Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
jueves, 15 de diciembre de 2016
La dicha de ser
Siempre se tiene que esperar
la dicha
con los ojos terriblemente
abiertos.
Escogida estoy ya para la
hazaña
del gran gozo del mundo:
de soportar la dicha,
entregar todo,
carne, vida, muerte,
resurrección;
de acostumbrarme a su caricia
indómita,
a su rostro dulce, a sus
cabellos desmelenados,
a la quemante lumbre, beso,
abrazo,
entrega total de mi cuerpo.
Dicha es lo fácil del alma,
es lo que se tiembla al
sentirla venir.
Para que llegue la dicha
Hay que irse separando uno
por uno,
de costumbre, capricho hasta
quedaros vacantes, sueltos.
Quedarse bien desnudos de
nuestros sueños,
tensas las fuerzas vírgenes
dormidas en el ser.
La dicha solo es el anuncio
de su ardiente inminencia
galopante.
convoca y pone en pie,
porque la dicha quiere también
la dicha.
Desgarrada en dos,
llega con el miedo de su
virginidad
inconquistable anhelante de
verse conquistada.
Me necesita para ser dichosa
lo mismo que a ella yo.
Lucha entre darse y no,
partida alma
su lidiar, lo sufrimos
nosotros al tenerla.
Los elegidos para ser felices
somos tan solo carne
donde la dicha libra su
combate.
Prefiere quedarse a irse,
se desgarra por sus heridas,
nuestra sangre brota, ella,
es inmortal.
Dicha que despierta mis
poemas
escondidos en el más allá,
los que busco en mi causada
fantasía.
Muchas veces misteriosa
poesía, para hallarte,
vuelo y vuelo bajo el cielo y
el mar.
Te vi llegar
en cada ola que golpea las
rocas.
Dicha cual caricia eres mí
espuma,
formas parte de mi vida.
Mi dicha con audacia
inquieta,
sin cesar, te has buscado la
poesía
en el rojo esplendor del
mediodía
y en la nocturna soledad
secreta.
Mi recuerdo eres tú
Mi recuerdo eres tú
(parece que flota…
es tan suave su ir y volver
bajo el fanal errante de la luna
confidente del bardo peregrino)
Mi última esperanza
(irradias en la sombra
todavía siguiendo un ideal
que no se alcanza,
merodeando en la sombra
la ilusión perdida que fue mi guía)
Mi recuerdo eres tú
(y hoy,
en este otoño que estoy viviendo
y que la vida empieza a declinar,
se encuentra mi corazón
solo y cansado,
sólo me hace feliz tu recuerdo
turbando el nocturno desasosiego)
Mi última esperanza
(tú, mi todo,
eres el que despiertas
con cada triste sonido,
lento toque de notas vagas
que el viento lleva
a flotar como doliente gemido
y de la noche en calma,
tú mi melancólico
me haces estremecer el alma
en vibraciones impredecibles)
Mi recuerdo eres tú
(fuiste mi mundo de venturanza
que me llevó a la plácida nota larga,
tu voz me sigue acariciando
y como un suave reproche
se desgrana en la calma noche
las perlas de las delicias vividas a tu lado)
Mi última esperanza
(¿es que acaso ya no estaremos más juntos?
Quiero flotar en el éter la aúrea nota
que nos unía en un bálsamo efluvio
de noche primaveral.
¡Ven a mí!)
Mi recuerdo eres tú
(¡qué instantes más frenéticos y voraces
vivimos tú y yo!
bajo cielos escarlatas
que se extendían inflamando mantos
sobre nuestros cuerpos)
Mi última esperanza
(no quiero que seas mi silencio total
en un viaje completo de la vida,
te quiero en su trayecto en bacanales,
algazaras, proezas musicales,
en una gesta al abordaje de la felicidad
y de la paz eterna)
Mi recuerdo eres tú
(por ti anduve en el mar,
altiva como una ola,
una ola desnuda y sola estallando
en cada cabriola y desgranándome
al recordarte en cada instante)
Mi última esperanza
(por ti,
un hondo estremecimiento
se aquerenció en mi interior
y destelló en derredor,
un símil del paraíso
al pensar en ti)
Mi recuerdo eres tú
(serás siempre
un horizonte plomizo en mi vida
quedando siempre
un goce en mi corazón
y en mis manos desoladas,
entristecidas, marcadas,
donde mi piel te recordará siempre)
De nada me arrepiento,
pues la verdad de un momento
se grita como absoluta
aunque al final de la ruta
otra verdad la reemplace.
Viví desde la cima a la cumbre,
ardida en ardientes lumbres,
en un eterno recomenzar.
Por un solo beso tuyo
Besos húmedos
¡oh!
Sorpresa sin darme
cuenta
me besaste por vez
primera,
mi cuerpo vibró y mi
mente se nubló,
entró en mi corazón,
llegó el amor.
Ese primer beso de mi
mayor anhelo,
un beso grande, un
beso inmenso,
un beso cálido,
húmedo y tierno.
Por un beso tuyo…
caminaría en el
desierto,
inundaría los cerros,
cruzaría el mar en
corcel de plata.
Te entregaría mi
calma.
Araría en el desierto
para sembrar en tu alma
la semilla de tu
estirpe,
que vería crecer con
ansia.
Por un solo beso
tuyo…
arriesgaría mi
historia,
vendería mi alma
y contemplaría la
gloria.
Por un solo beso tuyo,
regresaría mi
historia
desde donde siempre
te he buscado
y desde siempre te he
esperado,
y ahora que te he
hallado
apretaré con denuedo
tan sublimes
recuerdos.
Pues la flor que he
cultivado
llena ahora con su
perfume
el jardín que he
tanto cuidado.
No alcanzas a
imaginarte
lo que es capaz tu
embeleso.
A mi arte entregaría
sólo por saberte mío.
Por un beso tuyo
daría mi vida entera,
despreciaría todo el
oro del mundo
y lo cambiaría por un
beso tuyo.
Con un beso de tus
labios
encontraría la cura
de mis males
con el toque de tus
manos
acabarían todos mis
pesares.
Primer beso de
amantes insipientes,
¡Júbilo! ¡Felicidad!
¿Podrán los labios repetirlo?
Por un beso tuyo
yo no sé qué daría,
si la luz del cielo
o un diamante entero.
Por una caricia
tiraría al viento
al mejor te quiero
despertando el
tiempo.
Por un beso tuyo yo
no sé qué diera,
si mi alma entera
o mi corazón
enamorado.
Gritaría al mundo,
llena de alegría,
el amor que siento por
tener tu cuerpo,
por probar tus besos
y
tu dulce aliento.
Por un beso tuyo
bajaría el sol,
la luna plateada,
mil palomas blancas,
yo no sé qué diera
loca de contenta
si mi alma entera
colmara mi corazón
sin frenos.
Besos de tu boca,
caricias te daría,
abrazos que
demostrarían
mil veces mi alegría.
La sinfonía de mi
pensamiento,
a veces te diría
las letras de un te quiero
porque a veces por ti
vivo
y a veces por ti
muero.