Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 28 de julio de 2017
Aromas de vergeles
Aromas
de vergeles,
en
prados florecidos
de
multicolores flores
y de
fragancias exquisitas,
allí
quiero estar.
Ir en
busca
del
edén divino de belleza,
para no
volver nada
o para
volver
inhibida
de fragancias
de
alelíes, rosas, azahares,
azaleas,
jazmines.
Tenderme
en los jardines
y unida
a las abejas
oír y
aprender el dúo
que en
la flor recién abierta,
el
perfume y el color
misteriosamente
elevan.
Pasar
por rosaledas,
contigo
abrazada
y que
su aroma nos inunde
en una
nube de esencia
como
emanaciones de amor recién florecido.
Aromas
de vergeles, de bosques umbríos
que
beben luz de las estrellas,
dormitamos
en el silencio blanco
de la
luna llena
o como
en potros de llamas
cabalgamos
en los cometas.
Pensativa
y calma
en el
vergel sumergida,
surgen
de mi corazón de poeta
los
versos de amor para ti
que un
rojo sol prisionero
encerrado,
encuentra.
Quiero
volar contigo
por
todo el universo
y
regresar con las flores inmortales
del
pénsil de la belleza.
Aromas
de vergeles
que
hacen nacer el ideal del poeta,
el que
está en el mundo interior
pleno
de encanto.
Suelta
la flor su perfume,
mas si
una frase lo aspira,
se
evapora o se consume
en las
cuerdas del violín.
Efluvios
de suspiros de amor
en un
intangible ensueño,
donde
lejana, la flor se esconde.
Aromas
de vergeles,
donde
la mujer poeta
escribe
lo que es en su fantasía,
ave y
flor, mirlo y lavanda,
pues
viven sólo en la bruma
que en
la ilusión se levanta
ese
canto que perfuma
y ese
perfume que canta.
Aromas
de vergeles,
bálsamo
de colores que nos inundan,
los
verdes más verdes,
los
tornasolados ocres,
los
lacres de hojas marchitas
nos
inundan de amor placentero,
pleno
de paz y belleza.
Tendida
en ese campo infinito
entre
amapolas y margaritas
el
aroma de la tierra húmeda
hiende
mi alma necesitada
de tu
intenso amor.
¿Bajo
qué fronda te escondes?
Ven y
tiéndete a mi lado,
el
cielo nos acaricia,
el
viento nos mece
y las
hierbas frescas
nos
acunan en su mullido lecho.
Aromas
de vergeles,
en esta
aurora placentera,
entre
mil estupendos follajes,
temblorosos
de primavera,
nuestro
amor crece, se agiganta,
entre
sones de música celestial
y canto
de pájaros.
Lágrimas al viento
¿Por
qué sólo yo sé
lo que
calla mi silencio
y lo
que guardan mis recuerdos?
¿Cuál
es la causa
de que
mantos de lloviznas,
de
lágrimas,
inunden
mi rostro
y el
viento las reciba
desde mis mejillas?
¿Tú
sabes del vacío
que
dejaste dentro de mi ser
sin
sentirte a mi lado,
entre
tus brazos?
¿Acompañan
la inmensidad, las ansias
o tengo tan sólo junto a mí
la
música que me recuerda a tu presencia?
¿A
dónde te llevaste las lágrimas
que bañaron mi cuerpo
en
espigas del sol recién abierto?
¿En
cuál aguacero, de qué tierra lejana
me
estaré derramando
para
abrir surcos nuevos?
¿O si
acaso, cansada de tu ausencia,
mis
lágrimas al viento
se
estarán congelando
en
cristales de hielo?
¿Por
qué tú fuiste el único hombre
que
besaste mi alma al besar mi cuerpo?
¿Qué
frescura me mueve
a
quedarme en el alba
en la
que tú, despacio, sin prisa,
te
alejaste de mi lado?
¿Cómo
mueren los últimos recuerdos
que me
ataban al tren del pasado?
¿Dónde
están mis lágrimas tristes
que
nacían de mi alma
al no
sentirme más amada?
¿Cuándo
sentiré que llegaré a tu alma
y que tú, en el horizonte nuestro,
desdibujado
por mis lágrimas,
tú me estarás esperando?
