Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 13 de febrero de 2017
Contigo soy feliz
Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado
y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta
por caminos anchos y altos muros para guardarlo,
escondida sólo para mí).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás,
si tú no estás ausente te siento conmigo,
veo tu cuerpo alto
que se termina voz como en humo la llama,
en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos
que abren las alas y vuelan
levantando un tembloroso remolino
de cadencias que nacen de mi amor por ti,
son frases nobles,
cláusulas marmóreas,
blancas que lentas pasan al pensar en ti).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une,
el hondo que nos hace llegar
a lo profundo en nuestras almas
quebrando surtidores delicados,
en la tierra de lluvia recién mojada
llamándonos con su húmeda voz
desde un mundo muy remoto a otro mundo
muy lejano siempre unidos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas,
versos que empezaron tallos
hasta el jardín más quedo va floreciendo
por el amor insólito que acomete
por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío,
seguro que hoy,
que aquí,
que tu evidencia
es el filo con que me hiere tu abrazo,
se gastarán tus caricias en días y noches blandas
y poco a poco te voy queriendo más,
amor,
no quiero que te vuelvas recuerdo,
sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil
cuando los cristales duplican
el blanco disco de marfil de la luna,
nos unimos y nuestras voces tiemblan
plenas de ansiedad y muchas veces,
misteriosas frases de amor vuelan
como visiones que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer,
te quiero,
el estar juntos…
tiene saber a poco,
siempre que estoy a tu lado
cada día quiero más de ti,
eres mi silencio azul en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
a las aguas turbulentas y profundas
que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche
por el campo abierto.
Los astros nos observan con tenue empeño
y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).
Juntos somos uno,
aspiramos la calma que nos une,
con perfume a trébol mientras se alborozan
todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos
y la luz nos ilumina de puntillas,
en el alba lanzándonos a las nubes
para amarnos siempre como voces.
Aún es tiempo de soñar
Aún es
tiempo de soñar,
ir en
vuelos rápidos y mágicos
al
mundo irreal del sueño
que nos
hace gozar de placeres y dichas.
Sí,
ir
hacia el tiempo de amar y ser amada
y en un
revuelo tornasolado la orla del sueño
roza al
pasar mis solitarios recuerdos.
Aún es
tiempo de soñar,
aún
cuando los vientos de otoño soplan
a
través de mí
y tú
estés lejos
y seas
todo nostalgia.
Desde
las alas de mis sueños escondidos
en
secretísimos lugares están mis prosas,
mis
versos,
flotando
entre nubes de algodón
iluminados
por luces de estrellas.
¿En qué
ignorado alfabeto del aire
están perdidos
los poemas de amor
que
merodearon mis sueños en este tiempo
en el
que un silencio cruza hacia el olvido?
Aún es
tiempo de soñar en este mi ser desvanecido,
que aún
canta sueños de amor
y se me
oye en soliloquios íntimos
donde
brotan como una savia sin fin
los
impulsos delicados
de
verter en páginas de colores
mis
verdes esperanzas,
mis albos
anhelos en prosas para ti,
el
desconocido de siempre.
Aún es
tiempo de soñar,
es un
don que alegra mi alma
y me
hace seguir con ímpetus,
conquistar
el aire hacia ti,
estés
donde estés
aún en
mis secretos
sueños
plenos de ardor
rodando
hacia el horizonte de los días.
Soy hoy
un alma que sueña
en
encontrar la letra de su cántico,
soy la
que ama en su tiempo y no en el tuyo,
la
autora lenta de viajes encantados
que
inventan sueños olvidados al paso
de los
siglos del gran pecado original que es la vida.
Aún es
tiempo de soñar,
entre rosas
y trinos baja la clara esfera de la luna llena,
del
canto del ruiseñor en crepúsculos
a
orillas de los lagos.
