Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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domingo, 27 de agosto de 2017
Penas por tú pérdida
Penas
por tú pérdida,
¿Por
qué siguen lastimando,
las
que ya sucedieron hace mucho tiempo?
¡afuera,
afuera ya, lo soñado, flotante,
marchando
sobre mí,
sin
poderlo pisar porque no tiene sitio,
¡desesperadamente!
Para
quedarme sola, inventaré,
selvas
vírgenes,
con
árboles de metal y azabache,
iré
hacia ellas
y
veré que de sus puntas cuelgan,
papeles
apergaminados,
con
mis poesías que creía perdidas,
eran
para ti, no las leerás
y
menos las cartas que te escribo.
Penas
por tú pérdida,
cada
mañana tu aliento de cigarra,
anuda
mis ojos abiertos,
en
la penumbra quieta.
Te
fuiste, pero aún estás conmigo.
No
estás. Y estas en mí como una lluvia,
de
suavidades indefensas,
que
braman por sacarme de la rutina muerta,
para
arrastrar tu sed de verme en el silencio,
de
tus miradas grises.
¿Por
qué para poder tenerte en mí,
no
debo tenerme para mí?
¿Será
mi culpa?
¿Toda
mía es la culpa de tu ausencia?
¿y
tu miedo a amarme y ser amado?
yo
soy tu amante.
Esa
es mi culpa.
Penas
por tú pérdida,
y
una vida ¿ Es la vida un hábito de vida,
entretenido
en una aventura corporal,
mientras
las penas y el dolor entretejen mi destino?
Me
fui a tu encuentro por el dolor.
Tú
no venias por allí.
Me
metí en lo más hondo por ver si,
al
fin estabas.
Por
la angustia desgarradora, hiriéndome,
tú
no surgías nunca de la herida.
y
nadie me hizo señas
un jardín o tus labios,
con
árboles, con beso,
nadie me dijo, por eso te perdí-
ya que tú ibas por las
ultimas terrazas,
del recuerdo, del gozo, de
lo cierto.
A ti solo se llega por ti,
te seguiré esperando.
Locura sería
Locura
sería,
si
continuara de por vida buscándote,
sin
dejar un solo minuto de hacerlo.
¿acompañan
las almas?
¿se
las siente?
¿o
lo que te acompañan son pedales minúsculos de vidrio,
o
las puntas de las fugaces rosadas de los dedos?
¿acompañan
las ansias?
¿Y
las “más”, las “mas, las “más”?
¿no
te acompañan?
¿o
tienes junto a ti en tú interior la música,
tan
mártir destrozada de chocar contra las paredes,
las
que tocan desesperadamente sin besar?
¿acompañan
las alas o están lejos?
Y
te digo:
¿te
acompañan ese inmenso querer de estar contigo,
que
se llama el amor?
¿o
sigo sola, sin otra compañía que mira muy despacio,
con
los ojos arrasados de llantos
y
sentirse desnuda, sola, con tu desnudo prometido?
Locura
sería,
tú
desististe el abrazo,
se
apartaron tus ojos,
me
dejaste de mirar para buscar ese otro mundo,
por
tan nuevo y anhelado amor.
Y
yo dolida, pensante, en su locura de amor,
no
sabe que otra fuerza más que la suya,
allí
afuera está jugando con ella.
La
pensativa y el viento,
la
atormentada y su pelo,
el
amor y el aire, nada.
Fluye
el río del tiempo,
se
empapa una en sus aguas,
se
escoge la voz,
mi
mirada se amansa porque ahora se ,
que
nunca volverás.
Locura
sería,
se
me achica el corazón,
mis
fuerzas se aceleran,
se
me entumecen los brazos,
ya
no estarás más a mi lado,
amado
ausente.
Ayer
mis ojos acertaban distancias
y
como un remolino mis dos brazos giraban,
destrozando
malezas,
o
blandiendo ira el no tenerte más en mis brazos.
A
veces el jardín,
convidador
me llama,
cuando
en rosa, jazmines y geranios,
estallan
o verdean modosos.
Voy
cantando bajito , sin ahondar mis pisadas,
así
mis huellas se pierden en la nada,
como
con un dejo de lastima y pena ,
por
haber sido tuya.
Atónita
mi voz halla,
no
ha de escalar lo indecible
y
cuestionar lo visible,
excede
el entendimiento.
fue
un paseo por el cuento,
el
estar contigo
y
¡fue duro despertar!
¡ya
no más!
¡las
poesías me esperan a conglomeradas,
para
dar paz a mi corazón!
Alas caídas
Alas
caídas,
te
fuiste volando raudo y veloz de mi lado,
sin
una palabra de adiós,
buscando
desesperado tu nuevo amor,
que
te estaba esperando en el lugar equivocado
y
fue tan raudo tu vuelo,
que
caíste con tu cuerpo y mente en una mar de escombros,
donde
creíste encontrar el amor que esperabas.
¡
pobre hombre desgraciado y tonto!
tus
ojos no se dieron cuenta que te ibas de mi lado,
a
una cueva profunda y maldita,
donde
te iban a dejar en la ruina y destrozado.
Alas
caídas,
la
vida en sus múltiples facetas,
tú
el que decías que me amaba se omnibuló sorpresivamente,
de
otra mujer que tus ojos vieron como la belleza máxima,
quien
te hirió y te engaño con sus ojos pardos
y
maléficos.
¡pobre
de ti mi amado ausente!.
Mi
lástima te inundó y no te diste cuenta,
nunca
más te vi
y
ojala nunca te vea más,
pero
mi dolor y pena sigue por tu ausencia,
sangrando
las heridas de mi corazón,
que
aún no han podido cicatrizar.
Alas
caídas,
mi
vida continuó sin ti
y
surgieron mis poemas de amor
y
estas cartas que te seguiré escribiendo,
porque
el papel blanco me llama
y
me pide que vuelque todas mis penas,
mis
anhelos, mis pesares ocultos.
Y
tú en volandas arremolinadas volaban hacia tu nuevo amor,
ese
amor que te dejó en escombros de pobreza total,
te
cambió en tu país al que la llevaste,
por
otro amor y te dejó en crisis total.
Te
lo merecías , tus locuras provocaban en mí,
el
más grande dolor, mis manos quedaron vacías,
al
quedarme sola.
Alas
caídas,
por
ti la tristeza me la ha robado la noche.
Era
mía, bien mía, pensaba decirla en versos,
darle
forma como dan las lágrimas,
forma
tibia al dolor de adentro.
Pero
estaba clara la noche
y
el papel esperó en vano.
Anduve
sin ti por las estrellas y el aire
y
el olor de las amapolas,
todo
era como un corazón tendido a la confidencia.
Y
mi tristeza está ahora lejos, lejísimo, en las estrellas altas,
en
esa brisa fresca,
que
no puedo aprisionar aunque abro y cierro las manos,
está
ya fuera de mí.
¡gracias,
mil gracias!
soy
feliz en mi soledad,
esperando
el nuevo amor.