Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 8 de abril de 2017
Compréndeme
Compréndeme,
tú, el esquivo,
el que
hace piruetas danzarinas en el aire,
soy en tu existir ya una nada
ya que
dentro de mi corazón
surgen
las palabras tan plenas de significado
que
desaparecen sin ser comprendidas
porque
es muy difícil recibir un poema con letras
de
néctar y miel
y
construir el amor con la mente.
Compréndeme,
soy una
mujer poeta
que
necesita ser amada,
no me
juzgues
y sólo
trata de escucharme
porque
si hoy muero dentro de mis letras,
me voy
con ellas.
Estoy
pasando por un diferente sendero
sin estar junto a ti,
pero si
me amas
y estás
a mi lado
mis
poemas tendrán dueño.
Seguiré
escribiendo para ti
porque
te tengo encerrado
dentro
de mi mente.
Compréndeme,
la tristeza de que tú te alejaste
es como
una agonía del no existir
y no
quiero hacerte daño
diciéndote
¡vete ya de mi vida!
o trata
como el aire con su brisa nueva
sentirme
en mi tonada de vida.
Compréndeme,
con el
tiempo no me olvidarás, tócame…
yo soy
la zarza
que en
tiempos de lluvia, quema, llámame…
Al
escuchar tu voz
mi alma reconocerás vencida en esta guerra,
mírame.
Eres tú
mi agua quieta,
la turbulencia, calma y tempestad
que al mismo tiempo me doblega,
fórjame.
Compréndeme,
siente
en las palmas de tus manos,
en los
labios,
mi cálida
huella aún del tibio abrazo
en el
que dejamos de ser uno en dos.
Estamos
al otro lado
de los sueños que soñamos,
a ese lado
que se
llama la vida que se cumplió.
Y
ahora,
de
tanto haber realizado nuestro soñar,
nuestro
sueño está en dos cuerpos.
Compréndeme,
la
vida, si estamos juntos
se
siente como un sueño trémulo,
recién nacido.
Compréndeme,
mi silencio torvo y gris,
nace de
sentir que estamos separados
por
rejas punzantes y dagas afiladas
y por
el viento,
ahogándonos
de luz
el anverso
de nuestro cielo.
Respóndeme
a la armonía absorta
que
hallarás en mi alma
antes
de que el sol caiga,
ayudándome
a sobrevivir
sin tu
mirada encantada,
ésa la
que alivia mi espíritu
cuando
se aleja de ti.
Enséñame
a escribir
entre
penumbras de amor
al
recorrer los misterios respirados
juntos
en quebradas y curvas.
Compréndeme,
mi
fragilidad de mujer
que
como cristal suave
se
quebranta en ritmos
al
escuchar los latidos de la luna,
cuando
el viento se calma
y solo
se escucha mi voz,
rogando
que el deseo de tenerte,
de
acariciarte
para ir
de prisa en momentos de segundos
a enredarme con el calor de tu luz
en la
aurora,
en el
fuego,
en el
verso.
En las alas de tu cielo
En las
alas de tu cielo,
como
una flor no lejos de la noche,
mi
cuerpo mudo
se abre
a la urgencia del rocío.
Me has
hecho volver
a la
memoria de mi cuerpo,
a
comprender lo que dice mi voz,
a que
flores amarillas
constelen
por doquier
mi
círculo de tierra azul
y que
el agua tiemble
llena de enredaderas marchitas.
En las
alas de tu cielo,
vuelo
hacia ti, buscándote
y toda
mi alma siente su curso
como
las estrellas que vivieron
en valles floridos de la tierra
y
besaron tus labios amados.
En las
alas de tu cielo,
en la
inmensidad,
aún
bajo la luna triste y taciturna,
vago en
pálida soledad
como
vagabunda del cielo y de la tierra,
con la
perenne inquietud de encontrarte
y encerrarme en tus cálidos brazos.
En las alas
de tu cielo,
no me
dejes en el profundo vacío
donde
languidece de sed
el alma
mía,
esperando
saciar
mis
ansias dormidas.
Ahora,
sintiéndote mío,
la
noche se astilla de estrellas
y mi
alma se inunda de música celestial.
Eres el
sustento de mis alas
y yo
para ti, las alas de tu vuelo,
sé que
sin ti,
caería
en un abismo hondo y sin retorno.
