Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 14 de junio de 2017
El aroma de la noche
El aroma de la noche,
con un perfume de yerba buena y a pinos,
con olores refinados que se despertarán
en el campo a la mañana.
A veces rumoroso se aproxima
y a veces alejándose se apaga.
Con inocente ritmo todo el paisaje canta.
Es la hora del amor
y al vernos juntos un espejo azulado,
un arcoíris se enciende.
El olor de la esperanza,
siempre es el más deseado
pues es la sal de la vida,
la que yo siempre he soñado.
Todo el paisaje canta.
La luz en los renuevos
y en las nubes se enciende.
El aroma de la noche
se nos acerca más
por el vagabundo viento entre las ramas.
Todo el pastizal con flores húmedas de fragancia
nos inundan en nuestro tibio lecho
ebrios de dicha y amor encendido.
Me gusta el aroma apasionante de la noche,
fragancia melancólica
de magia escondida.
Inquieta y penetrante
como nuestro deseo y pasión.
Tan puro y tan denso…
como un vino de amores.
El aroma de la noche
nos conduce entre susurros,
murmullos de amor,
perfumes de magnolias,
azucenas, amapolas,
que nos tienden juntos,
en un nido de paz.
El canto de la aurora se asoma
como una claridad triunfante,
vuelve en la nave de la noche blanca
y él se hace más denso cuanto más aclara.
Huye y ajusta el corazón
su rítmico latir a la cadencia
que inspirada con un millón de notas
nos subyuga y en un millón de arpegios
nos levante cuando al comenzar a brillar
la aurora todo el paisaje canta.
El aroma de la noche,
misterioso, vibrante,
subyugante,
un naranjal en flor nos acuna
y tú aprietas mis deseos
bajo las estrellas rutilantes,
calientas mi piel con tu pasión al viento.
Fluye el río del tiempo,
nos empapamos en sus aguas,
se nos encoge la voz,
nuestras miradas se endulzan.
Se nos agranda el corazón,
la piernas se acalambran,
se estremecen nuestros brazos
y se yerguen nuestras espaldas.
El aroma de la noche,
límpido, calmo,
cálido y el aire hiende en pos de la campana,
averigua del río los cristales,
perfumes, luces,
formas y sonidos azuzan
y apaciguan nuestros sentidos en un riesgoso
y repetido juego de amor hasta lo imposible.
Detrás, en la noche,
la espesa niebla del misterio y más allá,
ocultos en nuestro recóndito lugar,
un dios mudo,
sordo y ciego nos contempla.
Cuando el cielo se afina al conjuro
de un sutil cosquilleo de flautas
y la última estrella remisa abandona
su puesto de guardia,
no perdemos tú y yo
en el abrazo final de esta noche nuestra
y nos seguiremos amando siempre.
Aún es tiempo de soñar
Aún es
tiempo de soñar,
ir en
vuelos rápidos y mágicos
al
mundo irreal del sueño
que nos
hace gozar de placeres y dichas.
Sí,
ir
hacia el tiempo de amar y ser amada
y en un
revuelo tornasolado la orla del sueño
roza al
pasar mis solitarios recuerdos.
Aún es
tiempo de soñar,
aún
cuando los vientos de otoño soplan
a
través de mí
y tú
estés lejos
y seas
todo nostalgia.
Desde
las alas de mis sueños escondidos
en
secretísimos lugares están mis prosas,
mis
versos,
flotando
entre nubes de algodón
iluminados
por luces de estrellas.
¿En qué
ignorado alfabeto del aire
están perdidos
los poemas de amor
que
merodearon mis sueños en este tiempo
en el
que un silencio cruza hacia el olvido?
Aún es
tiempo de soñar en este mi ser desvanecido,
que aún
canta sueños de amor
y se me
oye en soliloquios íntimos
donde
brotan como una savia sin fin
los
impulsos delicados
de
verter en páginas de colores
mis
verdes esperanzas,
mis albos
anhelos en prosas para ti,
el
desconocido de siempre.
Aún es
tiempo de soñar,
es un
don que alegra mi alma
y me
hace seguir con ímpetus,
conquistar
el aire hacia ti,
estés
donde estés
aún en
mis secretos
sueños
plenos de ardor
rodando
hacia el horizonte de los días.
