Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 15 de julio de 2017
La Luz Prestada
La luz
prestada,
esa que
yo te di,
que
iluminó tus pasos,
que te
dio brillo
y
resplandor,
esa que
no supiste valorar,
la que
alimentó
tu
espíritu
y calmó
tu sed.
La luz
prestada,
que
bebiste
como el
sol en la tarde,
que
encendió fuego
en leña
seca,
esa luz
que se
llevó el viento del crepúsculo
que
entorno a tí da vueltas,
el sol
será mañana
un
plato de lujuria.
La luz
que tuviste
no vino
de tí,
es que
vino de los soles,
de los
ríos,
de la
oliva
y te
inundó la oscuridad.
La luz
prestada
se
abrió como ventana
sorprendida
derramando
su
fulgor de luciérnagas.
¿Ya no
sientes
la
falta del destello
que te
llevó hacia mí?
¡Qué
dolor
que no
hayas comprendido
la
entrega de mi todo
que te
di!
¿No te
das cuenta
de que
te has sumergido
en
mares de tristeza
y en
vano
buscas
un camino
para
salir de tu noche?
Todo en
tí
ya es
silencio,
el eco
no te responde,
las
chicharras
no las
escuchan tus oídos
y en
tus sueños
ya no
hay más luz,
estás
en la ausencia
del no
retorno,
tu
ceguera
no te
deja ver mi luz.
¡Estás
en un cielo monosílabo
donde
nadie siente tus pasos!
Eres un
inútil gentil-hombre
desnudo
y blanco
con
venas sin estrenar,
ya la
sangre no corre,
está
seca,
sin
chispas
que en
nada prenden.
Vivirás
sin la belleza,
la
alegría,
la
risa,
el
canto,
el
amor.
La luz
prestada intangible,
leve y
veloz
se fue
de tu lado
y no la
alcanzarás
nunca
más.
¡Qué
lejos estamos
y qué
cerca estuvimos!
Lentamente
en mí
un
nuevo amanecer se acerca
que
hace que la tristeza
se
fuera al pasado del ayer,
oscureciste
mis días
pero
ahora
renace
en mi alma
la luz
brillante
que
otra vez inunda mi existir.
El
tiempo contigo ya no existe,
saliste
de un tiempo
que no
dejó huellas ni señales.
¡Qué
milagro
ya
puedo decir
pasó y
partió!
La luz
prestada,
partiste
a rumbos confundidos
los que
te llevarán
a
lugares misteriosos,
secretos,
sin
retorno.
Tu
silencio ya no duele,
mi alma
se ilumina
y los
poemas de amor,
frases
erráticas,
cortan
el aire
como
flechas afiebradas,
buscando
ilusiones nuevas.
Ya
desperté
de la
sombra
en que
me dejaste,
atónita
y absorta
en que
te fuiste a otro tiempo,
buscando
otros amores,
otras
miradas,
otros
besos.
Despierto
en un
rítmico volar de dulces sueños
que me
llevan al ideal de amar
y ser
amada,
suspiro
con el máximo esplendor
de que
existe el amor anhelado
que me
abre
con su
encanto de quimeras
a un
existir nuevo.
Mi corazón te llama
Mi
corazón te llama,
escúchalo
palpitar sólo en pensar en ti.
Tristeza
es que mi corazón
te
llama a gritos y tú no estás aquí
para
compartir su soledad.
No te
escribo poesías,
te
entrego poemas de amor,
no te
oculto que te amo,
te lo digo
en silencio con mi corazón
clamando
por tu presencia a mi lado.
En el
remanso de agua mansa
estoy
contigo bajo la verde cabellera
de un
sauce que se mueve a ratos.
Al río
la imagen del cielo
viste
su hermoso terciopelo,
en el
centro fulgura
el agua
con cristales de fraguas.
Mi
corazón te llama,
respiran
gozos mis anhelos,
cantos
en la lira y en el alma vuelos,
sólo en
pensar que estarás a mi lado
susurrándome
palabras de amor.
¿Qué
bien a tu bien se puede igualar?
Clamo
por ti,
vibro
tan sólo en pensar en ti.
En la
amable brisa que besa mi frente,
oigo tu
sonrisa fugaz y clemente.
Mi
corazón te llama,
porque
en ti todo es suave,
la luz
del rocío,
el
cantar del ave,
el reír
del río.
