Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 3 de febrero de 2017
Un Nuevo Amanecer
Un
nuevo amanecer
para el
amor.
Quererte
como
las amapolas al viento,
quererte
en un
compás de espera incierto,
como
letras de poesías
nacidas desde mi alma.
Existe
un nuevo amanecer
donde
no hay lugar
para el
dolor ni la mentira,
donde
la armonía
se
estremece con mi sentir,
donde
cada momento
es una
caricia.
Acércate
en este
nuevo amanecer
y
sentirás la paz en mi alma,
se ha
iluminado mi día
con una
nueva ilusión,
con mi
corazón dispuesto
y libre
de
temores
para volver
a amar.
Mi vida
con una
agitación creciente,
un
festivo clamoreo de relumbres,
de
fulgores,
proclama
que
está queriendo otra vez,
no era
aquella paz
la última
y estoy
alegremente vibrando
ante
una nueva pasión,
más perfecta,
más
verdadera,
más
plena.
Un
nuevo amanecer
está
inundando mi vida,
con
colores sin fin,
con
claridades repiqueteantes,
arrebatadoras,
encendidas.
El amor
es el
amanecer
en la
libertad del ser.
Cuando
los ojos del amor
atraviesan
la luna,
los ojos de los sueños
alcanzan el horizonte
en un
nuevo amanecer
y en mi
regazo algo nuevo,
más
pensado,
más
hermoso,
se
proyecta
hasta lo hondo de mi alma.
Un
nuevo amanecer,
¡qué delicia tocar la hierba fresca
en un bello amanecer otoñal!
y hasta
detrás de la luz,
veladamente
secretos
aguardan
por si
los quiero
escuadrones
de luceros.
La luz
del amanecer
abre la
ventana de mis sueños
y mi
poesía canta alegre,
baila con frenesí
y con sus ágiles
y
armoniosos pasos
que
adentran dentro de mí
para
despacito,
sin
apuro,
legar a
las hojas vírgenes
que las esperaban ansiosas
para
dibujarlas
con
arabescos
como
centellas.
La luz
del amanecer nuevo
espera al amor verdadero,
al
sentido
desde
lo hondo
¡qué
bella sensación
riendo
las dos luces unidas!.
Abro
los ojos
en este
nuevo amanecer
y
contemplo junto a ti,
tiernamente
abrazados
y
unidos
el
nuevo Sol
de un
nuevo nacer.
Te
miro,
te
pienso,
te amo
y al
abrir los ojos
sonrío
a mi despertar,
cual rocío
despierta
con la sutil mirada del sol.
¡Qué
gozo intenso
y
resplandeciente
es este
nuevo amanecer
a tu lado!.
El
amor,
igual,
igual,
de tanto ardor
se va
en sosiego.
Desaire
Desaire,
palabra
despectiva,
arrogante,
que no
significa nada
si uno
la encuentra
y no
sufre por ello.
Pero de
pronto
aparece
en un poema,
en un
verso de amor
y esto
confunde mi pensamiento
porque
aunque en mis prosas
la
verdad encuentro miles de objeciones
resuenan
en mis adentros.
Es
verdad que en muchas estrofas
las
palabras con desaire se claman,
más en
el fondo
se sabe
que son nubes de humo
para
ocultar los verdaderos sentimientos.
Sentimientos
que están llenos de dolor
por el
desdén recibido,
el
desgaire que nos llega,
la
indelicadeza que nos roza,
perdemos
lo más preciado:
el amor
que nos rodeaba
y a
pesar de que los versos
nos
hacen pensar que lo que se
ha
perdido no debe doler
ni
llorarse amargamente.
En
realidad
las
frases que resuenan en mi mente
gritan
lo contrario
porque
encontrar en el camino
desatenciones
no merecidas,
no es
un instante para recordar ni sufrir.
Lo que
se siente duele
tanto
que es mejor convertirlo en coraje
para
que el daño desaparezca,
se
disuelva en la nada
hacia
lugares recónditos del alma.
