Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 20 de diciembre de 2016
Crónica de un sueño
Crónica
de un sueño,
mientras
te duermes
bajo el
trópico de tus párpados,
decrece
una selva alba.
Juguetones
ríos calmos
se
despliegan y se unen
para
inundar tu dulce mirada dormida.
Más
allá de tus pestañas
van
recostándose amplios montes,
pinares
de bosques primigenios
de luz
que besan su reflejo,
sosegado
en el ardid de las riberas.
Crónica
de un sueño
que
describe tu descanso,
tu iris
es el cobre que se oculta,
el
calor que sostiene a la sombra
como
una gota última de frescura,
el
lento fulgor que llena la tierra
y hace descansar, maduro, al fruto.
Crónica
de un sueño,
cuando
ya duermes
tus ojos son el pesado manto de la noche,
circulares cuevas para la nube,
palmas
de madre celeste,
arrullando
el pálpito, aún agitado,
en el
relámpago de la vida.
Tus
pupilas
son un
acuario de estrellas,
lámparas
floridas de profunda raíz,
cigarras
de estío
que
alumbran con el canto de sus alas
la paz
a tu sueño de tu cuerpo dormido.
Crónica
de un sueño,
del que
no es sencillo despertar
y la
estrella de mi númen,
brilla
en mi cielo de fantasía,
haciendo
real mi sueño
ejercitando
una precisa melodía.
En mi
duermevela
la inspiración se torna esquiva
y los
poemas, versos, frases,
giran y
revolotean sin cesar,
cayendo,
letra por letra
en una
danza circular.
Cada
suspiro
aporta
el amor al árbol del recuerdo
que
derriba el placer de la dulzura
que me reconforta.
Crónica
de un sueño
de un
poeta que plasma
el
sentido de una realidad
para
percibir la tan ansiada meta
de
encontrar el amor verdadero.
La meta
de pintar un mundo despierto
con un corazón fresco y abierto,
el límite entre lo cierto y lo incierto,
utilizando
las soñadas palabras
para
volcarlas puras y vírgenes
al
papel en blanco
que en
el sueño aparece.
En mi
pluma llevo el acero
de la
viva nostalgia,
en mi
corazón laten los poemas vividos,
en mi
sangre corre un río de sueños compartido,
mis
labios pintan versos y gritos reprimidos.
Crónica
de un sueño,
donde
se plasma el sentido
de una
realidad
para
percibir las tan ansiadas metas.
Y la
palabra tejida con amor
en el
sueño aparece
y el
verso diáfano y triste vuela alto
hacia horizontes lejanos
para
que lleguen a tus manos
en tu somnolencia despierta
en un
río de sueños
donde prevalece el verdadero amor.
Sendas hacia ti
Sendas
hacia tí,
travesías
inconmensurablemente largas,
soñando
con verte frente a mí
en una sed de tenerte a mi lado.
Desde
un tiempo lejano,
como una querencia,
un ansia de volver a ver, a verte,
a
seguir contemplando
aunque
sea tu sombra.
Sendas
hacia tí,
caminos
entrecruzados,
paralelos,
anchos, angostos,
los
necesito para llegar
hasta
tu presencia
y
acurrucarme entre tus brazos.
Si no
encuentro el camino,
mía es
la falla,
toda canción está en él,
isla
ignorada,
esperando
a que sepa cómo cantarla.
Sendas
hacia tí,
misteriosas, impenetrables,
obstruyen
mi visión
y tu
presencia se diluye
a lo
largo de mi vida.
Estoy
detenida
en el
grave concierto del otoño,
escuchando
cómo los violines agitan
un mar
de hojas,
en la
trocha exacta
donde
nuestros caminos del existir
se
encuentran.
Tú
llegaste
con una
breve sonrisa de alegría,
disipando
por instantes las neblinas
que
envolvían tristemente
mis
huellas transitadas hacía ti.
Sendas
hacia tí,
polvorosas en todos sus costados
por mi pasar de prisa
llamándote angustiada a mi lado.
¿A
dónde alargar mis pasos?,
no
quiero sentirme extraviada
en
estos silencios
del
páramo de mi camino,
quiero
recibir la señal,
el
signo que me conduzca
aún por
un instante
a estar
entre tus brazos.
