Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 23 de diciembre de 2016
Lujuria de amor
Lujuria de amor
entre dos seres que viven
amándose,
entre dos cuerpos desnudos
en uno sólo,
enlazados por enredaderas
del amor.
se buscan,
se inundan de caricias
aterciopeladas,
sensuales,
sus bocas como aledaños de
amor
no dejan de buscarse.
Lujuria de amor
éxtasis, pasión, gozo,
placer,
instantes que se viven
como almas encendidas
y cuerpos en llamas.
Mi sed de tí
me ahoga,
reclamándote a cada
instante.
Te necesito
junto a mí.
Nuestra pasión de locura,
nos lleva al frenesí
del placer procaz y
ardiente.
Nos enroscamos
entre sábanas sedientas de
amor
y tu cuerpo,
viril y fuerte
aprisiona mis muslos
y descubren el suelo
por mi pie desnudo.
La sangre corre veloz por
las venas
en una recorrida total
por nuestros cuerpos
donde los orgasmos
se suceden unos tras otros.
Tu lengua inquieta y veloz
va a dejar su aliento
en mi monte puro y virgen
que lo espera ansioso.
Mis pezones se excitan,
mi cuerpo se balancea,
baila al compás del amor
sensual,
mis senos son tuyos,
¡ámalos!
como si fueran fuente de
placer intenso.
Quiero mi nombre recogido en
tu boca
para calmar la sed
de mis labios que ansían tus
besos.
Magia nocturna
Magia nocturna,
esa bóveda de estrellas,
ese regalo sureño,
es toda magia y es sueño
con noches de luna llena
En la laguna,
media oculta en la totora,
hay un argentado chal
que de frío tiembla y llora
porque el amor de los amores
se ha ido.
¿Volverá?
Magia nocturna,
en alguna ocasión,
la luna luce brillante
porque el lago de los amantes
es aliento a la pasión.
Magia nocturna,
sopla nostalgia
en la penumbra del negro cielo,
jugando al viento con nuestros besos
promete sueños al gran silencio,
de pronto la luna atraviesa
esta noche llena y blanca
tras unos eucaliptos se encuentra
un follaje sobrepuesto
de magia rebosada.
La luna se resistía
a dormir tras el río.
Era el viento celoso
que abrazaba los vergeles
escondiéndose del frío
la luz se fue de mis ojos,
con una magia nocturna
donde permanentemente vivo.
Y sigo buscándote
entre las estrellas titilantes
y en el mar embravecido.
Magia nocturna,
caen sobre la noche
sueño e ilusiones
que se enredan entre hilos
de cristal y plata.
El silencio rescata
la profundidad de los pensamientos
la serenidad del cielo
habita en nuestras mentes,
los rayos de la luna
pintan las almas
y en el espacio se huele
el aroma de la dicha.
Magia nocturna,
el aire se impregna
con el perfume del misterio,
los labios se deleitan
con el sabor de los besos
La magia nocturna resplandece
en los caminos solitarios
vuelan los recuerdos
acariciando los sueños.
Claroscuro
Claroscuro,
mi vida se desliza
lentamente por un fuego helado
que deja mi corazón
apesadumbrado
y entre quejas y penas
mi alma en un grito de
silencio ensordecedor
clama por paz sin lágrimas
dulces.
Claroscuro,
entre mares de letras,
monosílabos,
frases como en una marejada
con oleaje alto
me interno en mí misma.
Se me vuelan los ojos
entre colinas y llanos
en este mediodía cielo de
raso
y me tiendo en el verde prado
entre el roquedal y el bosque.
Claroscuro,
amarillos y verdes,
amariverdes,
escuadras implacables y
sutiles
pinceles duendes fríos y
cálidos.
Fuiste y serás
el amor de mi calma
y excitación ya y nunca.
Mis poemas se irán al mar o
al rio
entre las sombras de los
sauces
y llegarán a ti para
aceptarlos
o rechazarlos.
Me los devolverá
la tarde en un claroscuro
entre puñados de agua
cristalina y turbia
entre ristras de voces
bajo los árboles frondosos
y raros
Claroscuro,
mi corazón late en una
acertada
y confundida alquimia
secular de los jardines
trocando la sigilosa confidencia
en alto aire cercano y
lejano,
tallado,
esclarecido.
Claroscuro,
de mi sombra ingrávida y
caduca
entre promesas huidizas
y venideras del amor en las
manos.
Te veo llegar con tus dos
ojos
sin mirada
y tu silueta apenas
sobrevive
difusa y estival.
Claroscuro,
se me ha perdido tu nombre
y tu rostro y tu figura,
los ha filtrado el tiempo,
en anexar y desunir,
entre sordinas atronadoras.
Claroscuro,
el recuerdo es olvido,
de tu silueta apenas
sobrevive
entre alegrías y hastío
una imagen cercana y lejana
a la vez.
Eres de un país de hechicería
donde la brasa ignora la
ceniza
y el mirar es un modo azul
que atiza la brasa
y arremansa la alegría.
Claroscuro,
amor impetuoso y calmo
que llevó a una pasión
desbordante,
avasalladora y tierna.
Sueño crecido,
impulso que descarta la
unidad.
¡Oh milagro realizado!
¿Es esto un diálogo
inventado?
¿O es que mi sangre harta
de pájaros y de sueños
busca enhebrar la perfecta
compañía
de tu amor imposible y
verdadero?