Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 2 de septiembre de 2017
El arte de amar
El arte
de amar
consiste
en vivir
y el
arte de vivir
consiste
en amar.
Cuando
la palabra brota
refulgente
del corazón
trae suspiros hondos cuando florece,
es cuando en los ojos
nace la
estación
en que
las pupilas se iluminan de amor.
Nacen
de mi alma versos y estrofas,
formando caricias en mis manos
y
enamorada, fascinada totalmente
hago
del amor un sublime placer.
Siento
que mi corazón
me
exhorta a actuar
como su emisario
y mi
voz te susurra dulcemente
mis sentimientos cándidos
en la
luna frágil
de la tarde nuestra.
Sin
hablar, en un silencio distante,
nuestros
labios temblorosos de tentación
sentían
los latidos en ansias
verdes,
azules,
en
ondas para rendirse
en las
mieles de la pasión.
El arte
de amar nos eleva
a la cima más alta del más allá,
al
momento tan perfecto, tan sin par,
imposible
en lo mejor del placer
de
estar tú y yo juntos.
La
esencia del amor
está en
los ideales de la paciencia
entrelazando
mieles, pasiones intactas
como tejidos de hilos.
Es un
don, un diseño ideal,
meditando juntos
aprendemos
a amarnos más.
El arte
de amar
es
saber proteger y cuidar
esa
ilusión nacida sin saber
por
qué, frágil y perfumada
sin
atrevernos a tocarla
por
miedo a que desaparezca en la nada.
Amar es
una mirada que se enciende,
una voz
que penetra,
una
necesidad de caricias,
un
mundo de dulzura,
una sed
de ternura, es cantar y bailar,
respirar y sentir, abrazar y mecer.
Mirar
juntos esa puesta de sol,
escuchar
el murmullo de las olas,
volar
alto en el cielo
mecidos
por el suave viento.
El arte
de amar
es
proteger la vida,
vivir
momentos únicos e inolvidables,
compartir
alegrías y tristezas,
luchar
juntos siempre.
Quiero
llevarte en mis pensamientos
y
sentir tus brazos rodeándome
cuando
cierro los ojos,
diferenciar
tu aroma
y saber
que eres tú
quien
está aquí a mi lado,
demostrándome
que amar
es un
arte
que
llevamos siempre con nosotros
pero que tan solo desarrollamos
cuando
hallamos a ese ser mágico
que nos
arrebata una ilusión
para convertirla en realidad.
El arte
de amar
es
poder volar sin alas
y
sentir en el pecho perfumado
con
rosas y calas,
es
abrir un fino abanico
y
desplegar sensaciones
y
perderle el miedo a las emociones
cuando
los suspiros se vuelven canciones.
El arte
de amar es saber besar,
acariciar y encender la pasión,
es la
gloria a alcanzar
y eso
¡amado mío!...
eso…
eso es celestial,
en el
cielo monosílabo
de ser
dos queriendo vivir.
En las alas de tu cielo
En las
alas de tu cielo,
como
una flor no lejos de la noche,
mi
cuerpo mudo
se abre
a la urgencia del rocío.
Me has
hecho volver
a la
memoria de mi cuerpo,
a
comprender lo que dice mi voz,
a que
flores amarillas
constelen
por doquier
mi
círculo de tierra azul
y que
el agua tiemble
llena de enredaderas marchitas.
En las
alas de tu cielo,
vuelo
hacia ti, buscándote
y toda
mi alma siente su curso
como
las estrellas que vivieron
en valles floridos de la tierra
y
besaron tus labios amados.
En las
alas de tu cielo,
en la
inmensidad,
aún
bajo la luna triste y taciturna,
vago en
pálida soledad
como
vagabunda del cielo y de la tierra,
con la
perenne inquietud de encontrarte
y encerrarme en tus cálidos brazos.
En las alas
de tu cielo,
no me
dejes en el profundo vacío
donde
languidece de sed
el alma
mía,
esperando
saciar
mis
ansias dormidas.
Ahora,
sintiéndote mío,
la
noche se astilla de estrellas
y mi
alma se inunda de música celestial.
Eres el
sustento de mis alas
y yo
para ti, las alas de tu vuelo,
sé que
sin ti,
caería
en un abismo hondo y sin retorno.
