Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 24 de noviembre de 2016
Mientras espero
Mientras
espero
inunda
mi alma el perfume
lejano
de tu ausencia
que
acaricia mi piel
y me
abraza tu silencio.
Mientras
espero me rodea
un silencio de voces y ojos
cenicientos de cristal
y te amo en la espera
en un
letargo impreciso
que arrastra en sus alas minutos
y tormentas para acercar
a mis
caricias el fuego de tu piel.
Mientras
espero borro
el sueño de tu lejanía,
mi
delirio,
mi
ilusión,
mi
incertidumbre.
Mientras
espero,
te
quiero en mi presente,
en este
hoy de cantos de cigarras,
de trinos enjaulados,
de
flores indefensas
y de
cielo lleno de brotes blancos.
Y al
sentirte,
de mi
alma se abren
palabras nuevas,
encendidas
de amor,
sílabas
largas,
versos áureos
que
acarician tu ser.
Mientras
espero
te siento como la sombra
que me acompaña.
Te
busco y te pienso,
eres el
que alimenta mi espíritu
y
calmas mi sed.
¡Ámame!
Seré la
sal de tu camino
y el
verde de tu sombra acogedora.
Mientras
espero,
lentamente
me sumerjo
en la
nostalgia de tu ausencia.
Respiro
desde lo hondo de mi ser
esa
presencia esquiva,
plena
de misterio
que me
niega tus manos y tus ojos.
¡Qué
difícil es encontrarnos!
Te
encontraré mientras espero,
a través del misterio
nunca
bastante claro
y
estaré contigo
en el
remanso de agua mansa,
bajo la
verde cabellera de un sauce.
Mientras
espero,
pensativa
y triste
oculto
mi pena muy dentro y mi corazón
palpita sin engaños,
buscando
la paz y la ventura,
reviviendo lo que pudo ser y no fue.
Las
preguntas me acosan,
¿por
qué para poder tenerte en mí,
no debo
tenerte para mí?
¿Toda
mía es la culpa de tu ausencia?
¿Será mi culpa?
¿Y tu
miedo a amarme y ser amado?
Mientras
espero,
más te
amo cada día
porque estás en mí
y la paz serena del amor
que
siento sacude mi soledad
y me hace sentir que acaricio
el pétalo de tu sombra
y que
sigo viva,
existo,
gracias
a ti.
Bien lejos
Bien lejos,
desde la distancia imprevisible,
te invoco, a ti,
señor de mis amores
y entre sílabas deslumbrantes
quizás te diga:
¡Ven a mí!
¡Acércate!.
Bien lejos,
por el aire,
sin volar,
sin tocar tierra,
mi vida está suspendida
sin tiempos puros,
equidistante de los dos
crepúsculos,
solamente por buscarte a ti.
Tiempos de gozos ya idos,
horas limpias,
esperando nuevos alfabetos
que se hacen y deshacen
en rapidísimas palabras
como versos tendidos en el cielo.
Bien lejos,
los caminos pueden recorrerse,
sin dar más que un paso,
un paso que se convierte en el
deseo,
en la necesidad de estar con el
ser amado.
Amor lejano,
lejos como una estrella,
tú mi amado te encuentras de mí.
Y aunque no pueda verte
por la distancia mi amor
se expande por toda la tierra
y toda ansia se calma
tan sólo en escribir versos para
ti.
Bien lejos,
distingo los destellos
de tus besos apasionados,
son relumbres,
claridades,
alejándose,
acercándose y en delirantes
titubeos
los siento cerca,
cerca de mí,
a la sangre de mis venas
que van en busca de su centro,
mi corazón enamorado.
Bien lejos,
vienes y vas
y tu canto vive dentro de mí,
alma arriba,
alma abajo,
cantando y recantando.
En la lejanía,
cuando se va tu sol cantas
estrellas,
se va estrellando el alma,
con los ojos cerrados,
de luceros,
en tu cantar nocturno,
me brisas y él me entrega
desde la distancia al mismo río
de tu eterno cántico.
Vienes y vas desde bien lejos,
desde el humo a la nada,
a través de los poemas.
¡Cuántas más luces hay,
más dudas tiemblan y vibran
de pena mi alma toda!
Delicadas,
ardientes,
nuestras almas se buscan
por nuestro diferir,
como por un camino
donde no hay despedidas.
Y al final,
el hallazgo,
el contacto del uno con el otro,
la nueva separación vencida,
la unión pura,
brotando de la lejanía.
Y mirándonos en el triunfo
como de un agua quieta,
tú y yo,
otra vez sólo veremos un rostro.
La noche no es más solitaria,
ni serenamente triste,
sin manto de tinieblas,
nos encontramos desde lejos,
bien lejos,
para encender la pasión
que no estaba dormida.
Herida de amor
Escuchemos juntos
una dulce melodía,
armoniosa que nos
permita
danzar juntos con
ansias
de seguir viviendo el
hoy
hacia un futuro pleno
de promesas.
Herida de amor,
mis pasos te seguirán
buscando
como visiones de
sones acompasados
y correré a regiones
ignotas
en un pentagrama
vacío que busca
y no encuentra sus
notas
que en lejanías se
esconden
y se guarecen
en frondas de tupidos
follajes.
No lo entiendo,
no logro entender
como se puede herir
de esta manera,
¿por qué después del
sol radiante,
la fría noche se hizo
eterna?
y él, en quien creí,
estalló como una copa
de fino cristal en
mil pedazos
que impregnaron el
aire
en un vacío
irrecuperable.
Ciertamente prefiero
lo que parece ser
amor
y dejarme cegar con
tu infinita
luz que me consume.
Herida de amor,
cuando escucho tu voz
y mi corazón lleno de
lamentos
comienza a golpear
aceleradamente mi
pecho.
Quisiera tener alas
para volar
y estar a tu lado
para acompañarte y
apoyarte.
Cuantas más piedras
te arrojen más alto
haré mi pedestal de
gloria para ti.
Lo importante es
levantarse
¡fuerza!
¿Por qué siento que
mi mundo
está apartado entre
soledad
de soledades
entre mil noches sin
lunas?
Herida de amor,
la lluvia desgrana
el gris de tu mirada,
mi angustia se prende
en cada gota
agonizante.
Herida de amor,
tú me regalas el
recuerdo de tus ojos,
plomizos y
aleteantes.
Eres el fino aliento
de la aurora
y un abrazo de
sentimientos mansos.
Herida de amor,
eres en mis días de
tormenta,
claridad que perfora
nubes.
Herida de amor,
eres la placidez del
agua
que en mi piel
revolotea
y mi sangre te llama
y te siento mío para
siempre.
Corazón con alas de
ciudad.
Voz de horizonte y de
queja solitaria.
Ojos de jacarandá
madurados en la
nostalgia.
Herida de amor,
no quiero que el sol
me despierte,
quiero seguir soñando
contigo,
tu recuerdo y tu
figura
las tengo en mis
ojos,
clavadas como dos
luceros,
te tengo a ti en mi
alma
y prendido en mi
corazón.