Sendas
hacia tí,
son
espejos del recuerdo
con
aromas de tomillo y madreselva
que de
sus piedras, tierras, roquedales,
a mi
pecho se derraman.
Mis
pasos resuenan
en el sendero silencioso, solitario
y se
pierden en la cinta del eco
enredada
entre los árboles.
El
camino sin ruido
revela
su gris monotonía
si no
me conduce a dónde tú te escondes
y
continúo con mis pasos cansinos
buscando la raíz de los quebrantos
por
estar lejos de ti.
Sendas
hacia tí,
perdida
estoy para siempre
si no
te encuentro,
sin
sentir el cercado de tus brazos
y sigo
tras tus huellas
en el
ramal entrelazado
de
senderos umbríos y misteriosos.
No
quiero
que
seas en mi presente
el
recuerdo de un día
ni
dejes en mí,
huellas que marcaste en mi cuerpo y espíritu.
Sendas
hacia tí,
sensación
de retorno!,
pero,
¿de dónde, dónde?
¿En
cuál de las travesías de nuestras vidas
nos encontraremos?
¿Cómo,
el encuentro?
¿con besos o llantos?
Nos
hallaremos a tientas,
con las
manos, con los gritos,
con los
besos tibios y dulces
en el
camino
por el
cual te buscaba.
Cenizas De Amor
Cenizas
de amor,
¿qué guardó mi corazón,
palpitante
y crujiente
del
intenso amor que por ti sentí?
Se
siente tu ausencia,
no te
he olvidado,
aún te
sigo amando
entre las cenizas de amor
que me
envuelven,
te
siento dentro de mí
y en
las sombras nocturnas del éter,
en la
inmensidad,
aún
bajo la luna triste y taciturna,
vago en
pálida soledad
como
vagabunda del cielo y la tierra
con la
perenne inquietud
de encontrarte y encerrarme
en tus
cálidos brazos.
Cenizas
de amor,
he pasado por la senda estrecha
de los
grandes zarzales de la vida,
desgarrando
mis blancas vestiduras
entre
dolores y penas.
Sentí
tu desdén y tu abandono,
tu olvido
y yo como perdida en mí,
no dejé
ni un instante
de
sentirme tuya, siempre tuya.
¡Qué
dolor, es como arrancar la luz del alma!
Cenizas
de amor,
sólo quedan resquicios
de un
fuego apagado,
te fuiste de mi lado para siempre
y
sigues en lo hondo de mi sangre
y yo
como escudo
que
resguarda mi pecho
te enlazo en las venas abiertas de mi sangre.
La
muerte tiene silencio
y
olvido piadoso,
la traición, la mentira,
se hace
ortiga sobre el corazón despierto
y algo
de mi luz
en el
polvo se ha perdido.
Cenizas
de amor,
tantas noches con sueños desvelados
entre
sombríos y tristes pensamientos,
con
llantos, quejidos y penas
de
dolor acrecentadas.
Cenizas
de amor,
el pecho malherido sufre
y el
luto cierra todas mis ventanas.
¿Hasta
cuándo esta pena inundará mi alma?
No
quiero más el llanto
en la
noche pegado a mi piel
como
tul de agua,
no
quiero más tristezas oscuras
frente
a las tinieblas.
Quiero
gritar mi dolor
fuertemente en el aire
para despertar limpia y serena
en mi
nueva aurora única y calma.
Cenizas
de amor,
que
caigan en un valle de nieblas
para no
sentirlas más
en mi
triste sangre,
para
poder recorrer el océano
de
verdes amapolas angustiadas.
Sufre
mi alma estremecida
por no
tenerte,
quiero
alcanzar y gozar
de la
paz anhelada
como fanal
de luz
para
que se agote mi devorante sed
de no
sentirme amada por ti.
Cenizas
de amor,
necesito
hundirme en el mar
tras
los corales liberadores del tedio
y salir
airosa, pura, limpia y casta,
llegando
a aquellos lugares
donde jamás cruzan
las crueles aves del tiempo
y
sentir mi cuerpo y mi espíritu liberados,
llevándome
a un mundo nuevo.
Quiero
ahora seguir la travesía
de las
nubes entre redes de hojas perfumadas
y entre brazos del mar que asaltan,
impacientes
la serena dulzura de una espera
que
hace cantar el alma toda.