Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 18 de noviembre de 2016
Mi verso es un gemido
Mi
verso de amor es un gemido, callado,
que
jamás se queja
y en
las madrugadas, entre tinieblas y fríos
llega
hasta el papel
donde
se vierte la ilusión
de una
estrofa perfumada.
Es para
ti, mi númen,
mi
amado por siempre,
te
escribo con todo el amor
de mi
alma taciturna
que
como música olvidada
tiene
azul resignación
y lo da
todo sin pedir nada.
Mi
verso es un gemido,
dulce,
umbrío,
levanta
mis quebrantos,
sin
arrebatos y sin ruidos.
Espera
que tú duermas
para
decírtelo con ternura
al son
de mis suspiros cadenciosos.
Es el
verso que se agita
y
rápido se despierta
como
eco de un estampido
de una
flecha musical
que
arrebolada se estrella
en tu
corazón amado.
Mi
verso es un gemido,
moja
sus alas en la transparente
esfera
de la gota de rocío
en la
que, absorto,
contempla
la imagen del cielo
unida a
la forma de la Tierra.
Cada
estrofa gime y canta
y
suelta su perfume
como la
flor recién nacida
en los
atardeceres,
bajo el
canto de tus besos
y en la
danza de tus brazos.
Mi
verso es un gemido,
blanco
y puro
que
alimenta mi espíritu y mi sed
se
nutre de tu presencia
aún a
pesar de la distancia
que a
veces nos aleja.
Mis
áureas palabras,
mis
letras impredecibles,
mis
estrofas que nacen del alma
van
hacia las nubes
para
flotar en ellas,
iluminadas
por luces de estrellas.
¡Versos!
¡Poesías!
Con
ímpetu alado al ideal ascended
y en
las estrofas verted
todo el
amor escondido
en mi
espíritu, mente y cuerpo, para tí, amado.
Yo
mantendré con aguas descendidas
por las
fieles veredas de mi pecho
el medido
esplendor de tu alabastro
para
que una hiedra de amor
caiga
sobre mi pecho.
Mi
verso es un gemido,
un no
tocar el río,
apenas
aire,
el
blando discurrir de tu mirada.
¡Qué
dicha sin sonrojo
la que
corre por mis venas,
entre
las lágrimas
que
buscan mi pecho!
Amor
callado,
en un
silencio silente
escribo
para ti,
con un
clamor de queja y lamento
por no
tenerte a mi lado.
Mi
verso es un gemido,
escribo
y sollozo a solas,
entre
suspiros y plañideras clamo
¡Ven a
mí! ¡Te espero!
Quiero
versos sin lamentos,
todos
para ti,
para
entrar más adentro en la espesura,
desgarrando
mis naves de amor
sobre
la playa y así,
te daré
el sellado de mi gracia
y tú,
la cifra de tu nombre.
Mi
verso es un gemido,
ahora
más calmo, sosegado,
no hay
más tristezas en nuestro aire
el que
nos sigue,
mientras
canto
y mi
mano fuerza el hombro de la noche
para
que vuelvan
tus
labios a los míos.
Soñando sueños
Soñando
sueños,
soy esa
agua enamorada
del
azul de tu cielo.
Llegan
del río los desvelos,
dormir
no puedo
en lo
alto de tu morada
porque
al mirar el brillo opaco
del
océano cercano,
te
sueño dormida
y
amanece entre mi cuerpo tú mirada
y te hago
más mío.
He
soñado y sueño
atrapar
en mis manos al viento,
retener
en su cuenco
las
arenas del mar y del desierto.
Retenerte
con mi voz, con un beso.
He
soñado y aún sueño
con un
mundo perfecto.
Utopías
que tejo y destejo
al
voltear la mirada
contemplando
cómo cada mañana
anochece,
otro
día sin ti.
Soñando
sueños
en la
cálida pasión
que se
entrega en ese beso
que
llega y que nos acerca más.
Nunca
dejes de soñar,
abre
tus alas y vuela
que los
sueños te han de llevar
hasta
donde tú quieras llegar.
¡Sueña,
ama y sueña!
Y no
dejes de soñar,
¡jamás!
No
prevengas caer en el olvido,
deja
que tu mente vuele alto,
de
sueños se llena la vida
manteniendo
el sabor de vivir.
Allí
está tu sueño,
aún
velado,
allí
está, solitario y discreto.
No
quieras despertar,
quédate
quieto,
oye
sólo la voz del otro lado,
si
ronda por allí, tú lo has traído.
Mas te
irás,
donde
él te haya llevado
por el
humo de las horas diluido.
Alguien
espera allí donde hayas ido.
Te
verás como nunca revelado.
