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Alma errante


Alma errante.
Volando en el horizonte
de la noche misteriosa y oscura,
acariciando el día luminoso,
va por los caminos solitarios,
va desasistida,
de puerta en puerta,
entrando por ventanas entreabiertas,
de ojo en ojos,
errabunda y frágil,
vagabunda,
profundizando abismos.

Alma errante.
Por inercia ella cruza lentamente,
sin ánimo el sendero,
con la esperanza de hallar un cuerpo que a ella la habite.
Cualquier oreo la conmueve,
cualquier paja a ella la irrita,
está hecha de retazos,
de cicatrices,
de heridas punzantes.
Alma que anhela anhelos
que invisible te deslizas deseando
 que otros te mojen de miradas tus pupilas solitarias.

Alma errante.
Perdida en el sueño,
 dormida vas por la vida,
 fantaseando en tus míseras miserias
 volando entre la neblina.
Barco naufragando siempre en mares
 que no la invitan por eso navegante
 y sola vas deshojando margaritas.

Alma errante.
Triste y meditabunda en el vaivén de las horas,
en la brisa que musita en el canto del silencio,
en la soledad del día.

Alma errante.
Buscas el círculo que incluye los lugares,
mares, estrellas,
cielos, árboles,
flores, puede ser pequeño,
grande  infinito según el alma que quieres habitarlo.

Alma errante.
En lo triste de la noche,
 entre la densa neblina,
 golpeada por la lluvia interminable,
 envuelta en el mar salado,
en lágrimas se destila.
Hasta que se vuelve un cauce,
un torbellino de brisa,
una nota en el vacío,
 un eco que no termina,
un silencio atormentado,
un pentagrama vacío.

Alma errante.
Anda entristecida con la esperanza
 de darle reposo a su travesía.
Un alma que anda buscando en otra alma hallar vida.
Escala las altas montañas,
espera a que otras miradas surjan para verla de cerca
y descubran qué oculta su interior que sólo es amor y luz.

Alma errante.
Desgarrante e infeliz,
ten paciencia,
clama por la paz y la felicidad
y alguien con ligereza encontrará tu mensaje en el bosque,
en el cielo,
en el este por donde sale el sol
y con delicadeza te cubrirá en tu tierra herida
 a fin de que puedas renacer de prisa
 y encontrar por fin lo que tanto tiempo necesitaste para ser feliz.

Alma errante.
Distante,
ya casi la última,
sal de tu gran mundo a oscuras y trémula
y vacilante ve en un gran vuelo irreal en búsqueda de la verdad,
labra tu vida,
camina deslizándote para renovarte y vivir de vuelta a ti,
aumentada en tus dones sin fin.
Cierra las preguntas,
 húndete en tu querer,
llenándolo de síes,
 de gozos,
de algarabías y no vueles por el aire
 como las mariposas o las nubes flotantes,
busca donde te espera el amor total de otra alma errante.

Rencores de un adiós



Rencores de un adiós
Por qué aparecieron en silencio,
Doliéndome el alma y el corazón
Esta oscuridad distinta y los jardines
Sembrados de légamos.
Que vagos sonidos retornan si ecos.

Rencores de un adiós
Veo paredes al fondo del lago,
Sus ventanales describen el tiempo,
No soy el dolor golpeando muerte
Ni la diferencia golpeando luz.
Ahora que el aire me posee,
Debo encontrar la verdad.

Rencores de un adiós,
Quisiera que atendieras todos mis sentidos nuevamente
Quisiera sentir tu ser rodeándome en tus brazos,
Pero ya es imposible,
Ya que los rencores afloran y duelen
Hoy quisiera que tus ojos me quemaran nuevamente
Me mataran sin rencores con sus grises ausentes,
Con su piel de viento, con pasión sin límites.

Rencores de un adiós
Aquí estoy bajo la desgarradora soledad
De tu recuerdo consumiendo mis temores,
Devorándome mis gritos bajo tu piel
Fantasmal y traicionera
Que me ahoga en rencores desde esa
Distancia tan presente.

Rencores de un adiós
Me arrancaste la carne en cada abrazo
Con rencores sufrientes y dolorosos
Yo no sé definir en la distancia…
Si estas presente y me matas
Con tu ausencia desgarradora.

Rencores de un adiós
Que golpean en mi mente
Y me dejan sin aliento
Más por eso yo presiento
Que nuestro amor está en suspenso
Rencores de un adiós
Que mi mente se niega
Y mi corazón siente
Que tú ya estas ausente.

Te amo en silencio


Te amo en silencio.
Salgo a la noche y me sorprendo,
pocas veces me había ocurrido,
extasiada la contemplaba
sin dar crédito.
Unos segundos más y
la duda comenzó a desvanecerse.

Quede sorprendida,
su brillo fue dejando ver tu rostro,
lucias en tu tez fuerte y viril,
espléndida,
el hombre más deseado para Amar.

¡Qué belleza!
¡Ah!
LUNA, LUNA, LUNA.
Gracias por este momento,
gracias por este numen,
gracias por verte e imaginar que estoy a tu lado
y por tenerte abrazado en mi lecho,
estrechándonos con pasión.
Aun no has alcanzado
la gloria de tenerme,
perdiendo el sosiego cuando te alejas de mi.

Te amo en silencio.
Esta hoguera que hemos encendido,
que hemos gozado con pasión y fuego
por estar unidos en una sola carne.

Te amo en silencio.
Quiero tenerte a mi lado,
en nuestro nido de amor,
eres mi amado amante,
el único,
el verdadero,
el diáfano.
El amor sí se nutre jamás muere,
es inocente y puro.

Afanosamente te busco,
sin discreción,
eternamente,
no desesperes que algún día te hallaré.

Te amo en silencio,
sin ecos,
sin sombras,
sin misterios.
Soy tuya y quiero demostrártelo
con caricias, besos, mimos,
adaptando nuestros cuerpos como uno solo.

Te quiero tal cual eres,
trasuntas transparencia,
diafanidad,
sigilo.
Tu discreción aflora
cuando te vas acercando a mí,
la distancia se acorta y sin disimulo
nos miramos a los ojos profundamente
con deseos de estar muy juntos,
sin secretos,
en paz,
la paz del amor.

Te amo en silencio
y te pregunto ¿que sientes cuando me intuyes?
¿de quién eres?
Y abres los lazos y me enseñas
la alta imagen de ti y me dices que mía.

Te veo como un cóndor, aguerrido,
con tus garras afiladas
buscando llevarme entre tus alas
como una presa entregada
a los altos abismos del mundo, donde
la soledad nos hará sentir
que por fin estamos juntos.