Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 12 de octubre de 2017
Ahora que no estás
Ahora que no estás,
te añoro y miro por mi ventana
y siento una nostalgia tan grande
que se me cierra el alma
y el día parece llorarme,
lágrimas desconsoladas
cierro los ojos, las preguntas me abandonan,
me hundo en tu querer de ayer,
ese otro hundirse que detrás aguarda,
a la
muerte por no tenerte.
Ahora que no estás,
mejor no amar, mirándome en espejos
complacidos,
deshaciendo esa gran unidad en juegos vanos,
mejor no amar, con alas, por el aire, como las mariposas,
o las nubes flotantes.
Buscaré pesos los más hondos, en ti,
que ellos te arrastren a ese gran centro
donde,
donde yo te esperaré.
Amor total, quererse hasta el más allá.
La forma de querer tú es dejarme que te
quiera.
El sí que te me rindes es el silencio lejano y
distante.
Tus besos son ofrecerme tus labios,
para
que los bese yo,
desde un horizonte infinito.
Ahora que no estás,
y que este cielo me mira con los ojos de tu
vida
y sabes que si no estás conmigo mi pecho por
ti suspira
y la tristeza me oprime el pecho donde tú
anidabas.
Estás dentro de mí que aunque triste,
por tu ausencia siento paz en la presencia,
de los besos de tu boca,
que siento en mis labios tibios como si aún,
me abrazaras y me tocaras.
y poco a poco el agua se va secando,
de la fuente de mis ojos.
Ahora que no estás,
jamás palabras, abrazos, me dirán que tú
existes,
que me quisiste jamás.
me lo dicen hojas blancas,
sin tus poemas de amor.
y yo seguiré abrazada a ti, sin preguntarte
nada,
de miedo a que no sea verdad,
que tú estás conmigo y me quieres.
y me abrazo a ti, sin mirarte y sin tocarte,
no vaya a ser que descubra con preguntas,
sin caricias, esta soledad inmensa de quererte
solo yo.
Ahora que no estas,
¿Dónde estás?
¿En qué me equivoquè?
¿Por qué no sé nada de ti?
Son tantas las preguntas que me hago,
es tanta la confusión,
vivir en un sin saber en medio de la
incertidumbre,
que cada vez se me hace más difícil,
haciendo mi camino más inseguro
y ahora no sé qué hacer…
Me digo a mi misma,
¡debo decir basta!
más no puedo dejar de pensar en ti, no puedo
seguir…
Necesito de ti, de tus palabras,
porque sin darme cuenta te aleje de mí.
lágrimas recorren mis mejillas,
mientras te escribo esta carta,
no sé si volveré a verte sólo sé que te
esperaré siempre…
La vida me lastima
La
vida me lastima,
desde
el momento desde que me dejaste abandonada y sola,
el
dolor me abruma, me hiere,
me
estruja el corazón desgarrándolo,
en
mil pedazos de cristales,
acrisolados
y rotos,
filosos
como dagas punzantes.
Te
escapaste con la intención sobrecogedora,
de
no verme más.
Y
te pregunto:
¿a
qué lejanía te fuiste?
¿en
qué parte del universo te encuentras?
Yo
sigo sola, escombro adelante,
solamente
escombro,
hollando
voy los rastros de tantas perfecciones abolidas.
Años,
siglos, por siglos acudieron a mí, a mi tormento,
a
posarse en él.
rezumaban
sufrimiento y dolor.
La
vida me lastima,
te
marchaste a prisa y yo como lenta rueda,
voy
subiendo hasta el cielo en tu búsqueda.
Piso
añicos de tiempo.
Camino
sobre los días lentos,
en
ardorosas noches en la alta madrugada,
sigue
en su empeño de buscarte.
De
pronto, furtiva y rumorosa una sombra cruzó a mi lado,
como
un galope antiguo, de caballos salvajes,
eras
tú que huías.
Luego
lancé un grito desesperado,
lleno
de furor y de combates,
por
la rabia de haberme dado cuenta ,
que
te habías ido de mi lado.
La
vida me lastima,
a
ti se te derrumbó la hombría,
se
te fue achicando y deshaciendo líquida,
rojiza
y pegajosa,
porque
dejaste de ser humano.
A
gritos desde un lugar que ignoro,
pero
en mi cuerpo se alza erecto, vibrante , mi amor.
Loca,
loca,
loca
de pasión por ti.
A
pesar de que nunca más te veré.
¿Por
qué esta sed que crece desde adentro,
urge
el deseo y trueca lo deseado?
¿Por
qué este inexorable desencuentro entre tu
y
yo, si yo siempre te estuve esperando?
Mis
poemas acuden al papel,
escribiendo
estas cartas de amor que son para ti,
mi
amado amante,
pero
que tú nunca leerás.
Miedo a perderte
Miedo a perderte
Ahora que te nombro y te reclamo,
Se aleja un rudo embarazo de silencios
Entre tu cuerpo y mi presencia.
No te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres mis sentidos sin orillas.
Miedo a perderte
Eres en mi otoño un viento adolescente en primavera
En la estupre de mis cantos se levanta
Y la sangre convoca en apetencia.
Te nombro a cada instante
Y te invoco con pasión y deseo, no me dejes.
Miedo a perderte
En las duros biseles del silencio
El calor de tus hombros enlazaba
La cima de los cielos con la tierra.
Crecías hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al roce, y al llamado de tus ojos…
Se alzaba de mí siempre este poema.
Miedo a perderte
No me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en fresco temblor de tu rocío,
Reposaré la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare el río e indagaré por el mar, por mi cantado.
Miedo a perderte
No te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del árbol donde pierdo mi albedrío
Ni en el viento caliente del estío
Ni en la orilla del mar enamorado.
Miedo a perderte
Y así voy por verdes de la tarde perdida
Por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra mi corazón y te derramas alejándote
Sin sequia con una palabra de amor.
Miedo a perderte
Si regresas a mí, amado ausente,
El sol iluminara nuestro amor,
Y nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose en el fuego.
Están fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos verdes que cierran mi sueño
Y torpe seré por siempre.