Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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sábado, 4 de noviembre de 2017
Déjame a solas
Déjame a solas
con mi alma triste y taciturna,
buscando en mi interior
la paz y el amor dormido.
Déjame llorar la pena de no verte,
exhalar un suspiro de amargura,
refugiarme en los brazos de la muerte
para no sufrir ya tanta tortura.
Déjame a solas
para acariciar sólo el recuerdo
de los besos que me dabas con pasión,
déjame para ver
si es que me pierdo
en un profundo mar
de oscuras aguas.
Déjame recordar
que una mañana me brindaste
el
rosal de tu ternura
y que bebimos del azul fontana
la excelencia del sol y de la luna.
Déjame enloquecer,
pues eso quiero,
hundirme en el rincón del desconsuelo.
Déjame navegar como velero
que no tiene timón ni timonero.
Déjame a solas
en un desierto,
acompañada tan sólo de mi pena,
para pensar que vives
y que no has muerto,
porque no mueren las personas buenas.
Déjame trasladar a otros lugares,
quiero tomar la senda que cogiste
para ver si te encuentro en otros lares,
y me quieres como antes me quisiste.
Déjame a solas,
más breve flota la esencia de la carne,
más breve el viento devorando el llanto,
nada se agolpa y todo es un rastro
nada es inédito dentro del aire.
Tú debes saber
que mi edad invisible rueda triste,
emergen los recuerdos
de nuestras noches de amor
como el aire que respiro.
Entonces te diré,
como flor sangrando desde mi hoja,
venciendo el papel que voy llenando
Poesía es Soledad,
solamente una palabra contra el mundo.
Déjame a solas
para pensar eternamente en ti,
mi amado ausente,
decir que el vacío sopla la razón
aquí en los huesos donde existo
no habría nada que el alma despierte,
solo tú lo podrías hacer,
solo tú, el amor que hace que las palabras
ardan.
Invadiendo mi silencio
Invadiendo
mi silencio,
tú el
que intentas murmurar,
constantemente,
tus
palabras sentidas de amor
no
dejando que me encuentre
a solas
conmigo misma
para
borrar de mi mundo interior,
antiguas
desolaciones.
Quiero
mi silencio mudo
incluso hasta en el viento que toca mi oído,
o el
eco que se asoma a burlar mi voz.
Hoy
necesito soledad,
el
cielo está oscuro,
la luna
se ha ido,
las flores no tienen la esencia de ayer.
Las
aves volaron dejando su nido,
me
siento sola,
pero sé
que tú vendrás
al
grito desesperado de
¡vuelve
a mí, no me abandones,
necesito
tu amor!
Invadiendo
mi silencio,
estoy
en penumbras con todo mi hastío
y en cada suspiro lloro una oración
que
clamo en silencio
porque
sé que todo fue pasado
y que
tú vendrás a mí,
dejando
en tinieblas, dolores ya idos.
Invade
el silencio todos mis espacios,
mi vida
marchita navega sin ti,
en un
triste andar
se mueren mis pasos,
te buscan sin tregua
para
que me traigas al hoy
donde
tú me esperas.
Invadiendo
mi silencio,
sin
ningún encuentro, sé mi amor,
vigía de esta silenciosa
que
quiere regresar
de su
viaje interminable
en el
desierto de su alma
y que
su corazón,
de la
mano dulce de la brisa,
llegue
hasta ti.
En la
caricia de tu voz,
yo era
el umbral de tu presencia,
yo
estaba en la sombra de tu nombre,
yo
habitaba en ti,
pero en mi mundo de silencio,
no te
encuentro
y un
profundo dolor invade mi corazón.
No me
dejes estar en el completo olvido,
hazme
llegar sólo una caricia leve,
el
recuerdo de una sonrisa,
la mano dulce de la brisa
y
acércate con ternura
a mi
mundo de silencio.
Invadiendo
mi silencio,
tú, sin prisa, despacio, lentamente,
te vas
adentrando en mi mundo
para hacerme beber
la
fuente de la vida,
aquella
que dejé
sin casi
darme cuenta.
¡Ven!
¡Entra en mi alma y hazla renacer!
Que
poco a poco
tu
magia invada mi ser
despertando
sus deseos
de gozar y amar
y así
lograrás detener el tiempo
entrando
al silencio de mi alma
para
vivir contigo
suspiros
leves y caricias cercanas.
No
quiero que seas
en mi
mundo de silencio
un
simple reflejo
en mi
imaginación
y que
al despertar mis ojos no te lloren.
Invadiendo
mi silencio
con tu
presencia en mi cuerpo
para
darme la flor del amor de la vida
que hoy
desvela mis pensamientos
con
silencio de olvido.
Un Nuevo Amanecer
Un
nuevo amanecer
para el
amor.
Quererte
como
las amapolas al viento,
quererte
en un
compás de espera incierto,
como
letras de poesías
nacidas desde mi alma.
Existe
un nuevo amanecer
donde
no hay lugar
para el
dolor ni la mentira,
donde
la armonía
se
estremece con mi sentir,
donde
cada momento
es una
caricia.
Acércate
en este
nuevo amanecer
y
sentirás la paz en mi alma,
se ha
iluminado mi día
con una
nueva ilusión,
con mi
corazón dispuesto
y libre
de
temores
para volver
a amar.
Mi vida
con una
agitación creciente,
un
festivo clamoreo de relumbres,
de
fulgores,
proclama
que
está queriendo otra vez,
no era
aquella paz
la última
y estoy
alegremente vibrando
ante
una nueva pasión,
más perfecta,
más
verdadera,
más
plena.
Un
nuevo amanecer
está
inundando mi vida,
con
colores sin fin,
con
claridades repiqueteantes,
arrebatadoras,
encendidas.
El amor
es el
amanecer
en la
libertad del ser.
Cuando
los ojos del amor
atraviesan
la luna,
los ojos de los sueños
alcanzan el horizonte
en un
nuevo amanecer
y en mi
regazo algo nuevo,
más
pensado,
más
hermoso,
se
proyecta
hasta lo hondo de mi alma.
Un
nuevo amanecer,
¡qué delicia tocar la hierba fresca
en un bello amanecer otoñal!
y hasta
detrás de la luz,
veladamente
secretos
aguardan
por si
los quiero
escuadrones
de luceros.
La luz
del amanecer
abre la
ventana de mis sueños
y mi
poesía canta alegre,
baila con frenesí
y con sus ágiles
y
armoniosos pasos
que
adentran dentro de mí
para
despacito,
sin
apuro,
legar a
las hojas vírgenes
que las esperaban ansiosas
para
dibujarlas
con
arabescos
como
centellas.
La luz
del amanecer nuevo
espera al amor verdadero,
al
sentido
desde
lo hondo
¡qué
bella sensación
riendo
las dos luces unidas!.
Abro
los ojos
en este
nuevo amanecer
y
contemplo junto a ti,
tiernamente
abrazados
y
unidos
el
nuevo Sol
de un
nuevo nacer.
Te
miro,
te
pienso,
te amo
y al
abrir los ojos
sonrío
a mi despertar,
cual rocío
despierta
con la sutil mirada del sol.
¡Qué
gozo intenso
y
resplandeciente
es este
nuevo amanecer
a tu lado!.
El
amor,
igual,
igual,
de tanto ardor
se va
en sosiego.