Aún es
tiempo de soñar
aunque
las amapolas no se abran,
son
invisibles pero existen,
duermen
tan sólo pero están,
sólo
cabe esperar el día que llegue
sin
mirar fechas ni minutos
el
instante supremo de cantar al Amor
y
soñarlo ni a tientas ni con sobresaltos
sólo
vivirlo tejiendo súbitos poemas,
prosas
sin fin.
Aún es
tiempo de soñar,
volando
por el infinito,
como
locos soñadores,
gestores
de ilusiones y grandes esperanzas
para
una vida mejor.
Seremos
tú y yo
en
nuestros sueños compartidos,
luchadores
incansables
con
nuestros corazones valientes,
esperando
desde este tiempo imaginario
los
días futuros,
los
acaparadores de dicha.
Aún es
tiempo de soñar juntos,
tú y
yo,
entre
palabras de amor
que nos
inspiran a seguir amándonos.
Presagios tormentosos
Presagios
tormentosos,
¿es que
acaso la tormenta,
furiosa
y creciente
en el
cielo oscuro y misterioso
abruma
nuestro amor
o a la
inversa lo acrecienta
entre
los truenos y los relámpagos?
Palpita
un viento ardiente
como el
que sopla de un gigantesco incendio
y una
tromba guerrera brama truenos
que
prestos estallan en aullidos
de
airadas tempestades.
Presagios
tormentosos,
el
cielo,
impenetrable
y duro nos hace unirnos
en un
abrazo total y apretado
como
queriendo alejar el escudo de granito
que se
nos acerca queriendo hundir
el
mundo con su enorme paso.
Parecen
descender del infinito
invisibles
espíritus blandiendo
espadas
de relámpagos
y
nosotros corremos manos entrelazadas,
pies
desnudos buscando
una
cueva secreta para encontrar el refugio
ante
esta majestad abrumadora
que nos
hace desfallecer
ante la
belleza y el miedo.
Nuestro
amor se agiganta
ante
tanta inmensidad
que
hace retemblar el firmamento.
Presagios
tormentosos,
el
perfume de la tierra mojada
nos
inunda al peso de sí misma,
después
irá veloz como un meteoro
al
fondo del abismo.
Con
galas de volcán,
el sol
radiante en niebla roja
de
fulgor metálico
traspuso
lentamente el horizonte
y nos
asombramos ante la llegada
de una
noche sin astros,
entre
las sombras,
la
tormenta avanza rodeada
de
grises nubarrones.
De
pronto,
el
viento silba más agudo
y la
tierra se puebla de visiones,
buscando
en vano nuestras miradas
un
salvador escudo.
Ya los
truenos errantes retumban
con
salvajes estampidos.
En
tropel se suceden los relámpagos
a cuyo
parpadeo la tierra,
loca de
pavor,
se
humilla.
Presagios
tormentosos,
la
tormenta está aquí,
entre
nosotros,
chocan
los truenos entre sí
y
estallan.
La
tempestad en sus furores crece,
es más
viva la lumbre del rayo,
mundos
hechos campanas
que
repican por todo el firmamento conmovido.
Cuando
se apaga la lumbre de un relámpago,
se
puebla la noche de una sombra,
tan
oscura que nos oculta a los dos
como
dos figuras misteriosas e inexistentes.
Se
desata la lluvia,
bajo el
soplo de un viento
huracanado
que sacude los árboles,
diluvia
y nosotros bajo el agua
como
fantasmas aturdidos,
corremos
y danzamos
entre
truenos y viento.
¡Por
fin,
desde
la altura de un cielo azul profundo,
las
estrellas de cándida hermosura,
llenas
de compasión y de ternura
dejan
caer sus luces sobre nuestro mundo!
Presagios
tormentosos
que nos
lleva a unirnos
más en
un revuelo de besos
bajo un
manto tembloroso a la tibieza
de
nuestro nido dejando lejos
la
fiera luz de las voces
de
huracanes lejanos.