Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 22 de marzo de 2017
Mi corazón te llama
Mi
corazón te llama,
escúchalo
palpitar sólo en pensar en ti.
Tristeza
es que mi corazón
te
llama a gritos y tú no estás aquí
para
compartir su soledad.
No te
escribo poesías,
te
entrego poemas de amor,
no te
oculto que te amo,
te lo digo
en silencio con mi corazón
clamando
por tu presencia a mi lado.
En el
remanso de agua mansa
estoy
contigo bajo la verde cabellera
de un
sauce que se mueve a ratos.
Al río
la imagen del cielo
viste
su hermoso terciopelo,
en el
centro fulgura
el agua
con cristales de fraguas.
Mi
corazón te llama,
respiran
gozos mis anhelos,
cantos
en la lira y en el alma vuelos,
sólo en
pensar que estarás a mi lado
susurrándome
palabras de amor.
¿Qué
bien a tu bien se puede igualar?
Clamo
por ti,
vibro
tan sólo en pensar en ti.
En la
amable brisa que besa mi frente,
oigo tu
sonrisa fugaz y clemente.
Mi
corazón te llama,
porque
en ti todo es suave,
la luz
del rocío,
el
cantar del ave,
el reír
del río.
El
cielo tan azul que amas tú
en
nuestro fragante edén
nos
espera siempre.
Mi
corazón te llama
al
despertar la aurora
su
mirada de alegre claridad,
de los
campos brota un perfume de paz
y mi
cuerpo ansía estar entre tus brazos,
sintiendo
tus dulces caricias
sobre
mi piel ansiosa
y
deseosa de ellas.
Un
alegre cantar de frescas notas
van
despertando el campo
en la
mañana de mi alma,
surgen
palabras de amor
con
inocente ritmo.
Mi
corazón te llama,
clama
por ti con desesperación,
late
con cadencia inspirada
es un
millar de notas que me subyugan
y un
millón de arpegios que me elevan hacia ti
cuando
al brillar la aurora
todo el
paisaje canta.
En
fantásticos pentagramas,
plenos
de dicha y luz te espero
en
nuestro lecho de amor.
Mi
corazón te llama
y como
ardiente orquesta palpita,
late,
en un
alado idioma sin palabras
surgiendo
estrofas en torrentes
que en
sones se precipitan.
Redoblan
los vibrantes tambores
en mi
pecho con tan sólo pensar en ti,
son
orquestas con música de mares
y como
estruendosas cataratas
de
alegres notas van a la lira
que los
espera ansiosa.
Mi
corazón te llama,
con
amoroso sentimiento,
como
cuando los pájaros cantan en coro
y el
río ajusta a la sonata
las
liras de cristal sonoro
que
tañen las ondas de plata.
Contigo
a mi lado amado amante,
vuelan
los ritmos
entre
aromas de amor y los poemas,
las
prosas,
interpretan
raudos y veloces
todo lo
que por ti siente y arde mi alma
de
poeta todo el trémulo esplendor
de
estar junto a ti.
Sedúceme
Sedúceme,
conquístame con tu
voz profunda y única
y tus palabras
colmadas de amor
que llegan a lo
profundo de mi alma
dominando mi razón y
rasgando mi piel.
Aún en tus silencios
tu voz me acaricia,
me subyuga,
me estremece en un
letargo impreciso
que el tiempo
desgrana.
Sedúceme,
sin siquiera tocarme,
haz que mi deseo
tiemble entre delirios,
ilusiones,
incertidumbres.
Necesito vivir en un
rincón de tu presente
y que mi imagen la
guardes
atiborrada de
recuerdos.
Sedúceme tan sólo con
tu voz
en un aire silencioso
que como bálsamo
errabundo
me busca en la oscura
lejanía.
Te siento pero no te
tengo,
mi cuerpo mudo de
cariño
necesito ser pasión
en polvo de cenizas
para que me armes con
tus besos redentores.
Sedúceme,
tendrás que hacerme hoy
y fuego,
vivir presente en mis
formas afiebradas.
Necesito reír
contigo,
escuchar con tu voz
de horizonte tibias
de palpitación tus
palabras de amor.
