Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 21 de mayo de 2017
No regresaré
No
regresaré
por el
camino
donde
quedaron tus huellas marcadas,
porque
me llevarán
por un
sendero oscuro,
sombrío,
hondo
y con
obstáculos
que
lastimarán mi alma.
No
volveré
a
pronunciar tu nombre,
sola
vagaré
en
bosques umbríos
y
campos de flores,
jugaré a no recordarte
y
beberé
la luz
de las estrellas
buscando nuevos horizontes.
No
regresaré
a
compartir tu destino
aunque
quieras tenerme
cerca
porque
no quiero volver
a bajar al abismo contigo,
porque tú
ya no
significas nada para mí.
Ya
desapareciste de mi ser,
no quiero sentirte otra vez,
lo nuestro desapareció
hace
tiempo
y no
quiero
volver
a pensar.
No
regresaré,
no me
interesa tu mundo
sin
luz,
no me
mereces
y no te
daré el gusto
de
volverme a tener.
No
regresaré
porque
tus sueños
sólo
viven en la bruma,
vagan
sin empeño,
sin
rumbo,
en un
mundo fantasmal
donde
la risa,
el
canto,
ya no
existen,
sólo se
escuchan lamentos,
llantos,
tristezas.
No
regresaré,
mis
puertas y ventanas
bajo
candados,
herrajes,
cerrojos,
están para ti
selladas
para siempre.
Dejo tu
recuerdo
enterrado
en la
arena de los tiempos
para
que se desvanezcan
por cada lágrima
que me
hiciste derramar
desangrando
mi alma.
No
regresaré,
ni te
escribiré versos de amor,
ni
malgastaré minutos
de mi
existencia
pensando en un ser terrenal
que
sólo trajo
frustración
y dolor.
Ahora
voy a llenarme de luz,
abriendo
mis alas
en
busca de amores alegres,
de
nuevas fronteras,
nuevos
perfumes,
muchas
sensaciones nuevas.
No
regresaré a ti,
escribiré
poemas de amor,
frases,
palabras,
donde
tú
sólo
seas un recuerdo,
crearé
el tiempo
haciendo
correr mis versos
como el
agua
que
recorre su cauce
por los
afluentes de mi alma
alimentando
el desierto
con los
latidos del corazón.
Adiós
amor de solitarias citas,
de promesas incumplidas,
¿por qué seré cruel dirás?
Será
porque no quiero
sentirte
otra vez,
lo
nuestro desapareció,
mi
ausencia desnuda
de
sombras
y dudas
quedará
en el olvido.
No
volveré.
Esperando tu llegada
Esperando tu llegada,
aquí estoy,
expectante y emocionada,
ansiosa,
entreluces del hoy y del
mañana.
Solo espero tu llegada,
cada día,
cada tarde solo tú
enciendes la flama
que no quema pero arde.
Esperando tu llegada,
para gozar sin prisa
de tu presencia añorada
para que veles mis noches de
sueños.
Quiero que en mis auroras
tu aroma me envuelva
y sentirte cerca mío,
muy cerca.
Esperando tu llegada,
en un tiempo cercano,
intimo y nuestro,
sin afanes indecisos,
sí con esperanzas nuevas
sin nunca más perdernos ya de
vista,
de volver a ser uno,
de juntarnos fatalmente
perdidos
en la vorágine de nuestros
besos.
Esperando tu llegada,
anhelada,
deseosa de sentir tú aliento
fresco y cálido.
Te espero aquí,
tras la paz de intactos cristales
en nuestro manantial de dicha
que suave mana,
en nuestros sueños
remontándonos a nubes altas.
Esperando tu llegada
busco tu sonrisa flotando en
el éter,
buscando tus labios
los míos para cubrirme de
besos,
disipando para siempre
las neblinas que me envolvían
tristemente.
Esperando tu llegada
mi corazón espera descansar
ahora,
en la breve rama de tu pecho
y aunque muera sé que vivo
en los claveles futuros de tu
cuerpo.
Esperando tu llegada
en el grave concierto del
otoño,
escuchando como los violines
agitan un mar de hojas
amarillas,
rojizas,
elevadas por el viento.
Te espero desde los campos de
amapolas
y solo tú irradiando tu
fulgor
secas las fuentes de mi
llanto.
Como el nardo juvenil
guardas en tus entrañas los
bálsamos
y secretos de lumbres
que hacia el tristísimo
corazón cansado,
lo colmas de las blancuras
del astro.
No importa que te aleje,
que aún no estés a mi lado
por mares o el tiempo te
aparten
porque por sobre la verde
muralla del agua
agitada llegas,
al fin a ver los carismas
divinos de la luz y del
canto.
Esperando tu llegada
mi corazón late en este rojo
silencio
de mis ríos interiores
y bien oculta duerme la
esencia del ser
que no logra vivir sin ti.
El amor ha de estallar
mañana,
retenido en pimpollo,
donde mi alma,
cercada de tinieblas
al infinito descansa.
Divagues del amor
Divagues del amor,
derrotero de la mente
que nos lleva a
desorientarnos
buscando no equivocarnos,
desarmemos el cielo,
apaguemos la luna,
bajemos las estrellas,
escondamos el sol,
inundemos los océanos
abrasemos los vientos.
Divagues del amor
que nos hacen desviarnos
en la medianoche de nuestra
vida,
bajando por los tiempos
ya pasados hasta el hoy ya
vivido.
Desorientados en los nortes,
sures y orientes
nos sentimos sombras
calladas,
temblorosas de temores y
sueños sin fin
que nublan el alma
entre dudas oscuras y plenas.
Divagues del amor
delirios que nublan el alma,
déjenme encontrar el camino,
el mío,
donde me espera alguien
con su canción de amor puro y
casto.
¡Ay! Corazón
tengo un mundo de sensaciones
nuevas
que me llevan a merodear
de soslayo en amor
tuyo pleno de ventura y paz.
Divagues del amor
¿Qué hay más allá de lo que
encontramos?
allá detrás del horizonte de
blancura indecisa
¿sueños inconclusos?
¿Amores pasados?
¿Voces que nos llaman
y suenan como las que fueron
un día nuestras?
En el papel aparecen palabras
de amor
dispersas en poemas
que me llevan a querer
encontrarte otra vez.
En nuestro interior
tenemos muchos sonidos…
pero todos se dan merced al
vacio
y al silencio que nos
envuelven.
Divagues del amor
que nos dispersan
a caminos de la vida
diferentes.
El sentir divino no admite
temores,
sustenta amores.
Vagabundeo errante y
peregrino
en busca de aires que me
envuelvan,
me sustenten seguridades
y verdades genuinas.
Divagues del amor
rompan las cadenas
en las que me siento presa,
libérenme,
guíenme a un lugar ajeno a
las dudas
y temores que unos extraños
del pasado
me inundaron.
Quiero soledad,
desnuda de maldad,
cubierta de dulzuras,
caricias de seda y besos
que despierten mi alma
dormida
y herida por los divagues del
amor.
No soy mi sombra,
soy un leve hilo de voz
que quebranta los silencios
y me voy lejos,
en busca de historias de fe
y esperanza.