En las
alas de tu cielo,
la luz nos separa
y
alargando nuestras manos
no se
alcanza el cuerpo de la dicha,
sólo se
palpan soledades nuevas,
ofertas
de la luz.
Y la
distancia en vuelo
es
distancia, son leguas, años,
cielos,
es la luz lejana.
Y vuelo
hacia ti, pisando horas y horas
para
que nuestro encuentro gane,
al fin
del día, la orilla oscura
en que
cesan las pruebas de estar sola.
En las
alas de tu vuelo
el querer se anida en la tiniebla
y pienso que con decir un te quiero
la felicidad contestaría
con
amor y luz
en
nuestras almas.
Tú eres
las alas de mi fantasía,
has
retornado a tu cielo
y
apenas te has marchado,
yo ya te espero.
Todos
tus movimientos,
pasos,
latidos, ansias, quietud
aunque
arrastrar te quieran
hacia una soledad celestial o terrestre,
no te
saben llevar lo que estás queriendo,
te vas
pero en pleno vuelo te acercas,
pronto,
más tarde, luego.
Ahora
tus alas
te llevan a tu cielo
pero tu
corazón late
en
todas las vagas sombras, tenues
que en
la alta noche
estrellan
el azul del silencio,
todas
suenan a ecos.
Mi alma
te espera,
tú lo
sabes y vienes solo hacia mí,
en ese
largo rodeo de vuelos
que das
para volver.
Noche larga
¿Por
qué la oscura noche es tan larga?
¿Cuál
es el misterio
de que
nos inunde
la
tristeza y la soledad?
En la
noche larga
la
sombra de los cipreses
es como
un grito en la niebla.
Se
alzan al cielo
sin
saber la razón
coro de
voces descalzas
que se
posan
sobre
las copas oscuras de los árboles.
Yo
sueño contigo, amor,
con que
tus manos
se van
perdiendo a lo lejos
como
dos trémulas alas
tras la
negrura del cielo.
Noche
larga,
sin ti
mi vida es soledad de soledades,
mi
corazón está solo
como un
rosal sin colores.
Si
viera tus ojos
en esta
espera apesadumbrada
volcaría la alegría
con
canciones de primavera
y se
trocarían en lumbres
mis
soledades en sombras.
¡Cómo
sueño las horas azules
que me
esperan
tendida
a tu lado,
sin más
luz que la luz de tus ojos,
sin más lecho que aquel de tu brazo!
Noche
larga contigo a mi lado
sintiendo
a mi amor florecer
en la mística voz de tu canto:
notas
tristes, alegres y hondas
que
unirán mi emoción a tu rapto.
¡Oh!
Noche larga, regada de estrellas
que
enviará desde todos sus astros
la más
pura armonía de reflejos
como
ofrenda nupcial a mi tálamo.
Noche
larga
que con
un velo de recuerdo
se
enlaza, apretado
y nos
mira en estrellas dormidas
desde
el cielo en nosotros rondando.
Se ha
callado la idea turbadora
y me
siento en el sí de tu abrazo,
ya la
noche no es tan larga
porque
convertida en un solo murmullo
se
interna en mi alma cantando.
Es la
noche una cinta de estrellas
que una
a una a mi lecho han rodado
y es mi vida algo así
como un
soplo ensartado
de
impulsos plenos y pasionales.
En esta
noche larga, mi amor,
se han
unido nuestras risas
más blancas que el blanco
y ¡oh
milagro!
en la
luz de una lágrima
se han
besado tu llanto y mi llanto…
Se ha
quedado tu vida en mi vida
como el
alba se queda en los campos
y hay mil pájaros vivos
en mi
alma en esta noche larga de amor
entre
cantos sin tristezas ni pesares.
Ya la
noche no es tan larga
tendida
a tu lado,
entre
tus caricias
y el
gesto de tu abrazo,
en tus palabras
cuelgan rumores
parecidos
al lenguaje
que
llevas en tu boca de agua,
desde
el más quieto charco
al más
agreste risco.
Esta
noche se ha ido casi aurora,
casi
ronda de luna entre montañas,
noche
rasgada al tiempo repetido
entre
esencias altas y claras,
circundando de emoción
mi
espíritu todo.