El
cielo tan azul que amas tú
en
nuestro fragante edén
nos
espera siempre.
Mi
corazón te llama
al
despertar la aurora
su
mirada de alegre claridad,
de los
campos brota un perfume de paz
y mi
cuerpo ansía estar entre tus brazos,
sintiendo
tus dulces caricias
sobre
mi piel ansiosa
y
deseosa de ellas.
Un
alegre cantar de frescas notas
van
despertando el campo
en la
mañana de mi alma,
surgen
palabras de amor
con
inocente ritmo.
Mi
corazón te llama,
clama
por ti con desesperación,
late
con cadencia inspirada
es un
millar de notas que me subyugan
y un
millón de arpegios que me elevan hacia ti
cuando
al brillar la aurora
todo el
paisaje canta.
En
fantásticos pentagramas,
plenos
de dicha y luz te espero
en
nuestro lecho de amor.
Mi
corazón te llama
y como
ardiente orquesta palpita,
late,
en un
alado idioma sin palabras
surgiendo
estrofas en torrentes
que en
sones se precipitan.
Redoblan
los vibrantes tambores
en mi
pecho con tan sólo pensar en ti,
son
orquestas con música de mares
y como
estruendosas cataratas
de
alegres notas van a la lira
que los
espera ansiosa.
Mi
corazón te llama,
con
amoroso sentimiento,
como
cuando los pájaros cantan en coro
y el
río ajusta a la sonata
las
liras de cristal sonoro
que
tañen las ondas de plata.
Contigo
a mi lado amado amante,
vuelan
los ritmos
entre
aromas de amor y los poemas,
las
prosas,
interpretan
raudos y veloces
todo lo
que por ti siente y arde mi alma
de
poeta todo el trémulo esplendor
de
estar junto a ti.
Un poema sin final
Un poema sin final,
sí un comienzo pleno,
augusto,
soberano,
un himno total al amor.
Surgen mágicos alfabetos
en hojas sin tacha,
vírgenes,
puras,
esperaban los monosílabos brillantes,
rasgos de cristal, puntas de agua.
Un poema sin final,
que dejó frases de verdades nobles,
cláusulas marmóreas,
casi totalmente blancas
que lentas pasan al papel.
Sin una gran retórica,
humildes, con pausas,
sin notas especiales,
el vapor del amor
hace componer odas lejanas
como las frases dulces
de celestes temas del eterno amor.
Un poema sin final,
con una escritura extraña,
la que llega y ya se fue,
la indescifrable,
la rápida,
la que con plumas veloces
sobre otras precipitadas
borran apenas las escribo.
Parecen escritas por otras alas,
las invisibles,
las misteriosas,
esbozadas a la ligera
pero con deseos e ímpetus
de ser leídas.
Pluma tras pluma
el poema se vislumbra
dando paz y calma al alma,
gozos al corazón
y cantos maravillosos al espíritu.
Pero cuando quiero que se vuelque
en el papel se rompe de pronto el encanto,
suelta la flor su perfume
mas si una frase lo aspira
entonces se evapora o se consume
en las cuerdas de la lira.
Un poema sin final,
sus estrofas son altas nubes
que llegan a horizontes lejanos,
no podemos escribir desde tan lejos
sus versos casi invisibles,
porque para poder hacerlos
hay que tener luz de estrellas.
¡Versos!
¡Poemas!
Con ímpetu alado al ideal,
ascended y en las estrofas
verted el tesoro conquistado.
Un poema sin final,
entre risas y lloros
en flor se congrega al rumor
de las alas de mis sueños.
Nunca pude saber
cual estrofa fue la última,
la que anunció el amor esperado,
la que en un fulgor de alborada
comenzó en mi duermevela matinal
pero que no llegó a escribir el final,
todo lo que habita en mi interior
lo guardo en un secretísimo lugar
donde habitan los ideales de mi prosa.
Un poema sin final,
en el que se rompió al punto de terminar
su encanto escondiéndose
la flor de la inspiración en un intangible ensueño.
Y busco en mi interior
ese final esperado que es imposible,
no está en mis estrofas
los sones que desde mi laúd van brotando,
son los pasos de las visiones
que conmigo lo andan buscando.
SI algún día descubriera ese final olvidado,
todos mis cantos aromarían mis versos
y pediría al viento noticias de su llegada,
al ave,
a la flor,
a la nube y a los astros del firmamento.