Enséñale a mi boca a
que te busque
en la intimidad del
silencio,
en la compañía del
pensamiento.
Sedúceme poco a poco,
despierta todo lo que
en ti provoco
que me hace pensar
que necesito tu risa y alegría
cada vez que me
llamas.
Estás lejos,
lo sé,
pero te siento tan
cerca
que me llega tu sabor
a gloria de tu alma
y tus coqueteos me
hacen estremecer de placer.
Sedúceme con tacto
como si fuera
seduciendo al viento
o como desojando una
rosa
y dime como
enredarías tus dedos entre mis cabellos,
hoy los he peinado
con perfume de sándalo.
Dime lo que quieres
con mezcla de ternura
y de ansias locas
que penetren en mi
alma
que te está
esperando.
Sedúceme como
distraído,
respira profundo,
acércate a mí con tu
voz serena,
con tus palabras que
como caricias
hacen vibrar mi
cuerpo y sentir ese tu aroma
de flor de azahar
sobre mi cara.
Quiero sentir cerca
tu aliento cálido y dulce,
que no se apague la
débil flama
de este amor febril
recién iniciado.
Sedúceme con tu
encanto,
átame con tus deseos
desde tan lejos,
confiésame tus
anhelos y déjame vivir en tus sueños.
Te nombraré en mis
suspiros,
te dibujaré en el
pensamiento,
te querré con los
sentidos
y te entregaré mis
sentimientos.
Sedúceme hasta en mis
sueños,
que tus dulces
palabras de amor repiquen
como ecos en mi alma
que te espera ansiosa
con deseos de
compartir contigo
todos esos distantes
de estar juntos
con gozo y placer.
Magia de un día
Magia de un día,
mi amor tu eres magia,
en cada instante de mi vida
en mi cielo resplandeces
y son tus ojos que me iluminan
con un fulgor de estrellas que me
cautivan
y me ocultan sin quererlo en tu
mirada.
Magia tiene tu voz,
tu dulce acento,
el cual lo escucho dormida y aún
despierta
que me dice dulcemente con el viento,
me confiesa y me repite:
“que me amas”.
Mis pinceles más leales
se han propuesto apresar tu verdadero
rostro:
desentrañar las esenciales líneas
donde tu fuero el aire acata y el
aurea alba,
espiar el múltiple venero
donde emerge a raudales toda la luz
que quiero para tu piel,
tus ojos cenitales.
Magia de un día,
en la que la recta se espírala,
la curva se endereza
y por la emoción y el sentimiento
sin acertar el rumbo ni la escala,
la alta luz tropieza o en su ímpetu
resbala.
Magia de un día,
estás a mi lado,
entre mis brazos,
cubriendo mi cuerpo con calor y
caricias.
¿Cómo apresar la sosegada llama que te
entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en
tus mejillas convoca?
¿O la mañana asomada a tu boca?
Magia de un día,
mi afiebrada plata se anubla
enamorada.
Se pierde en la enigmática y secreta
zona
de la alborada donde digo carmín,
azul,
violeta
y al nombrarlos se esfuman en airada,
fantástica pirueta.
Magia de un día,
en tu silencio eres un volcán
que se activa aquí en mi pecho,
cuando llegas y desciendes a mi lecho
y en tu ternura me abrazas.
Mágico es este momento cuando respiro
tu aliento
y mi alma se entremezcla con la tuya
para volar por los cielos
y marcar el universo entre suspiros,
siendo uno,
envuelto en hilos,
envuelto en hilos de plata.
Magia de un día,
con este nuestro amor
que no se acaba nunca
porque prolongando
de que uno y uno sean dos
ya que el amor es el retraso milagroso
de su término mismo.
Con los besos, con la pena
y el pecho se conquistan en afanosas
lides
entre gozos parecidos a juegos,
días,
tierras,
cielos abiertos,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está
esperando
hermana de la muerta o muerte misma.
Magia del beso perfecto,
aparta el tiempo,
échalo hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar,
ni en el hallazgo tiene el amor su
cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo,
altísimo,
temblando.
Magia de un día
que se va en una despedida larga,
clara,
con lo más seguro que es el adiós…