Eres tú
quien espera, allí, dormido.
¡Cómo
dejar de soñar!
Es el
alimento de mi verbo,
es el
reposo de mis letras…
Es la
melodía de mis cantos,
son
esos sueños de los que hago poesía,
en
respiros y sueños he compuesto prosas,
versos,
la cuenta la he perdido,
ellos
son la vida de mi vida,
nunca
dejaré de soñar
ya que
estaría vacía,
sin
colores, sin amor,
caería
en un profundo laberinto sin salida.
Soñando
sueños,
son mis
suspiros cuando canto,
cuando
escribo y disfruto mis sueños
cuan
imagen de la vida,
son
luces de esplendor,
son
colores del arco iris,
son
amores, tan sublimes e inolvidables
que, en
un ir y venir
la
inspiración crece más
y me
llevan a plasmar
mis
prosas en el infinito.
Soñando
sueños,
sueños
de luz y de dicha,
mis
anhelos te llegarán
en
dulces sosiegos,
nunca
dejes de soñar
porque
los sueños son realidades del alma,
se
sienten y se presienten
y
muchas veces se hacen realidad.
Nunca
dejo de soñar
por el
amor y la esperanza
porque
si lo hiciera
cual
flecha sin blanco
nos
perderíamos en el oscuro espacio
de una
noche fría y vacía.
Nunca
dejes de soñar,
el
soñar es ilusión viva,
la
ilusión mantiene la alegría,
la
alegría aumenta la visión,
la
visión fortalece los sentidos,
los
sentidos se estimulan al soñar.
Soñar…
soñar… soñar…
Soñando
sueños,
te
recuerdo siempre, amado mío
y te
siento dentro de mí
en las
sombras de mi cuerpo
y en
las noches del éter.
Y así,
contigo a mi lado,
te
sueño,
me
elevo en el aire,
disipando
para siempre
las
neblinas que envolvían
tristemente
mi alma.
Alegre desilusión
Alegría
de estar juntos.
(En
nuestras manos
depositamos
nuestro destino,
en
nuestras alas
cobijamos nuestro amor,
estábamos
juntos
y
palpitaban nuestros corazones,
naciendo
poemas
pero no
sabemos la causa,
la
lejanía nos cercó).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(El
amor con desamor candoroso
llegó a nosotros con un pasajero
con
augurios del mensajero
a la
estación del olvido,
separándonos
aún
sintiendo
ambos una pasión encendida).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Estando
juntos, mirándonos,
nos
sentíamos en un paraíso
guardado
más allá de virginales jardines
pero
sin darnos cuenta nos marchamos,
se
deshizo el abrazo,
se
apartaron los ojos,
dejaron
de mirarse
para
buscar el mundo
donde nos
encontráramos).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
hallamos tras nuestras huellas
de un
vivir todo transido
entre
alegrías y penas
pero
amándonos
y hoy nos encontramos solitarios,
viendo la lejanía del pasado
con un
adiós que llegó a escondidas
cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
vimos en espejismos,
puros y
diáfanos
y
nuestros labios se buscaban
para besarse en noche de encanto,
entre
suspiros de noches de plenilunios,
apartándonos
de a poco,
sin
adioses,
en una
trilogía de melancolías
que
fatigó nuestros corazones).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nos
esperamos en el momento exacto,
en
nuestro anhelante
querer
de estar juntos,
en ese
día tan claro
que las
presencias de siempre
no
bastaban
y
nuestros besos se quedaban
a medio vivir de sus destinos
y
nuestros llantos nos separaban).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Nuestro
encuentro
fue un
choque de materia
y
materia que a fuerza de contacto
se
convirtió en victoria gozosa
de los dos en prodigioso pacto de amor
pero
nos dejamos de ver
sin entender el porqué
y
quedamos los dos
con
nuestras soledades sin compartir).
Desilusión
compartida.
Alegría
de estar juntos.
(Alzamos
los ojos
y nos miramos
y el
amor nos unió,
iba yo
hacia ti
y tú
venías hacia mí
y la
identidad nos unió
entre
éxtasis y alegrías intensas
que nos condujeron a separar
nuestras
vidas para siempre
en
tristezas profundas y agónicas).
Desilusión
compartida.
Los dos
sentimos ese dolor
de adentro
al separarnos
y ya
nuestras manos
no se aprisionan,
nuestros
cuerpos no se sienten,
las
sombras nos envuelven
en una
tierra seca,
en una
noche oscura,
entre
incógnitas palabras sin sentido
en un
lenguaje que no es el nuestro,
vamos
rumbo a lo incognoscible,
en
busca de vocablos de amor desconocido.