Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 24 de julio de 2017
Alma vagabunda
Alma
vagabunda,
levantaste
vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas
nubes que te hacían danzar
entre
silbidos de vientos suaves
como
gemidos de un amor lejano.
Alma
vagabunda,
perfumes,
luces, formas y sonidos
desentrañados
de su cautiverio,
azuzan
y apaciguan los sentidos
en
un riesgoso y repetido juego.
Detrás,
la espesa niebla del misterio
y
más allá un Dios mudo, sordo y ciego.
Alma
vagabunda,
vagabunda
que el aire hace
que
hienda en pos
de
las campanas,
averigua
el río de los cristales,
la
dulce redondez de la manzana,
la
cruenta hostilidad de los cardales.
Alma
vagabunda,
¿cuál
es el motivo que no te deja detener
en
ningún lugar?,
¿qué
buscas?,
¿qué
signos y enigmas
vas
señalando como cada minuto el reloj
desgrana
con sus pinzas prolijas y puntuales?
Mi
entendimiento se afana
por
descifrar esa búsqueda inútil
de
recalar tu alma vagabunda.
Alma
vagabunda,
en
tiempo diferido,
en
una odisea sin fin
no
puedo dejar de pensar
por
qué abandonaste la mansión de tu ser.
¿Fue
por desconsuelo de amor?
Te
dejaron sola e incomprendida
y
emprendiste el vuelo eterno.
Alma
vagabunda,
pura,
virgen, desamparada,
te
mueve sí el pensamiento
lo
más sublime e inefable energía universal
creando
palabras, poesías de amor,
volátiles
e inacabadas
para
que nadie las descubra,
son
para ti, sólo para ti
amado
amante.
Alma
vagabunda,
no
vueles tan alto
que
no puedas apreciar
la
hermosura de la senda
que
te conducirá hacia él,
tu
enamorado de siempre,
caminando
en puntas de tiempo.
Suspiros en silencio
Suspiros
que surgen en el silencio
desde
lo hondo del alma,
parecen
clamores de murmullos
elevándose
al viento.
Surgen
poemas, frases, ideas,
profusos
versos con suspiros entrecortados
que
desgranan mi amor hacia ti.
Yo
intento siquiera emitir en silencio
la historia en mares sin calma,
me
despego tan solo
en
suspiros al viento
aunque
en esos suspiros
se vaya
mi alma.
Me
detengo un instante en este verso
y entro
a través del cauce de mis palabras
hacia el suspiro oculto en el silencio.
Dibujo
tu paisaje al compás de un poema,
en él
te acaricio y manifiesto,
una vez
más que el dolor de quererte
es el
fuego que me quema,
sin
embargo, te quiero
sin
querer renunciar.
Ya no
tengo lenguaje para escribir poemas,
sólo me
queda el suspirar en silencio,
en él
he tratado de esconder el secreto
pues
grande es el reto
por no
saber dónde estás.
Los
suspiros en silencio se extinguen
como
acontece siempre
en cada
paso al andar.
En mi
amor te distingues
porque
eres poesía
y
aunque ya no te encuentre
en mis
versos estarás
y mis
suspiros en silencio
volarán
hacia ti.
Suspiros
en silencio,
van despacio, leves,
como
soplos alternos se entregan a ti,
al
ritmo de tu vivir soñando.
Veo la
estrofa
de que
está hecho tu sueño,
la
tienes en tu alma tendida
esperando
los besos
que ya
son tuyos
son el
misterio en el alto silencio de la noche,
ya que
un soñar mío
empieza
al borde de tu cuerpo
y en él
el tuyo siento.
Tú
dormido, yo en vela,
hacíamos
lo mismo,
no
había que buscar tu sueño,
ya que
era mi sueño, mis suspiros
eran tuyos.
Suspiros
en silencio,
entrecortados,
diáfanos,
van
hacia el aire entre murmullos de amor,
respirando en tus caricias
y
despertando entre tus recuerdos.