Voy
tras el camino
tras
una libertad absoluta,
allá
voy con mis delirios
como
una ciega luz
de una
noche oscura.
Desaire,
enredado
en hilos con el viento
para
que deje de existir en mi vida.
Voy en
búsqueda del amor
con miedo
a amar
y
dejarme amar,
miedo a
pasión desbocada,
miedo a
besos furtivos,
miedo a
ser ramas entrecruzadas
bajo
las ramas confundidas
de los
ligustros anhelantes.
Miedo a
ser naturaleza viva
en la
naturaleza real que me rodea.
No
quiero avanzar contigo en tinieblas,
sí
claridades buscar juntos,
a
ciegas
y nos
hallaremos envueltos
en
redes de preguntas
y ecos
que contesten
en una
entrega total,
en una
plena donación de vida.
Desaire
que se ha ido lejos,
sólo
busco claridad
a
través del misterio
nunca
bastante claro por desnudo
que
esté en las tinieblas sombrías.
En este
tiempo medido con ensueños
¡al
fin! te veo llegar,
vienes
de la nada tormentosa hacia mí,
colmadas
tus manos de ansias y caricias.
¡No más
se acerque a mí el desaire!
en
oleadas de vientos y nieblas
la
esperanza de que vienes
se
vislumbra y ya estás conmigo,
tu
sonrisa,
tu
mirada,
tus
caricias que corren
hambrientas
sobre mi piel dormida.
Me
niego a despertar,
no
quiero ver la soledad
detrás
de tu perfume
que se
negó a partir.
Pienso en ti
Pienso en ti
y no se si es cierto que te amo
o lo sé tanto que temo
que ese amor me traiga llanto.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
Pienso en ti
y espero que te acerques,
quisiera sentirte cercano.
Todo hace el amor con el silencio
que puede ser como un fuego
o un templo de luces.
Pienso en ti,
quiero apretar tus manos
y me corre un secreto en la piel
que es feliz y ansiado.
Pienso en ti, te siento y miro,
lejanas,
mis palabras,
más que mías son tuyas
y de mis manos surgen
los poemas de amor que tú
inspiras
porque llenas mi alma
toda de sortilegios mágicos y
poéticos.
Quiero que los oigas,
que te lleguen proféticamente
puros
porque voy tejiendo
con todos los poemas
un collar infinito
para que te envuelvan
y no te alejen nunca más de mí.
Pienso en ti
y en el equilibrio cósmico de la
noche
mi voz interior me despierta,
me pregunto porqué busqué
en mi ser profundo
para saber lo que me
desconcierta.
Pienso en ti,
muchos afanes de días,
muchas noches sin estrellas,
pondré un manto de olvido
sobre este dolor que me aqueja.
Pienso en ti constantemente,
construiré este poco de vida
con lo poco que me queda,
pero aún tu voz no se calla,
me agita,
me apena.
La noche está terminando,
ya entra la luz primera,
es una noche que pasa
y ella se irá con el alba.
Si todas las noches pienso en ti
y sueño contigo
¿por qué no vivo en un sueño?
Pienso en ti,
imagino eres el viento,
rozas mi cara,
mis manos,
tocas todo mi cuerpo
y en su silbido apacible
puedo sentir tu aliento.
Cuanto estás tú callado,
pienso eres mi silencio.
Me tocas con tu mirada
y me recorres toda
y mi alma vuela apresurada
cruzando mares,
desiertos.
Pienso en ti,
en nosotros no existen fronteras,
tampoco tiempo,
quisiera tener alas para volar
y estar a tu lado acompañándote
y apoyándome en tus brazos.
Pienso en ti amor,
te pienso con ansias
de frenesíes y pasiones,
cuando me abrazas siento
que tuve contra el pecho
un palpitar sin tacto,
cerquísimo,
de estrella que viene
de otra vida.
Pienso en ti,
porque te alejaste
y siento sobre el alma
esa opresión enorme
de sombras que dejaste,
de palabras,
sin labios,
escritas en papeles
que vuelan con el viento,
dejándome tan solo
el hueco de tu cuerpo.