En las
alas de tu cielo,
la luz nos separa
y
alargando nuestras manos
no se
alcanza el cuerpo de la dicha,
sólo se
palpan soledades nuevas,
ofertas
de la luz.
Y la
distancia en vuelo
es
distancia, son leguas, años,
cielos,
es la luz lejana.
Y vuelo
hacia ti, pisando horas y horas
para
que nuestro encuentro gane,
al fin
del día, la orilla oscura
en que
cesan las pruebas de estar sola.
En las
alas de tu vuelo
el querer se anida en la tiniebla
y pienso que con decir un te quiero
la felicidad contestaría
con
amor y luz
en
nuestras almas.
Tú eres
las alas de mi fantasía,
has
retornado a tu cielo
y
apenas te has marchado,
yo ya te espero.
Todos
tus movimientos,
pasos,
latidos, ansias, quietud
aunque
arrastrar te quieran
hacia una soledad celestial o terrestre,
no te
saben llevar lo que estás queriendo,
te vas
pero en pleno vuelo te acercas,
pronto,
más tarde, luego.
Ahora
tus alas
te llevan a tu cielo
pero tu
corazón late
en
todas las vagas sombras, tenues
que en
la alta noche
estrellan
el azul del silencio,
todas
suenan a ecos.
Mi alma
te espera,
tú lo
sabes y vienes solo hacia mí,
en ese
largo rodeo de vuelos
que das
para volver.
Luz inesperada
Luz
inesperada,
las voces del mundo
han levantado sus soles
en el
interminable laberinto de la tierra
y nadie ha podido aún
encontrar
la esencialidad del existir
porque
habita
en el
invisible corazón de la eternidad.
Más
allá de las palabras,
de los
sentidos y las ideas,
en el
territorio oculto de tiempos escurridizos,
en los
mares infinitos,
se
acuna la fuerza de las esperanzas
agitando
su melodía de fuegos,
en las
manos del arco iris.
Luz
inesperada,
corre
libre donde habitan las sombras
y en estos instantes
el amor
sueña en su soledad
y las
cruces desnudas
diluyen
su lenguaje de espumas
recibiendo
la sencilla vibración
de los
corazones puros.
El amor
con su luz inesperada,
cae en cataratas silentes, día a día
por las
curvas sencillas del viento,
desplazando
su caudal de perfumes en el tiempo,
sin más
banderas
que el
acento claro de la paz.
El amor
es el secreto de los siglos en receso
y abraza en silencio
nuestros mundos profundos y luminosos.
Luz
inesperada,
que
ilumina la transparencia de nuestros sueños
y hace
serpentear nuestro camino de sombras
traspasando
con la profundidad
insondable
del océano
como la
claridad del Sol en las montañas,
con la
fuerza suprema
de
vientos huracanados.
Luz
inesperada,
eres
como una blanca llama
en mi
alma despierta que te espera
siempre con la alegría de cielos infinitos,
porque
sólo por Amor
peregrinamos
juntos
hacia
la dicha divina e inmortal.
Luz
inesperada,
que
derrama alegrías, dichas,
entra
dulcemente por almas dormidas,
sacúdelas
suavemente por las alas,
agita
como trigales grandes campos de esperanzas,
haz que
el amor como el nuestro
ni este
día, ni esta noche, se acaben nunca.
Luz
inesperada,
da ilusión a las bandadas del porvenir
en las
manos de arrebatos y de calmas.
Milagro
de la luz, la sombra nace
pero
choca en silencio contra las montañas,
se
desploma sin peso
sobre
el suelo desvelando
a las
tiernas hierbas delicadas, llegó el alba…
Luz
inesperada, única,
con
música celestial
en una
breve brisa armoniosa
entre
arpas ancladas,
violonchelos
dormidos, oboes apagados.
El
paisaje se ilumina,
el Amor inunda el todo
hasta el horizonte lejano creciente
en un
espacio sin frontera,
ese
amor ya sin ti,
me
amará siempre.
Luz
inesperada,
eres la
emoción de la sorpresa,
iluminaste nuestro mundo tan dorado
que ni
el sol se encendió en ese instante,
diste a
nuestro amor
el
despertar del gran besar nocturno.
¡Ya la
luz! ¡Luz inesperada!
Dejamos
atrás lo sufrido
y sólo
se nos revela transparentemente
lo gozado en un trémulo presentarse jubiloso.