Soy hoy
un alma que sueña
en
encontrar la letra de su cántico,
soy la
que ama en su tiempo y no en el tuyo,
la
autora lenta de viajes encantados
que
inventan sueños olvidados al paso
de los
siglos del gran pecado original que es la vida.
Aún es
tiempo de soñar,
entre rosas
y trinos baja la clara esfera de la luna llena,
del
canto del ruiseñor en crepúsculos
a
orillas de los lagos.
Aún es
tiempo de soñar
aunque
las amapolas no se abran,
son
invisibles pero existen,
duermen
tan sólo pero están,
sólo
cabe esperar el día que llegue
sin
mirar fechas ni minutos
el
instante supremo de cantar al Amor
y
soñarlo ni a tientas ni con sobresaltos
sólo
vivirlo tejiendo súbitos poemas,
prosas
sin fin.
Aún es
tiempo de soñar,
volando
por el infinito,
como
locos soñadores,
gestores
de ilusiones y grandes esperanzas
para
una vida mejor.
Seremos
tú y yo
en
nuestros sueños compartidos,
luchadores
incansables
con
nuestros corazones valientes,
esperando
desde este tiempo imaginario
los
días futuros,
los
acaparadores de dicha.
Aún es
tiempo de soñar juntos,
tú y
yo,
entre
palabras de amor
que nos
inspiran a seguir amándonos.
Los fantasmas del recuerdo
Los
fantasmas del recuerdo,
esos,
los que pueblan mis sueños,
los que
me acosan en instantes imprevistos,
los que inundan mi alma
de momentos inolvidables,
los que
a su amparo,
en
breve tiempo recorren mi vida.
Los
fantasmas del recuerdo,
se
mantienen a veces
como
formas misteriosas
en las largas avenidas de mi existir
y
revivo paso a paso mis alegrías,
mis
desilusiones,
mis
pérdidas,
mis
amores,
mis
vivires.
Pasan
como un aire raudo
a través de espejos acrisolados,
rompiéndose
a veces en pequeños cristales
que se
estrellan entre los pensamientos silenciosos,
encendidos
de deseos de amar
que
emanan de mis recónditos adentros.
Los
fantasmas del recuerdo sacuden
las bases de mi sangre y aparecen nombres,
fechas,
lugares contra el cielo de mi alma
sobre
el muro que cerca mi silencio.
Me
llevan a la luz
que derroté en el tiempo del olvido,
el
limitado amor que se me ofrendaba.
Los
fantasmas del recuerdo
son mi apoyo de ayeres vividos,
desaparecen de pronto sin saber
por qué pero regresan y se funden uno a uno,
uniendo
los peldaños de mi vida,
que en
este otoño
ya han
alcanzado la cumbre del vivir,
escribiendo
las palabras ungidas de amor
para que inunden cielos
y horizontes por doquier.
Los
fantasmas del recuerdo
son signos que orillan mi hoy,
con un
temblor tocado de rocío
en un
viento por vientos perseguido
hurgando la raíz de mis sentidos.
Mis
sentidos crecen
al
acercárseme los fantasmas del recuerdo
y en
flamígeras imágenes por los aires
en
círculos amarillos van,
filosos
como piedras,
hundiéndome
en el frescor
de la creación primera.
Los
fantasmas del recuerdo
hacen
renacer vidas pasadas,
me
llevan al viento caliente
de estío vivido con intensidad en las orillas
del mar
embravecido.
Quiero,
tan sólo ir perdida por siempre
en los
momentos dulces y tiernos
pasados
como ráfagas fulminantes pero eternas.
No
quiero ver fuegos que me hicieron arder,
sangrar
de dolor mi corazón
y
derramarme en mares de llantos.
Los
fantasmas del recuerdo me hacen perder,
en
pocos instantes,
mi
albedrío,
encadenándome
a hechos sufridos,
plenos de deseos malsanos.
¡No
quiero que regresen todos,
sólo
los que me llevan a envolverme
en
capullos de felicidad y de dicha!
Los
fantasmas del recuerdo
arden en mi espíritu
como
una onda de fuego
y una
racha glaciar me toca levemente,
llenando
los espacios infinitos
de dudas que en mi hondo
interior aún perduran.