Mi
corazón palpita y vibra
entre
mis suspiros, en silencio
y mi
alma se va con ellos
añorando
tu ausencia.
Mis
suspiros son de puro amor por ti.
Si los
cielos iluminan
trasluces
de paraíso,
islas de color de edén,
es que
en las horas sin luz,
sin
suelo,
hemos
anhelado el estar juntos los dos,
sin palabras,
dejando
como una gran estela de luz,
el amor
detrás cuando cruza
por la
noche eterna del mundo.
Suspiros
en silencio,
me los
ha llevado el viento
en la
dulzura del alba
y
buscándonos a tientas
con las
bocas
que el
vacío besaba
en
prodigioso pacto
nos
encontramos siempre.
Me extrañas
Me
extrañas sin conocerme,
sólo nuestras palabras
nos
unen,
palabras
viejas
como el
mundo
que se
llenan de alas
y campanas
y
suenan nuevas,
nuevas
por completo
porque han sido pulidas
y
lustradas por la ternura,
la
dicha de habernos encontrado
en un
instante especial
y único
que nos
cubre,
que nos
rebasa,
que nos
estremece.
Me
extrañas,
dulces
palabras
que se
vuelven únicas
como
por milagro
y nos dejan suspendidos
en un
momento de felicidad.
Tú y
yo,
desde
la distancia
somos
pobladores
de la
maravilla de extrañarnos
sin
habernos visto nunca,
¿te das
cuenta?.
Somos
una canción,
dos
aves en vuelo,
dos
estrellas
de una
constelación de amor.
Ya
nunca seremos dos extraños,
porque
tanto tú como yo
tenemos en nuestras almas
nuestros
nombres
unidos
por una
invisible cadena
¡qué
milagro!.
Tú no
sabes,
solitario sacramento del nombrar
que
cuando te nombro,
te
pienso
y el
todo que nos separa
nos
acerca.
Me
extrañas
porque
somos un amanecer,
la llegada del sol
y del
verano
en una lluviosa tarde.
Me
extrañas
y más
me extrañarás
cuando
tus manos
se
posen en las mías
y tu
beso encienda
esta
cabeza mía
que
caerá
como un
fruto dorado
sobre
tu pecho.
Porque
eso es vivir…
¡vivir es renovarse cada día!,
es extrañar
sin saber por qué
a
alguien que se cruzó raudamente
por tu
vida
sin
remotamente esperarlo,
dejándose
caer
en tu
camino,
iluminando
creo
otras luces,
generando
expectativas nuevas
y
curiosas
como
una gracia
un poco
endeble
pero
arrobadora
como
una flor nueva.
Me
extrañas,
ser que
entiende,
comprende,
siente,
en mis
prosas de amor
lo que
éstas guardan:
temblores,
ansiedades,
emociones,
ese
perfecto deseo de amar
y ser
amada,
de esa
realidad de amor
que nos
hace inmensamente felices
y
volátiles,
levitando
ambos
en ese otro espacio
donde
sólo tú y yo
lo
recorremos.
Me
extrañas,
hablamos
y nuestras voces se unen,
se suspenden
en el
aire como para volar.
Que
extraño lo nuestro…
cada vez que hablamos
parece
que algo profundo
nos
acerca,
algo
con magia,
duendes,
hadas
que nos
entrelazan
con
hilos intangibles
que no
se desatarán
nunca
más.
Me
extrañas,
te
extraño
y la
espera de encontrarnos
se hace
larga,
quiero
compartir contigo
sueños,
penas,
alegrías,
canciones,
música.
Ser los
dos
la savia de un árbol,
las
alas del alma,
el
color del agua,
las estrellas
en el
fondo de los ojos,
la
locura
en el
pensamiento,
el
calor de la piel.
Dejar
que el amor
nos inunde
sin
miedos
y sin
temores.