las campanillas azules
y
el tupido naranjo cuyos pájaros daban cada tarde,
su
lección de canto.
Mi
corazón oloroso de jazmines,
tiene
por cinturón los cardenales del río
y
se viste con la verde túnica de los campos.
¡Ahora
vivo feliz, sin crueles mentiras a mi alrededor,
ni
dolores pesarosos!
¡El
amor es único,
debemos
darlo a todos nuestro semejantes,
para
vivir en un mundo de paz,
solidaridad
y no violencia!
No estás ya en mí
No
estás ya en mí,
no
siento tus caricias, tus abrazos,
no
harás más el amor conmigo,
no
estarás más dentro mío.
¿Qué
pasó?
¿Por
qué estas sensaciones tan tristes y deseadas,
no
están ya más en mí?
¿Es
que te has ido de mi lado sin una palabra,
sin
un beso de despedida?
¡qué
dolor!
te
necesito tanto en mi vida que casi ya no puedo respirar.
No
estás ya en mí,
la
tarde en su crepúsculo rojizo,
se
ahoga en el fuego dilatado como se ahogan mis ansias,
sobre
la nada que me da tu ausencia.
Te
apagaste en la lejanía,
que
me seducía, se fue lejos asfixiando mis suspiros y
¡ al final terrible y trágico te vas de mi
nada tormentosa!
tu
indiferencia me hirió,
picoteando
mi corazón en mil pinchazos duros y filosos.
todo
se dilata… hasta tu ausencia.
A
veces siento que vienes… pero no vienes,
son
sentimientos truncos por pensar tanto en ti.
esta
es una carta más,
te
la envió por el aire, las nubes altas,
el
mar bravío, pero no te llegará nunca jamás.
el
silencio me trae tus ojos temblorosos,
el
murmullo de la calle fragosa,
me
tira por la ventana en oleadas de viento y humo,
por
la esperanza de que vienes.
pienso
en tus caricias.
Y
tus caricias corren como antes hambrientas sobre mi piel dormida.
Esto
es tan sólo un sueño.
Me
niego a despertar, no quiero ver la soledad detrás de tu perfume,
que
se negó a partir de una ausencia tenaz,
quizás
algún día querrías encontrarme,
no
será así,
soy
ahora pasión en polvo de cenizas,
tendrás
que armarme con tus besos redentores.
Tendrás
que hacerme hoy y fuego.
Aunque…
ni tal vez…
Ya
nadie cambie y allá voy con mis delirios,
como
la sal traída por el viento , que pega y se va.
Quebranto de lágrimas
Quebranto de lágrimas,
que inundan mi mundo en gotas saladas,
que sacuden mi interior con sollozos
agonizantes.
Al poema confié la pena de perderte.
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio.
He de coger mi vida deshecha entre tus manos,
leve girón de niebla que el viento,
entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelvo la noche a mí,
muda y eterna del diálogo privado de soñarte,
indiferente a un día que ha de hallarnos
ajenos y distantes.
Quebranto de lágrimas,
vieja alameda triste en el que el árbol
medita,
en que la nube azul contagia mi quebranto
y en que el rosal se inclina al viento que
dormita,
te traigo mi dolor
y te ofrezco mi llanto.
Quebranto de lágrimas,
no has regresado,
no eres más el mismo al que amé
y en un minuto dejo un poco más de llanto
dentro del corazón.
no has vuelto y en mi silencio otoñal he
buscado vanamente tus huellas,
todas las huellas y mi ilusión es un manto del
cual se estremecía el viento,
Y que el sol ha dorado por siempre.
Quebranto de lágrimas,
mis manos te han olvidado,
pero mis ojos te vieron
y cuando la amargura del desencuentro surge
por mirarte los cierro.
no quiero encontrarte nunca,
no quiero que desperdicies mi vida,
lo que fabrica mi suelo.
Como un día me la diste viva, tu imagen poseo,
que a diario lava mis ojos con lágrimas tu
recuerdo.
Quebranto de lágrimas,
amor que clama el silencio,
si mis brazos y tu boca se ya no se encuentran
porque las palabras partieron.
Otra es ésta, que no yo , muda
conforme y eterna con este amor
ya tan mío que irá conmigo muriendo.
Como haré en el nuevo día ,
vivir si tu aliento sin tus brazos impalpables
entre los míos?
lloro como la tierra que ha sentido dos veces
germinar, el
fruto
perfecto y perderlo.
Quebranto de lágrimas,
lloro por ti,
me duele porque ya perteneces al pasado
y al no tenerte mi vida se suspendió,
por todos los minutos, horas, día, años.
sentí de pronto el infinito vacío de tu
ausencia,
pero te seguiré amando en esté tímido silencio
que te perseguirá siempre.