Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 1 de agosto de 2017
La noche triste
La noche triste,
quejumbrosa,
galopa entre las oscuras nubes
tras un rayo,
un
trueno,
dejando en el horizonte
cenizas de penas.
La noche galopa dando brincos,
luces de estrellas
en sus cascos negros.
Me interno en ella,
el miedo me rodea,
busco entre luces
alguna luz que me guíe
hacia el sendero,
ese, el que vi en sueños,
que entre árboles ralos
me llevaba hacia la luz.
La noche triste,
entre
golpes de resplandores rojos,
crepusculares,
da vida, sin quererlo,
a pequeños brotes de bambú,
de caléndulas,
de siempre hermosas amapolas,
dando a mi alma
resquicios de calma,
de serenidad,
de fe.
La noche triste
sigue en su galope sin fin,
levanta al cruzar mares,
cielos,
horizontes,
un sinfín de sueños truncos,
rotos, resquebrajados
por brujas malvadas
y duendes traviesos.
Es un potro salvaje y negro
con crines al viento,
con cascos de plata
y arneses de estrellas.
Galopa en extensa llanura
donde en los confines del tiempo
su trotar eterno descansa
cuando aparece la esclarecida aurora
con sus haces dorados
de atrapante misterio.
Entonces, ese potro
hondo y negro
se desvanece poco a poco
para seguir renaciendo.
La noche triste
envuelta en niebla
da sinsabores a mi corazón.
Una sutil muselina rodea
la luna.
La suave luz de opalina
esmerila la laguna.
La noche de negra esclavina
se desgarra en espinas de tunas.
Una luz peregrina reina
en alba bruma.
Despedida sin adiós
Despedida sin adiós,
la noche como ceniza negra y borrosa
va tras de ti
galopando,
entre turbulentos huracanes, rayos, truenos,
que te alejan más de mí.
Sé que sufriré
sin tu presencia a mi lado
pero la vida, diluyéndose como segundos de agua,
nos lleva al mundo del olvido esperado,
el necesario para renacer en nuevo amanecer
donde en miles huecos y resquebrajos sin fin
nos lleva a encontrar la paz necesaria
para encontrar el amor único y veraz.
Despidiéndote sin adiós,
no quiero noches quietas,
abismales con hondas cuevas
que nos llevan a mundos sin destino.
Sí, me despido de ti
sin una mirada, sin una palabra
silencio absoluto, oscuro, oscilante,
que se quiebra en puntas de cristal acrisoladas
para querer herirme pero no pueden,
una barrera me defiende,
es la barrera del Amor
que rodea toda mi vida.
Enamorada de la vida, del amor,
la unión, la solidaridad del compartir en un todo
lo sabio y pertinaz que nos conduce a la felicidad
interior
de nuestro corazón latiente y vibrante.
¡Viva la vida! ¡Viva el amor!
Lejos, muy lejos,
vete de mí, no te des vuelta,
no me busques.
No me encontrarás jamás
en este mundo dividido entre vos y yo.
Tuya soy
Tuya soy,
tiéndeme tu abrazo,
¡ay!, ¡cómo te
necesito,
apóyame, respírame,
grita que me amas!
Cascarón de hojas,
vahos de campo,
de vida, de viento,
de lluvia.
Hueles a cuerpo
húmedo,
mi pasajero fugaz,
necesito tus besos
apasionados
con sentimientos
profundos y tiernos.
¿Cómo puedo pensar o decir esto?
¿Casi sin respirar o
atontada?
Cada día quiero más
de ti.
Tuya soy,
hoy y siempre,
no te pierdas en lo
venidero,
a ti me acerco en tu
presente.
Ser es estar siendo.
Prisa, apetito de las
lejanías,
torpe atropello
de las largas
dulzuras del minuto,
da tiempo al tiempo.
¿A qué darle palabras
de amor
al poema si lo estoy
siendo?
Tuya soy,
mi amor es lento.
El caudal de mi dicha
eres tú
y como el del agua
fluyen parejos,
lo que ellos hablan
y la espuma dice
suenan de acuerdo.
Tuya soy,
tan sencillo es
quererte
que a veces se me
olvid
a que vivo de milagro
el amor fabuloso
que al cargar sobre
ti ingrávido se torna
y como lo redimes de
sangre o de tormento,
por fuerza de tu
pecho,
con corazón de magia,
siento la ilusión de
que estás conmigo,
muy cerca,
a mi lado.
Tuya soy
encuentro la ternura
en que se injerta el
color de tu piel
que me soborna y
adoro tu palabra
que trastorna y apura
mis sentidos
buscándote siempre.
Pienso en acariciar
tu pecho al descubierto
y todo lo invisible
que te rodea,
me complazco en la
luz que te contorna,
muerta de amor en
lecho enfebrecido,
pasto de celo en
huerto clausurado,
corazón por tus
flechas percutido.
Tuya soy,
hambrienta de amor
soy una llama que por
ti clama.
Un agua no pausada sí
cantada,
se allega por tus
manos a mi pecho,
¡oh ríos sin espuma,
tan alzado,
que moja las puertas
de mi cielo!
Tuya soy,
los signos de tu
grave y dulce voz
me reclaman a cada
instante
y despiertas mi
ternura
y mis requiebros.
¡Qué umbría en verde
valle,
qué collados!,
¡qué rama sumergida
en niebla y cielo!
Tuya soy,
tú eres la música de
mi vida
en todo mi tiempo.
¡Te ansío ya!