¿Sabes
tú
cuando
se unirán nuestras risas,
más
blancas que el blanco
y cual
milagro en la luz de una lágrima,
se
besarán tu llanto y mi llanto?
¿Por
qué mi alma se eleva
en un viaje alado
saltando claridades
recogiendo
el sol en los tejados
y
dejando tristezas y llantos
en
nubes ligeras que surcan el aire?
¿Cómo
iniciar el camino del olvido,
de
nuestro amor ya pasado,
buscando
otro sendero, suave,
que me
lleve, sin remover los recuerdos
a otros
brazos que ansiosos me esperan?
¿Cuándo
se abrirán las cortinas
de mis lágrimas al viento,
dejando que mis ojos
se unan
a otros ojos
en todas
las pupilas del espacio?
¿Cómo
anudaré mis emociones
para que la sonrisa
traiga
a mis manos la alegría
y la
esperanza de una nueva vida?
No
quiero más gritos de lágrimas al viento,
me suelto a la pureza
de un
amor sin ropajes,
seguiré
mis ansias
como el
sol en los pétalos,
vida
del hoy y del mañana,
en un batir de inquietas fuentes,
en un
inmenso río,
corriendo
hacia la paz y el amor perdido.
Perdida en el tiempo
Perdida
en el tiempo,
mi memoria se pierde en pasados ignotos,
perdidos en el olvido,
en ayer
de ayeres,
de
siglos escondidos.
¡En
este hoy mío, cuánto ayer se vive!
Me
encuentro envuelta
en
poblados de antiquísimos regresos
y ahora
aquí, frente a ti,
toda arrobada aprendo lo que soy,
soy un
momento de tu larga mirada
que me
acaricia, desde ayer,
desde hoy, desde mañana,
paralela del tiempo.
El
tiempo no existe,
aunque
exista la templanza
y la
experiencia de nuestras vidas
pues
cada resurgir de nuestro nacimiento
es la
consagración de nuevos acontecimientos
que nos
llevarán
a
nuestra auténtica realidad y destino.
Perdida
en el tiempo,
en una
interminable búsqueda
de la
verdad, de la esperanza,
necesito
escuchar el resonar del agua
para
que caigan en mi sueño del Hoy
las
palabras de amor
sobre
las hojas que las esperan,
dibujando
en mis ojos
mi
mirada enamorada.
Perdida
en el tiempo,
que me
transporta a fantasmas impacientes,
a la
nada olvidada,
a dudas
disipadas,
a
realidades que aparecen
en la
luz del amanecer
que nos
muestra la verdad
y el
color del ayer.
Parece
perderse en sueños
durante
el día para volver a caer el sol
recordándonos
que el mundo podrá cambiar
lo exterior a nosotros
pero nuestra realidad
interior
exacta y pura
nos acompañará siempre.
El
tiempo ya no es tiempo,
el
tiempo es oro,
pasando
las horas, los días,
luchan los nombres con las cifras,
lo exacto triunfa de lo incalculable,
las
palabras vencidas se pierden en el infinito.
Perdida
en el tiempo, te busco a ti,
el amor inconfesado entre mañanas
sin neblinas ni misterios astrales.
Por el
aire revuelan
gemebundas voces apocalípticas
y rozan
nuestras frentes alas
venidas de tiempos lejanos
como
profecías de regresos de ilusiones perdidas.
¿Qué
haces alma mía perdida en el tiempo?
¿Vives
en el pulso lento del existir sin tregua?
¿O en
las grietas de ayeres pasados,
que
vencen al futuro cercano?
¿O
presientes las celadas,
traiciones,
mentiras
que te aguardan?
Perdida
en el tiempo,
te
busco donde tú habitas
escondido en el corazón del mundo
y viajo
lenta en el espacio
mirando
el lugar donde tú descansas.
¡No me
dejes, no me dejes
que me
pierda en el tiempo de la nada!
Necesito
vislumbrar desde lejos
tu lámpara encendida
entre
las tranquilas sombras
para saber que existes
y estás
presente
en este
perdido tiempo
de mi
existir verdadero,
el que
tú sólo comprendes
y que
me salva de olvidos y tristezas.