Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 12 de marzo de 2017
El cantar del alma
El
cantar del alma,
que
surge de las profundidades
de mi
mundo interior,
inundándome
de esperanzas,
amor,
ilusiones y felicidad.
Me
siento rodeada por hadas mágicas,
Ángeles
divinos que me protegen
y me
dan su bendición
y su
numen, su inspiración,
con las
cuales escribo
con
total intensidad
poesías
de amor
ya que
el verbo del vivir
es
amar.
Amar en
todas sus formas
formando
una cadena de poesías
que nos
unan contra el mal y el caos.
El
cantar del alma,
amoroso,
ilusionado,
impactante,
inesperado.
En un
fluir continuo
que
conlleva al mundo mágico
de la
poesía de amor
la que
te dedico a ti,
mi
amado ausente y lejano.
El
cantar del alma
cae en
cataratas silentes,
día a
día
por las
curvas sencillas del viento,
desplazando
su caudal de perfumes
en el
tiempo,
sin más
banderas
que el
acento claro de la paz.
Te
siento cada día cantar,
más no
sé donde,
eres
algo que vive más allá
de mi
misma,
ya que
eres nube y horizonte lejano.
¡Sentí
tu beso sobre mi alma!
El
cantar del alma
se
eleva como himno del amor eterno,
quiero
abrazar con mi cuerpo de luna,
el
templo de oro de tu alma tranquila.
Para
que tú oigas
mi
cantar se afinan
a
veces, las estrofas,
como
las huellas de las gaviotas
en las
playas.
El
cantar del alma
es para
ti
que vas
tiñendo con tu amor
mis
palabras,
todo lo
ocupas tú,
todo lo
ocupas.
Voy
creando con mi cantar
un
collar infinito
para
ti,
y miro
lejanas mis estrofas
ya que
más que mías,
son
tuyas.
Todo de mí
Todo de
mí,
soy
tuya,
mi alma
y mi cuerpo.
Te
busco entre el follaje de tu prado
y en el
fresco temblor del rocío
e
indago por el mar
por mí
cantado.
Todo de
mí
te
pertenece,
tu
estás en el verde levantado del árbol,
donde
pierdo mi albedrío
y en el
viento caliente del estío
y en la
orilla del mar enamorado.
Todo de
mí
es para
ti,
y así
voy por veredas de la tarde,
perdida
para siempre en tu embeleso,
sin
sentir el cercado de tus ramas
ni ver
tus fuegos que en los fuegos arde,
te
llamo hasta quebrar mi voz
¡ven
conmigo!
¡No me
dejes!
¡Todo
de mí es tuyo!
Ya que
si no estás a mi lado,
mi
corazón se desangra.
Tan de
cristal y oro perfumado
que te
cerca la garganta,
que
temo despertar en tus pupilas
por no
apoyar mis ojos en el aire.
Todo de
mí,
me
siento dentro de ti.
Tú
arriba, ingrávido, leve,
salvado
ya de ser vida tú mismo
para
vivir en el cielo monosílabico
del
puro arranque de sentirme tuya,
de la
chispa que de la nada se prende,
vivirás.
Todo de
mí,
siento
que hasta tu sombra me pertenece,
ayer la
acaricié
¡qué
extraño fue!
Pienso
en tus caricias,
mimos,
suavidades en mi piel,
que
corren hambrientas
para
recorrer todo mi cuerpo.
Todo de
mí,
hasta
tu perfume, tu sonrisa
que
está conmigo
y sigue
siempre clavada en mis ojos.
Necesito
que cada mañana
tu
aliento de cigarra,
anude mis ojos abiertos
en la
penumbra quieta.
No
estás,
pero sí
en mi mundo interior,
todo
unido a mí,
como un
ovillo de amores vírgenes,
plenos
de alegría y paz.
Todo de
mí,
es una
brizna viva
en tu
letargo de cariño.
Quiero
morir en tu calor
para
nacer en tus atardeceres
bajo el
canto de tus besos,
en la
danza de tus brazos,
¡tómame,
todo de mí es tuyo!
Llegaste sin aviso
Llegaste
sin aviso,
lentamente,
en
secreto,
despacio,
poco a
poco
saliste
de la oscura noche
en un
milagro misterioso.
Te
esperaba ansiosa
,
anhelante
desde
el tiempo del ayer,
no creía en tu llegada,
no te esperaba,
vivía tan solo
en una
memoria lejana del amor
sin
tiempo ni recuerdos.
Llegaste
sin aviso,
como corre el río sinuoso
en ondas oscilantes,
entre calmas de manglares,
entre
orillas
sin
principios ni fin
que se
nos acercan
misteriosas
e insinuantes.
Entre
estrofas amantes
surgen las letras,
las
palabras dulces
y
acariciantes para ti,
mi
amado amante.
Llegaste
sin avisar,
cantando
con dulce cadencia
el
yarumi,
poema
eco poesía
como
elogio a la naturaleza.
Yarumi,
planta
que nace
después
de la quema del suelo,
como enviada de la naturaleza
para
recuperar al hombre puro
contra
la insolencia
y la
ignorancia
que
destruye todo a su paso.
Llegaste
sin avisar,
y me
dijiste
que el
amor es el secreto
de los
siglos en receso
que va dibujando
su invisible
rocío cósmico
en los atardeceres temporales
del espíritu
y tus
palabras con sonrisas
abrazaron
nuestros mundos
profundos
y luminosos.
Llegaste
sin avisar,
limpiando mis tristezas,
te
llevaste mis llantos,
fuiste alegría
junto a
tus palabras con sonrisas,
trayendo
de a poco
la vida
con
colores brillantes y límpidos.
Nuestro
amor es como un anochecer
y un
despertar junto a ti,
impregnando nuestra piel
con la
suave y cálida brisa
de un
nuevo día.
Llegaste
sin avisar,
haciéndome
un hueco
en la
inminente llegada de la luz,
soy voz
al fin,
hermosa y afinada,
pura y descansada
pudiendo confundir mi mirada
con mil
estrellas fugaces,
tocando una eterna melodía inolvidable,
salvándome
del olvido.